/ domingo 31 de marzo de 2019

Mario Vázquez Raña: un mexicano de excepción


Francisco Fonseca N.


El 8 de febrero de 2015, hace un poco más de cuatro años, falleció Mario Vázquez Raña, hombre visionario, con grandes dotes empresariales y con deseos de trascender en el periodismo y en el deporte olímpico. Me dio la oportunidad de escribir en la sección editorial de El Sol de México desde 1977. Tuve el gusto de conocerlo y tratarlo cercanamente durante muchos años. Colaboré con él en la realización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1990.

Fue presidente del Comité Olímpico Mexicano y Vicepresidente del Comité Olímpico Internacional por muchos años. Sus conocimientos en el periodismo y el deporte, aunados además a la radiodifusión, lo convirtieron en el pilar de una grande organización a nivel nacional e internacional.

Mario decía: “Yo comencé a manejar el negocio de la mueblería Hermanos Vázquez a los 18 años, tenía dos hermanos mayores y dos menores y por suerte a mí me gustaba el escritorio y a mis hermanos no. Coordinaba todo. Eso fue lo más bonito; trabajábamos con una sola finalidad que era el gran deseo de querer ser alguien en el futuro”.

La unión laboral con sus hermanos siguió aún después de que todos se casaron. Pero en 1982 Mario Vázquez Raña se separó temporalmente de ellos para dedicarse de tiempo completo a la nueva empresa que había comprado siete años antes: la Organización Editorial Mexicana (OEM).

En 1974, año en que acordaron la separación, Mario sugirió que cada quien pusiera su propia empresa. “En una de las conversaciones para que cada uno hiciera su propio grupo, convenimos en que no fueran grupos que chocaran con la mueblería Hermanos Vázquez. A mí me ofrecieron la Organización Editorial Mexicana que tenía 18 ó 19 periódicos, todos en quiebra, donde se debían muchos millones de dólares... y pues me aventé”.

¿Por qué lo hizo? Recuerda que lo que lo impulsó a comprar fue el comentario de un hombre que llevaba en esos momentos la auditoría de los periódicos, quien le dijo: “cómpralo, en muy poco tiempo tú vas a hacer un gran negocio. Cómpralo, porque yo lo sé, son negocios que están perdiendo por muy mala administración”. Así lo hizo, se animó y lo compró con todo y deuda. “Me rasqué la cabeza más de un año, tuve que invertir mucho dinero, porque después de comprar, al poco tiempo se vencieron los documentos y había que pagar. Pero cuatro años después, ya no perdía yo”.

Mario Vázquez Raña adquirió la Organización Editorial Mexicana en 1976. Era una empresa que prácticamente se encontraba en quiebra.

Sin embargo, sus conocimientos, y la experiencia adquirida en la administración de los negocios lo hicieron salir adelante. Ya como dueño de la empresa editorial, se dedicó 100% a la administración de la misma, para lo cual contrató periodistas y personal que se encargara de generar la información. El primer ajuste que realizó por la falta de dinero fue eliminar el exceso de personal. Decía que al haber más trabajo y menos personal habría más organización. Una organización que se tradujo en éxito.

“Hablar aquí de quien era más fregón es una tontería. Yo hice lo que pude y a veces ni pensaba por qué lo estaba haciendo. Administrar, no gastar lo que no se debe gastar. Aquí apliqué lo que aprendí en los estudios que tengo en administración y en los negocios”.

Sin embargo, se topó con una situación sumamente importante: “En un negocio como Hermanos Vázquez no había problema porque no había una misión de poder, no era un negocio de mando, no era el negocio de una sola cabeza. Pero después del tiempo transcurrido en la empresa editorial noté que era como un lápiz muy afilado. No hay forma que un medio de comunicación tenga dos cabezas, aunque sean dos cardenales o dos papas, no hay forma. En un negocio de esta naturaleza, sea periódico, radio o televisión, tiene que ser de una sola cabeza”.

Mario se dedicó por entero a la administración de la cadena. Por lo que toca a la comunicación, hoy está expandida por todo el país y cuenta con más de 60 periódicos diarios, 24 estaciones de radio, 43 sitios web de información, 90 pantallas espectaculares de alta definición, y la Agencia Informativa Nacional.

Independientemente de la comunicación, en varias ciudades del país hay fábricas de papel, fábricas de cartón, fábricas de ecofibras, y una compañía de transportes.

Ejerció a plenitud el periodismo ya que el gusanito de la información lo llevó por el mundo entero para entrevistar a presidentes, jefes de estado, primeros ministros, líderes religiosos y políticos. Fueron tan vastas e interesantes las entrevistas que requirieron ser publicadas en días continuados debido a lo nutrido de la información obtenida en una plática con un personaje.

Mario Vázquez Raña mantuvo siempre en un nivel muy alto sus relaciones con personajes de la vida política, económica y social, tanto a nivel nacional como internacional. Apreciaba la amistad como uno de los valores más grandes en las personas. Por ello tuvo infinidad de amigos en todo el mundo siendo como fue, un mexicano de excepción.


pacofonn@yahoo.com.mx


Francisco Fonseca N.


