/ miércoles 17 de febrero de 2021

Mantengamos las medidas sanitarias

En la mayoría de los países del mundo, el domingo 14 de febrero se celebró el Día del Amor y la Amistad, la ocasión que infinidad de personas ocuparon para regalar a sus seres amados, entre otras cosas, ramos de flores, dulces, chocolates, globos, osos de peluches y otros regalos que se dan entre sí las personas enamoradas y aquellos que están unidos entre sí por un sólido lazo de amistad.

A diferencia del año pasado, el Día del Amor y la Amistad en México se celebró este año en medio de una alerta sanitaria por el Covid-19, una enfermedad que, hasta el pasado domingo, había provocado a nivel mundial 2,4 millones de fallecidos, y más de 108,9 millones de personas contagiadas.

El problema no es la celebración en sí, sino que ésta se hizo en muchos lugares sin respetar las recomendaciones del sector salud, tal como ocurrió en Navidad y en la cena de Año Nuevo, en las que fueron desdeñadas por muchos las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con las consecuencias ya conocidas: un alarmante aumento en el número de casos de coronavirus, más hospitalizados y más muertes causadas por el SARS-CoV-2, conocido popularmente como el nuevo coronavirus.

Desde el pasado sábado, algunas personas actuaron como si la conclusión del botón de emergencia en Jalisco hubiera representado el fin de la pandemia. La situación preocupa por lo que puede venir en materia de contagios en los próximos días, en agravio principalmente de los grupos más vulnerables: los adultos mayores y las personas con enfermedades crónico degenerativas.

Lo digo porque en la Perla de Occidente -que este 14 de febrero cumplió 479 años de haber sido fundada- los protocolos preventivos para evitar contagios no se cumplieron del todo durante los festejos. Así lo consigna una nota de la periodista Elizabeth Ríos del diario tapatío El Occidental, que retrata lo ocurrido el pasado domingo en el centro de Guadalajara:

“Si bien los filtros sanitarios estuvieron presentes en los principales accesos al centro, con personal municipal que, como podía, daba gel antibacterial o medía la temperatura, lo cierto es que las filas de ciudadanos que se hicieron en varios puntos por ingresar generaron que muchos los desdeñaran, saltándolos o simplemente ignorando a trabajadores”.

El fin del tercer “botón de emergencia” en Guadalajara no significa que el problema esté resuelto del todo. La medida gubernamental ayudó a salir de la situación de riesgo máximo (rojo), pero la situación sigue siendo preocupante, lo mismo en Jalisco que en la mayoría de los estados del país. Esto independientemente de que en México se haya comenzado a inmunizar a cientos de miles de personas que trabajan en la primera línea de atención a pacientes con Covid-19.

Por ello, considero necesario mantener las medidas sanitarias, independientemente de que el semáforo epidemiológico transite del rojo al naranja, o de este color al amarillo.

Tengamos presente que, a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de la seriedad en la respuesta al Covid-19 por parte de un alto porcentaje de la ciudadanía, las cadenas de contagio del mortal virus no se han logrado romper. Para conseguir esto último se requiere vacunar al menos al 70 por ciento de la población, ha dicho la OMS, algo que en México nos llevará algún tiempo.

Mientras esto ocurre, tenemos que seguir viviendo la realidad que creó el coronavirus desde su aparición en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019. Deben seguirse aplicando los protocolos sanitarios, sobre todo ahora que sabemos que el virus ha mutado, como se temía, y que en otras regiones del mundo han aparecido variantes más contagiosas y peligrosas. Tal es el caso de las cepas de Reino Unido y Sudáfrica, de las que se ha dicho son más resistentes a las vacunas que hasta ahora han sido creadas por la ciencia médica.

Ante tal situación, y hasta en tanto no se inmunice a todos los mexicanos mediante la vacuna, debemos seguir cuidándonos y cuidar también a nuestros semejantes. Estas acciones de cuidado, aparte de hablar bien de nuestra responsabilidad, repercuten directamente en la salud colectiva, tan importante para poder retomar la senda hacia el desarrollo económico.

