/ martes 21 de abril de 2020

Menos politización y más acción

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) nos ofrece las siguientes dos acepciones sobre el término “politizar”. El primero: “Dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos, etc., que, corrientemente, no lo tienen.” El segundo: “Inculcar a alguien una formación o conciencia política.”

La politización en su segundo significado no representa ningún problema, pues la conciencia política es, de acuerdo con una definición de Carmen García Núñez, “una habilidad social propia de la inteligencia emocional, que permite interpretar las corrientes emocionales de un grupo de personas y sus relaciones de poder”.

Las personas que poseen esta habilidad logran “comprender las relaciones de poder que se desarrollan en su entorno laboral y detectar líderes de opinión para generar acciones conjuntas entre personas de diferentes corrientes de pensamiento”, argumenta la psicóloga antes mencionada, quien se refiere también a la utilidad de la conciencia política, pues mediante ella los individuos “logran conocer e interactuar con las diferentes redes sociales-laborales que existen a nivel organizacional, y conocen lo que ocurre internamente”.

Añade García Núñez que el poseedor de conciencia política “tiene la capacidad para considerar todos los puntos de vista y posturas, inclusive aquellas que se contraponen. Este punto refleja una gran sensibilidad política, que le permite al sujeto estar cerca de todas las posturas de una forma neutral”.

Sin embargo, en mi columna de hoy me referiré al primero de los significados que nos proporciona el Diccionario de la Real Academia Española, esto debido a que varios políticos de nuestro tiempo, sin pudor alguno y pensando únicamente en su futuro político, aprovechan la contingencia sanitaria para buscar proyección, ganar simpatías y obtener beneficios políticos.

La difícil situación que vive México debido al Covid-19 debe llevarnos a pensar en cómo ayudar a los mexicanos más golpeados por la crisis de emergencia sanitaria, en vez de pensar en cómo satisfacer los intereses políticos personales y de grupo. No se vale colocar dichos intereses por encima del dolor y de la incertidumbre que la pandemia ha traído consigo en agravio de los más vulnerables.

Hoy por hoy abundan los políticos mexicanos que, impulsados por esa mezquindad, le apuestan a la división entre mexicanos. En el afán de llevar agua a su molino, estos individuos se esfuerzan por hacer realidad el adagio romano que dice: “divide y vencerás”. Olvidan que, en momentos de incertidumbre por causa de la pandemia del coronavirus, la prioridad debe ser México y los mexicanos, por lo que es obligado cerrar filas con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre quien recae la responsabilidad principal del bienestar del país.

Mi convicción es que México se va a levantar a partir del trabajo y de la voluntad de todos y cada uno de los mexicanos, no desde los intereses mezquinos que este tipo de políticos oportunistas suelen colocar por encima de las carencias, dolor y sufrimiento del pueblo.

Entiendo que la politización no es privativa de México ni de la “clase” política mexicana. Este penoso mal, a semejanza del coronavirus, no conoce fronteras, por eso hace acto de presencia en todas partes, porque dondequiera existen intereses. Por algo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidió este 8 de abril a políticos y gobernantes del mundo “poner en cuarentena la politización del Covid-19”. Esto lo dijo Tedros luego de que Donald Trump acusara a la OMS de ser una organización “sesgada” en favor de China, y de haberse “equivocado” al no alertar antes del coronavirus.

Otro llamado a no politizar la pandemia corrió por cuenta de Christopher Landau, el pasado 23 de marzo. El embajador de Estados Unidos en México pidió ese día a Felipe Calderón Hinojosa no politizar con el tema del Covid-19, y no meterse en la política interna de Estados Unidos. Esto debido a que el ex presidente de México publicó un tuit contra Donald Trump, criticando en los siguientes términos la actuación del mandatario estadounidense: “En tiempos de crisis, un presidente debe calmar y confortar, mostrar el camino con mano firme, y proveer un faro de esperanza al pueblo americano. Donald Trump es incapaz de hacer eso”.

Los gobiernos de Rusia y China rechazaron el pasado jueves 16 de abril cualquier “politización” de la pandemia del coronavirus. Vladimir Putin y Xi Jinping acordaron vía telefónica “fortalecer su cooperación para combatir el brote”. Ese día, el mandatario chino anunció el advenimiento de una campaña mediática de desprestigio y estigmatización en contra de China, lo que lo llevó a decir: “La politización de la pandemia y la estigmatización no contribuyen a la colaboración internacional".

Los habitantes del mundo, y por supuesto de México, esperan que sus políticos y gobernantes hagan más y mejores acciones para evitar más contagios del coronavirus; esperan menos politización y más acción.

