/ martes 7 de mayo de 2019

Marcha dominical

Este domingo, la sociedad salió a las calles, algunos exigiendo la renuncia de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, otros más inconformándose por la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco, otros por la política económica, pero las protestas, así como las inconformidades de la sociedad ante el Gobierno fortalecen la democracia en México, así sean decenas, centenas o millares de personas, los mexicanos tenemos el derecho a manifestarnos, como lo dice el Artículo 9° constitucional, siempre que las manifestaciones sean pacíficas, sin limitar la libertad de asociarnos con otras personas para los reclamos legítimos de una sociedad exigente, para el bien común.

En la Conferencia mañanera del día lunes 6 de mayo, el Presidente de la República vio con buenos ojos la manifestación de los ciudadanos en su contra, donde una vez o muchas de las veces en su lucha por llegar a la Presidencia de la República realizó estas manifestaciones que las podemos denominar de oposición o cívicas, entendiendo que el civismo fomenta la exigencia y el respeto a los ciudadanos que son divergentes con las ideas y acciones del gobierno federal y fortalece la democracia.

México es un país donde la democracia ha costado mucho; sangre, vidas y cárcel, recordemos a los formadores de izquierda mexicana como Valentín Campa y Demetrio Vallejo que dese los años cincuenta y sesentas fueron en contra del sistema político mexicano, donde tuvieron la idea de crear el Partido Comunista Mexicano, y que posteriormente con la reforma política creada por Jesús Reyes Heroles, el Estado flexibilizó su rigor y abrió la contienda electoral al Partido Comunista Mexicano, que muy poco sobrevivió en el sistema político y se sumo al Partido Socialista Unificado de México, en un México vivo y de movilidad social, donde la sociedad tuvo la valentía de tomar calles en aquellas elecciones de 1988.

En ese tiempo algunos priistas renunciaron a su partido para agruparse en una oposición critica, constructiva y reflexiva, en el que se formó en este grupo lidereado por Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y Porfirio Muñoz Ledo, aquel tabasqueño que fue funcionario del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y en estos días es nuestro Presidente y sabe más él que muchos de sus secretarios de Estado lo que es ser oposición en el sistema político mexicano.

Las marchas, las manifestaciones, las protestas pacificas deben de tolerarse con un pensamiento de libertad en la manifestación de las ideas y las acciones, el único requisito como parte de su naturaleza democrática es caminar con fines pacíficos, sin provocaciones, muchas de las veces el Estado actúa para criminalizar esta movilidad social.


* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

Este domingo, la sociedad salió a las calles, algunos exigiendo la renuncia de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, otros más inconformándose por la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco, otros por la política económica, pero las protestas, así como las inconformidades de la sociedad ante el Gobierno fortalecen la democracia en México, así sean decenas, centenas o millares de personas, los mexicanos tenemos el derecho a manifestarnos, como lo dice el Artículo 9° constitucional, siempre que las manifestaciones sean pacíficas, sin limitar la libertad de asociarnos con otras personas para los reclamos legítimos de una sociedad exigente, para el bien común.

En la Conferencia mañanera del día lunes 6 de mayo, el Presidente de la República vio con buenos ojos la manifestación de los ciudadanos en su contra, donde una vez o muchas de las veces en su lucha por llegar a la Presidencia de la República realizó estas manifestaciones que las podemos denominar de oposición o cívicas, entendiendo que el civismo fomenta la exigencia y el respeto a los ciudadanos que son divergentes con las ideas y acciones del gobierno federal y fortalece la democracia.

México es un país donde la democracia ha costado mucho; sangre, vidas y cárcel, recordemos a los formadores de izquierda mexicana como Valentín Campa y Demetrio Vallejo que dese los años cincuenta y sesentas fueron en contra del sistema político mexicano, donde tuvieron la idea de crear el Partido Comunista Mexicano, y que posteriormente con la reforma política creada por Jesús Reyes Heroles, el Estado flexibilizó su rigor y abrió la contienda electoral al Partido Comunista Mexicano, que muy poco sobrevivió en el sistema político y se sumo al Partido Socialista Unificado de México, en un México vivo y de movilidad social, donde la sociedad tuvo la valentía de tomar calles en aquellas elecciones de 1988.

En ese tiempo algunos priistas renunciaron a su partido para agruparse en una oposición critica, constructiva y reflexiva, en el que se formó en este grupo lidereado por Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y Porfirio Muñoz Ledo, aquel tabasqueño que fue funcionario del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y en estos días es nuestro Presidente y sabe más él que muchos de sus secretarios de Estado lo que es ser oposición en el sistema político mexicano.

Las marchas, las manifestaciones, las protestas pacificas deben de tolerarse con un pensamiento de libertad en la manifestación de las ideas y las acciones, el único requisito como parte de su naturaleza democrática es caminar con fines pacíficos, sin provocaciones, muchas de las veces el Estado actúa para criminalizar esta movilidad social.


* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio