/ lunes 15 de noviembre de 2021

Manipulación política. Común y permanente

En el mundo de la política, las campañas electorales y el ejercicio de gobierno, hay tendencias y prácticas comunes en las que comunicar, persuadir, informar y manipular se confunden o se convierten en similares. El ciudadano navega en un mar de información y recibe cientos de intentos de persuasión todos los días, sin descanso, algunos eficientes, otros mal hechos, pero todos dejan un residuo en la mente y alteran nuestra percepción de la realidad.

La afirmación de que todos los políticos intentan persuadir es exacta: todos intentan convencernos de que sus ideas son las mejores, de que ellos son buenos, éticos, capaces, que saben como, que pueden resolver nuestros problemas, que los necesitamos. Todos se acercan y la mayoría rebasa la línea que divide a la manipulación del legitimo interés de comunicar y prospectar a los ciudadanos.

Manipular es sembrar en la conciencia y en la mente de la gente ideas, actitudes, conceptos y aspiraciones -incluso falsas, inmorales y deshonestas- que sirvan a los objetivos -ocultos o abiertos- de sus manipuladores. A continuación describo 4 prácticas de manipulación bastante generalizadas, que con un poco de reflexión te será sencillo identificar:

1. Sociedad vulnerable:

Vivimos tiempos en que nuestra sociedad es muy receptiva, indiferente, vulnerable. La aparente indiferencia que muestran los ciudadanos hacia a la política contrasta con la docilidad, la desinformación y el reclutamiento sobre la base del pago, la afiliación a programas de beneficios patrimoniales como programas de becas, apoyos y dadivas de gobierno, atacan con éxito a ciudadanos que debido a su bajo nivel de la educación, son fácilmente manipulables por los medios de comunicación y la propaganda permanente. Es más fácil vencerse a la compra de voluntades que reflexionar, participar, criticar o luchar para cambiar las cosas.

2. La víctima eterna:

Los manipuladores construyen enemigos para poder argumentar que tienen obstáculos, dificultades, pedir calma, apoyo y prepararse a la posibilidad de fracaso, pudiendo culpar a alguien por ello y poder decir “se los dije”. Su perversa necesidad de mantener la lucha viva, de mencionar enemigos “peligrosos” provenientes de mafias, sociedades secretas, pactos insanos, así como etiquetar, descalificar o estigmatizar a quienes no son aliados del gobierno, a diferentes clases sociales o incluso a gobernantes y hasta a naciones extranjeras, es una práctica manipuladora que obedece al interés del gobernante manipulador más que a la realidad imperante. Así, el manipulador obtiene el rechazo del pueblo a otras opciones, contagia y expande sus fobias sobre la oposición y consigue que sus temores, exageraciones e inseguridades personales se extiendan entre la población. Utiliza las energías más bajas como el miedo, el odio, la venganza y la división social como armas de destrucción.

3. Presencia permanente:

El manipulador intenta alcanzar niveles absolutos. No acepta las críticas, no escucha opiniones, rechaza a la oposición, es egocéntrico, celoso y egoísta. No admite cuestionamientos ni quiere que nadie ocupe su espacio, sabe que su vigencia depende de presencia controladora. Todos los días, hay que marcar la línea de discurso, incidir en el debate, marcar la pauta de lo que se diga en política, no importa la calidad sino la cantidad.

4. La infoxicación es el exceso de información. Es estar siempre «on», recibir centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar tiempo. ... Los que confunden cantidad de información con calidad son los más propensos a salir infoxicados. Controlar la agenda, los temas, que es lo importante y de que se discute, es un éxito total de la manipulación. Controlar la conversación permite ocultar, aplazar o no comunicar resultados claros o rendir cuentas.

Resistir a los intentos y embates manipuladores exige mayor atención, validar fuentes informativas, seleccionar racionalmente a quien otorgarle confianza y comparar diversas fuentes antes de tomar partido, construir nuestra opinión y decidir sobre ella.

www.youtube.com/user/carlosanguianoz


En el mundo de la política, las campañas electorales y el ejercicio de gobierno, hay tendencias y prácticas comunes en las que comunicar, persuadir, informar y manipular se confunden o se convierten en similares. El ciudadano navega en un mar de información y recibe cientos de intentos de persuasión todos los días, sin descanso, algunos eficientes, otros mal hechos, pero todos dejan un residuo en la mente y alteran nuestra percepción de la realidad.

La afirmación de que todos los políticos intentan persuadir es exacta: todos intentan convencernos de que sus ideas son las mejores, de que ellos son buenos, éticos, capaces, que saben como, que pueden resolver nuestros problemas, que los necesitamos. Todos se acercan y la mayoría rebasa la línea que divide a la manipulación del legitimo interés de comunicar y prospectar a los ciudadanos.

Manipular es sembrar en la conciencia y en la mente de la gente ideas, actitudes, conceptos y aspiraciones -incluso falsas, inmorales y deshonestas- que sirvan a los objetivos -ocultos o abiertos- de sus manipuladores. A continuación describo 4 prácticas de manipulación bastante generalizadas, que con un poco de reflexión te será sencillo identificar:

1. Sociedad vulnerable:

Vivimos tiempos en que nuestra sociedad es muy receptiva, indiferente, vulnerable. La aparente indiferencia que muestran los ciudadanos hacia a la política contrasta con la docilidad, la desinformación y el reclutamiento sobre la base del pago, la afiliación a programas de beneficios patrimoniales como programas de becas, apoyos y dadivas de gobierno, atacan con éxito a ciudadanos que debido a su bajo nivel de la educación, son fácilmente manipulables por los medios de comunicación y la propaganda permanente. Es más fácil vencerse a la compra de voluntades que reflexionar, participar, criticar o luchar para cambiar las cosas.

2. La víctima eterna:

Los manipuladores construyen enemigos para poder argumentar que tienen obstáculos, dificultades, pedir calma, apoyo y prepararse a la posibilidad de fracaso, pudiendo culpar a alguien por ello y poder decir “se los dije”. Su perversa necesidad de mantener la lucha viva, de mencionar enemigos “peligrosos” provenientes de mafias, sociedades secretas, pactos insanos, así como etiquetar, descalificar o estigmatizar a quienes no son aliados del gobierno, a diferentes clases sociales o incluso a gobernantes y hasta a naciones extranjeras, es una práctica manipuladora que obedece al interés del gobernante manipulador más que a la realidad imperante. Así, el manipulador obtiene el rechazo del pueblo a otras opciones, contagia y expande sus fobias sobre la oposición y consigue que sus temores, exageraciones e inseguridades personales se extiendan entre la población. Utiliza las energías más bajas como el miedo, el odio, la venganza y la división social como armas de destrucción.

3. Presencia permanente:

El manipulador intenta alcanzar niveles absolutos. No acepta las críticas, no escucha opiniones, rechaza a la oposición, es egocéntrico, celoso y egoísta. No admite cuestionamientos ni quiere que nadie ocupe su espacio, sabe que su vigencia depende de presencia controladora. Todos los días, hay que marcar la línea de discurso, incidir en el debate, marcar la pauta de lo que se diga en política, no importa la calidad sino la cantidad.

4. La infoxicación es el exceso de información. Es estar siempre «on», recibir centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar tiempo. ... Los que confunden cantidad de información con calidad son los más propensos a salir infoxicados. Controlar la agenda, los temas, que es lo importante y de que se discute, es un éxito total de la manipulación. Controlar la conversación permite ocultar, aplazar o no comunicar resultados claros o rendir cuentas.

Resistir a los intentos y embates manipuladores exige mayor atención, validar fuentes informativas, seleccionar racionalmente a quien otorgarle confianza y comparar diversas fuentes antes de tomar partido, construir nuestra opinión y decidir sobre ella.

www.youtube.com/user/carlosanguianoz