Twitter: @armayacastro

En la mayoría de los países del mundo, el domingo 14 de febrero se celebró el Día del Amor y la Amistad, la ocasión que infinidad de personas ocuparon para regalar a sus seres amados, entre otras cosas, ramos de flores, dulces, chocolates, globos, osos de peluches y otros regalos que se dan entre sí las personas enamoradas y aquellos que están unidos entre sí por un sólido lazo de amistad.

A diferencia del año pasado, el Día del Amor y la Amistad en México se celebró este año en medio de una alerta sanitaria por el Covid-19, una enfermedad que, hasta el pasado domingo, había provocado a nivel mundial 2,4 millones de fallecidos, y más de 108,9 millones de personas contagiadas.

El problema no es la celebración en sí, sino que ésta se hizo en muchos lugares sin respetar las recomendaciones del sector salud, tal como ocurrió en Navidad y en la cena de Año Nuevo, en las que fueron desdeñadas por muchos las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con las consecuencias ya conocidas: un alarmante aumento en el número de casos de coronavirus, más hospitalizados y más muertes causadas por el SARS-CoV-2, conocido popularmente como el nuevo coronavirus.

Desde el pasado sábado, algunas personas actuaron como si la conclusión del botón de emergencia en Jalisco hubiera representado el fin de la pandemia. La situación preocupa por lo que puede venir en materia de contagios en los próximos días, en agravio principalmente de los grupos más vulnerables: los adultos mayores y las personas con enfermedades crónico degenerativas.

Lo digo porque en la Perla de Occidente -que este 14 de febrero cumplió 479 años de haber sido fundada- los protocolos preventivos para evitar contagios no se cumplieron del todo durante los festejos. Así lo consigna una nota de la periodista Elizabeth Ríos del diario tapatío El Occidental, que retrata lo ocurrido el pasado domingo en el centro de Guadalajara:

“Si bien los filtros sanitarios estuvieron presentes en los principales accesos al centro, con personal municipal que, como podía, daba gel antibacterial o medía la temperatura, lo cierto es que las filas de ciudadanos que se hicieron en varios puntos por ingresar generaron que muchos los desdeñaran, saltándolos o simplemente ignorando a trabajadores”.

El fin del tercer “botón de emergencia” en Guadalajara no significa que el problema esté resuelto del todo. La medida gubernamental ayudó a salir de la situación de riesgo máximo (rojo), pero la situación sigue siendo preocupante, lo mismo en Jalisco que en la mayoría de los estados del país. Esto independientemente de que en México se haya comenzado a inmunizar a cientos de miles de personas que trabajan en la primera línea de atención a pacientes con Covid-19.

Por ello, considero necesario mantener las medidas sanitarias, independientemente de que el semáforo epidemiológico transite del rojo al naranja, o de este color al amarillo.

Tengamos presente que, a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de la seriedad en la respuesta al Covid-19 por parte de un alto porcentaje de la ciudadanía, las cadenas de contagio del mortal virus no se han logrado romper. Para conseguir esto último se requiere vacunar al menos al 70 por ciento de la población, ha dicho la OMS, algo que en México nos llevará algún tiempo.

Mientras esto ocurre, tenemos que seguir viviendo la realidad que creó el coronavirus desde su aparición en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019. Deben seguirse aplicando los protocolos sanitarios, sobre todo ahora que sabemos que el virus ha mutado, como se temía, y que en otras regiones del mundo han aparecido variantes más contagiosas y peligrosas. Tal es el caso de las cepas de Reino Unido y Sudáfrica, de las que se ha dicho son más resistentes a las vacunas que hasta ahora han sido creadas por la ciencia médica.

Ante tal situación, y hasta en tanto no se inmunice a todos los mexicanos mediante la vacuna, debemos seguir cuidándonos y cuidar también a nuestros semejantes. Estas acciones de cuidado, aparte de hablar bien de nuestra responsabilidad, repercuten directamente en la salud colectiva, tan importante para poder retomar la senda hacia el desarrollo económico.

Twitter: @armayacastro