/ jueves 8 de agosto de 2019

Manifestaciones y gobernantes Alfaro y Obrador

El 23 de mayo de 1962 el presidente Adolfo López Mateos, dijo que se enteró del asesinato en Xochicalco Morelos del líder agrario Rubén Jaramillo, los biógrafos del presidente López Mateos sostienen que al enterarse dijo; que ese asesinato se lo van a endosar históricamente a su gobierno.

Como fue. Las condiciones del asesinato – según se ha comprobado después – fue obra de elementos del ejercito mexicano, obedeciendo “ordenes superiores”, que tan superiores no lo sabemos, pero en torno al presidente como a los gobernadores, a veces hay quienes sensibles a las necesidades del servicio y del gobierno, tienen que hacer su trabajo y asumir su responsabilidad, todo servidor público y más de ese nivel, debe saber, estar conscientes, de que, en el ejercicio del poder no todo es miel sobre hojuelas, que a veces hay que asumir responsabilidades que no son muy edificantes, antes aún, a veces desagradables o injustas, cuyo costo hay que pagar y asumir. Pero los presidentes y los gobernantes en general, deben saber también, que una indiscreción suya o un señalamiento de un obstáculo no puede decirse simplistamente, menos en público, pues eso puede desatar los servicios oficiosos de quienes creen que desapareciendo el obstáculo le hacen un favor a su jefe, y las consecuencias pueden ser. Gobernadoras muertas, funcionarios y periodistas, es por ello que el presidente Obrador, debe ser responsable de lo que dice en las mañaneras. Recuerdo también la anécdota del Profesor Hank González cuando en alguna ocasión en el mes de septiembre, cerca del informe presidencial y el desfile del 16 de, el zócalo estaba ocupado por manifestantes, el presidente López Portillo, salió de gira, Hank siendo regente de la ciudad de México, le llamó al Secretario de la Defensa Nacional y le dijo: Señor General hay que desalojar el Zócalo, a lo que el General Secretario de entonces, le preguntó al profesor, pero está enterado el C. Presidente; el profesor contestó, de esas cosas no se entera al presidente, se resuelve y si hay consecuencias, los responsables somos usted y yo no el presidente. Al siguiente día, el zócalo estaba desalojado.

Aunque puede haber funcionarios que por buena fe o mala hacen su trabajo a favor de la comunidad al final de cuentas en el corto plazo, mientras las cosas se aclaran el responsable es el jefe, finalmente, tenga la culpa o no, así es la política.

En los últimos días se difundieron en medios fotografías de represión en Jalisco, lo que no se dijo en su momento y fue conociéndose al ir decantando la información, es que en las manifestaciones donde participan quienes no tienen experiencia en ellas, es que a veces se cuela también gente infiltrada que trate de desacreditar la manifestación o pretenda provocar al gobierno con actos vandálicos, para acusar al gobierno de represor. O también culpar a los manifestantes de violentos, hay que estar muy atentos cuando eso es así, la sociedad debe aprender a distinguir y los manifestantes a cuidar y controlar a quienes intervienen en sus manifestaciones, por ejemplo, en la UNAM, en los aniversarios del 68 se procuraba caminar con cuerdas para evitar infiltrados, se sabe cuando los manifestantes lo hacen de motu proprio, espontáneamente y cuando hay otros intereses detrás que afloran después. Es curioso pero finalmente en beneficio de ambos y de la sociedad, siempre es conveniente tender mecanismos comunicantes, por el bien de todos, es parte de la operación preventiva del gobierno y responsabilidad de todos en un país civilizado.

sadot16@hotmail.com

Twitter : @EduardoSadot

El 23 de mayo de 1962 el presidente Adolfo López Mateos, dijo que se enteró del asesinato en Xochicalco Morelos del líder agrario Rubén Jaramillo, los biógrafos del presidente López Mateos sostienen que al enterarse dijo; que ese asesinato se lo van a endosar históricamente a su gobierno.

Como fue. Las condiciones del asesinato – según se ha comprobado después – fue obra de elementos del ejercito mexicano, obedeciendo “ordenes superiores”, que tan superiores no lo sabemos, pero en torno al presidente como a los gobernadores, a veces hay quienes sensibles a las necesidades del servicio y del gobierno, tienen que hacer su trabajo y asumir su responsabilidad, todo servidor público y más de ese nivel, debe saber, estar conscientes, de que, en el ejercicio del poder no todo es miel sobre hojuelas, que a veces hay que asumir responsabilidades que no son muy edificantes, antes aún, a veces desagradables o injustas, cuyo costo hay que pagar y asumir. Pero los presidentes y los gobernantes en general, deben saber también, que una indiscreción suya o un señalamiento de un obstáculo no puede decirse simplistamente, menos en público, pues eso puede desatar los servicios oficiosos de quienes creen que desapareciendo el obstáculo le hacen un favor a su jefe, y las consecuencias pueden ser. Gobernadoras muertas, funcionarios y periodistas, es por ello que el presidente Obrador, debe ser responsable de lo que dice en las mañaneras. Recuerdo también la anécdota del Profesor Hank González cuando en alguna ocasión en el mes de septiembre, cerca del informe presidencial y el desfile del 16 de, el zócalo estaba ocupado por manifestantes, el presidente López Portillo, salió de gira, Hank siendo regente de la ciudad de México, le llamó al Secretario de la Defensa Nacional y le dijo: Señor General hay que desalojar el Zócalo, a lo que el General Secretario de entonces, le preguntó al profesor, pero está enterado el C. Presidente; el profesor contestó, de esas cosas no se entera al presidente, se resuelve y si hay consecuencias, los responsables somos usted y yo no el presidente. Al siguiente día, el zócalo estaba desalojado.

Aunque puede haber funcionarios que por buena fe o mala hacen su trabajo a favor de la comunidad al final de cuentas en el corto plazo, mientras las cosas se aclaran el responsable es el jefe, finalmente, tenga la culpa o no, así es la política.

En los últimos días se difundieron en medios fotografías de represión en Jalisco, lo que no se dijo en su momento y fue conociéndose al ir decantando la información, es que en las manifestaciones donde participan quienes no tienen experiencia en ellas, es que a veces se cuela también gente infiltrada que trate de desacreditar la manifestación o pretenda provocar al gobierno con actos vandálicos, para acusar al gobierno de represor. O también culpar a los manifestantes de violentos, hay que estar muy atentos cuando eso es así, la sociedad debe aprender a distinguir y los manifestantes a cuidar y controlar a quienes intervienen en sus manifestaciones, por ejemplo, en la UNAM, en los aniversarios del 68 se procuraba caminar con cuerdas para evitar infiltrados, se sabe cuando los manifestantes lo hacen de motu proprio, espontáneamente y cuando hay otros intereses detrás que afloran después. Es curioso pero finalmente en beneficio de ambos y de la sociedad, siempre es conveniente tender mecanismos comunicantes, por el bien de todos, es parte de la operación preventiva del gobierno y responsabilidad de todos en un país civilizado.

sadot16@hotmail.com

Twitter : @EduardoSadot