El 8 de febrero de 2015, hace un poco más de cuatro años, falleció Mario Vázquez Raña, hombre visionario, con grandes dotes empresariales y con deseos de trascender en el periodismo y en el deporte olímpico. Me dio la oportunidad de escribir en la sección editorial de El Sol de México desde 1977. Tuve el gusto de conocerlo y tratarlo cercanamente durante muchos años. Colaboré con él en la realización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1990.

Fue presidente del Comité Olímpico Mexicano y Vicepresidente del Comité Olímpico Internacional por muchos años. Sus conocimientos en el periodismo y el deporte, aunados además a la radiodifusión, lo convirtieron en el pilar de una grande organización a nivel nacional e internacional.

Mario decía: “Yo comencé a manejar el negocio de la mueblería Hermanos Vázquez a los 18 años, tenía dos hermanos mayores y dos menores y por suerte a mí me gustaba el escritorio y a mis hermanos no. Coordinaba todo. Eso fue lo más bonito; trabajábamos con una sola finalidad que era el gran deseo de querer ser alguien en el futuro”.

La unión laboral con sus hermanos siguió aún después de que todos se casaron. Pero en 1982 Mario Vázquez Raña se separó temporalmente de ellos para dedicarse de tiempo completo a la nueva empresa que había comprado siete años antes: la Organización Editorial Mexicana (OEM).

En 1974, año en que acordaron la separación, Mario sugirió que cada quien pusiera su propia empresa. “En una de las conversaciones para que cada uno hiciera su propio grupo, convenimos en que no fueran grupos que chocaran con la mueblería Hermanos Vázquez. A mí me ofrecieron la Organización Editorial Mexicana que tenía 18 ó 19 periódicos, todos en quiebra, donde se debían muchos millones de dólares... y pues me aventé”.

¿Por qué lo hizo? Recuerda que lo que lo impulsó a comprar fue el comentario de un hombre que llevaba en esos momentos la auditoría de los periódicos, quien le dijo: “cómpralo, en muy poco tiempo tú vas a hacer un gran negocio. Cómpralo, porque yo lo sé, son negocios que están perdiendo por muy mala administración”. Así lo hizo, se animó y lo compró con todo y deuda. “Me rasqué la cabeza más de un año, tuve que invertir mucho dinero, porque después de comprar, al poco tiempo se vencieron los documentos y había que pagar. Pero cuatro años después, ya no perdía yo”.

Mario Vázquez Raña adquirió la Organización Editorial Mexicana en 1976. Era una empresa que prácticamente se encontraba en quiebra.

Sin embargo, sus conocimientos, y la experiencia adquirida en la administración de los negocios lo hicieron salir adelante. Ya como dueño de la empresa editorial, se dedicó 100% a la administración de la misma, para lo cual contrató periodistas y personal que se encargara de generar la información. El primer ajuste que realizó por la falta de dinero fue eliminar el exceso de personal. Decía que al haber más trabajo y menos personal habría más organización. Una organización que se tradujo en éxito.

“Hablar aquí de quien era más fregón es una tontería. Yo hice lo que pude y a veces ni pensaba por qué lo estaba haciendo. Administrar, no gastar lo que no se debe gastar. Aquí apliqué lo que aprendí en los estudios que tengo en administración y en los negocios”.

Sin embargo, se topó con una situación sumamente importante: “En un negocio como Hermanos Vázquez no había problema porque no había una misión de poder, no era un negocio de mando, no era el negocio de una sola cabeza. Pero después del tiempo transcurrido en la empresa editorial noté que era como un lápiz muy afilado. No hay forma que un medio de comunicación tenga dos cabezas, aunque sean dos cardenales o dos papas, no hay forma. En un negocio de esta naturaleza, sea periódico, radio o televisión, tiene que ser de una sola cabeza”.

Mario se dedicó por entero a la administración de la cadena. Por lo que toca a la comunicación, hoy está expandida por todo el país y cuenta con más de 60 periódicos diarios, 24 estaciones de radio, 43 sitios web de información, 90 pantallas espectaculares de alta definición, y la Agencia Informativa Nacional.

Independientemente de la comunicación, en varias ciudades del país hay fábricas de papel, fábricas de cartón, fábricas de ecofibras, y una compañía de transportes.

Ejerció a plenitud el periodismo ya que el gusanito de la información lo llevó por el mundo entero para entrevistar a presidentes, jefes de estado, primeros ministros, líderes religiosos y políticos. Fueron tan vastas e interesantes las entrevistas que requirieron ser publicadas en días continuados debido a lo nutrido de la información obtenida en una plática con un personaje.

Mario Vázquez Raña mantuvo siempre en un nivel muy alto sus relaciones con personajes de la vida política, económica y social, tanto a nivel nacional como internacional. Apreciaba la amistad como uno de los valores más grandes en las personas. Por ello tuvo infinidad de amigos en todo el mundo siendo como fue, un mexicano de excepción.


pacofonn@yahoo.com.mx