Twitter: @armayacastro

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) nos ofrece las siguientes dos acepciones sobre el término “politizar”. El primero: “Dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos, etc., que, corrientemente, no lo tienen.” El segundo: “Inculcar a alguien una formación o conciencia política.”

La politización en su segundo significado no representa ningún problema, pues la conciencia política es, de acuerdo con una definición de Carmen García Núñez, “una habilidad social propia de la inteligencia emocional, que permite interpretar las corrientes emocionales de un grupo de personas y sus relaciones de poder”.

Las personas que poseen esta habilidad logran “comprender las relaciones de poder que se desarrollan en su entorno laboral y detectar líderes de opinión para generar acciones conjuntas entre personas de diferentes corrientes de pensamiento”, argumenta la psicóloga antes mencionada, quien se refiere también a la utilidad de la conciencia política, pues mediante ella los individuos “logran conocer e interactuar con las diferentes redes sociales-laborales que existen a nivel organizacional, y conocen lo que ocurre internamente”.

Añade García Núñez que el poseedor de conciencia política “tiene la capacidad para considerar todos los puntos de vista y posturas, inclusive aquellas que se contraponen. Este punto refleja una gran sensibilidad política, que le permite al sujeto estar cerca de todas las posturas de una forma neutral”.

Sin embargo, en mi columna de hoy me referiré al primero de los significados que nos proporciona el Diccionario de la Real Academia Española, esto debido a que varios políticos de nuestro tiempo, sin pudor alguno y pensando únicamente en su futuro político, aprovechan la contingencia sanitaria para buscar proyección, ganar simpatías y obtener beneficios políticos.

La difícil situación que vive México debido al Covid-19 debe llevarnos a pensar en cómo ayudar a los mexicanos más golpeados por la crisis de emergencia sanitaria, en vez de pensar en cómo satisfacer los intereses políticos personales y de grupo. No se vale colocar dichos intereses por encima del dolor y de la incertidumbre que la pandemia ha traído consigo en agravio de los más vulnerables.

Hoy por hoy abundan los políticos mexicanos que, impulsados por esa mezquindad, le apuestan a la división entre mexicanos. En el afán de llevar agua a su molino, estos individuos se esfuerzan por hacer realidad el adagio romano que dice: “divide y vencerás”. Olvidan que, en momentos de incertidumbre por causa de la pandemia del coronavirus, la prioridad debe ser México y los mexicanos, por lo que es obligado cerrar filas con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre quien recae la responsabilidad principal del bienestar del país.

Mi convicción es que México se va a levantar a partir del trabajo y de la voluntad de todos y cada uno de los mexicanos, no desde los intereses mezquinos que este tipo de políticos oportunistas suelen colocar por encima de las carencias, dolor y sufrimiento del pueblo.

Entiendo que la politización no es privativa de México ni de la “clase” política mexicana. Este penoso mal, a semejanza del coronavirus, no conoce fronteras, por eso hace acto de presencia en todas partes, porque dondequiera existen intereses. Por algo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidió este 8 de abril a políticos y gobernantes del mundo “poner en cuarentena la politización del Covid-19”. Esto lo dijo Tedros luego de que Donald Trump acusara a la OMS de ser una organización “sesgada” en favor de China, y de haberse “equivocado” al no alertar antes del coronavirus.

Otro llamado a no politizar la pandemia corrió por cuenta de Christopher Landau, el pasado 23 de marzo. El embajador de Estados Unidos en México pidió ese día a Felipe Calderón Hinojosa no politizar con el tema del Covid-19, y no meterse en la política interna de Estados Unidos. Esto debido a que el ex presidente de México publicó un tuit contra Donald Trump, criticando en los siguientes términos la actuación del mandatario estadounidense: “En tiempos de crisis, un presidente debe calmar y confortar, mostrar el camino con mano firme, y proveer un faro de esperanza al pueblo americano. Donald Trump es incapaz de hacer eso”.

Los gobiernos de Rusia y China rechazaron el pasado jueves 16 de abril cualquier “politización” de la pandemia del coronavirus. Vladimir Putin y Xi Jinping acordaron vía telefónica “fortalecer su cooperación para combatir el brote”. Ese día, el mandatario chino anunció el advenimiento de una campaña mediática de desprestigio y estigmatización en contra de China, lo que lo llevó a decir: “La politización de la pandemia y la estigmatización no contribuyen a la colaboración internacional".

Los habitantes del mundo, y por supuesto de México, esperan que sus políticos y gobernantes hagan más y mejores acciones para evitar más contagios del coronavirus; esperan menos politización y más acción.

Twitter: @armayacastro