/ martes 24 de septiembre de 2019

Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud

Frase atribuida a José Zorrilla, también se le atribuye a Lope de Vega, frase que tienen una profundidad en la vida que termina en el cementerio o en la vida política así como en la vida biológica, y que se hacen celebres ante los hechos trágicos que vive el Estado de Jalisco, todos los días la prensa documenta seres humanos asesinados con dolo, alevosía y ventaja y tristemente embolsados.

Seres humanos que son levantados sin que hasta el momento autoridad alguna de con resultados que satisfagan las preguntas de las familias donde sus hogares se convierten en un velatorio y en un luto sin cuerpo presente, ante la esperanza de que quizás por algún lugar de estas tierras jaliscienses sea localizado el ser querido.

Comentan los funcionarios de Ciencias Forenses que esta institución no está en crisis, existen espacios para depositar cadáveres en el Instituto de Ciencias Forenses, muertos más, desaparecidos más y cadáveres exhumados de las entrañas de la tierra, enterrados y descuartizados ante esta modalidad que despierta el enojo de los ciudadanos ante la inseguridad que se vive en el Estado, como si la tendencia ante estos hechos delictivos fuera de que los ciudadanos nos impusiéramos al dolor ante la muerte de nuestros semejantes.

El humanismo que hemos aprendido desde la familia y la escuela como un valor solidario en ayuda recíproca a nuestros semejantes se comienza a alejar de la convivencia social, cada día este valor solidario comienza a distanciarse de los sentimientos de los jaliscienses, donde se dan los asesinados y descuartizados de por aquí y de por allá, que primero tantos y luego otros tantos, donde sigue la suma de muertos sin llegar a un final y solamente escuchamos explicaciones ante la prensa local de que los muertos encontrados en bolsas de plástico eran delincuentes.

Delincuentes o no delincuentes el Estado debe de reconocer que se trata de seres humanos que un día respiraron, pensaron y su corazón latía porque tenían vida, la misma que debe de proteger el Estado y ante todo el Estado de Derecho que debe de ser considerado como todo orden jurídico que si bien se tratara de delincuentes los mismos no tendrían que hacer nada en la calle, porque el lugar de estos debe de estar en alguna celda de las penitenciarías del Estado, ante estas explicaciones y el desorden legal, las instituciones del Estado como son las Fiscalías y los Juzgados Penales pueden desencadenar un estado fallido que es sumamente complejo en la sociedad porque estamos cayendo a un desorden social donde el asesinar y embolsar los cadáveres descuartizados se comienza a convertir en una práctica común, el Estado debe fortalecer la cultura de la paz y la convivencia social.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

Twitter: @mendozaAntoio


Frase atribuida a José Zorrilla, también se le atribuye a Lope de Vega, frase que tienen una profundidad en la vida que termina en el cementerio o en la vida política así como en la vida biológica, y que se hacen celebres ante los hechos trágicos que vive el Estado de Jalisco, todos los días la prensa documenta seres humanos asesinados con dolo, alevosía y ventaja y tristemente embolsados.

Seres humanos que son levantados sin que hasta el momento autoridad alguna de con resultados que satisfagan las preguntas de las familias donde sus hogares se convierten en un velatorio y en un luto sin cuerpo presente, ante la esperanza de que quizás por algún lugar de estas tierras jaliscienses sea localizado el ser querido.

Comentan los funcionarios de Ciencias Forenses que esta institución no está en crisis, existen espacios para depositar cadáveres en el Instituto de Ciencias Forenses, muertos más, desaparecidos más y cadáveres exhumados de las entrañas de la tierra, enterrados y descuartizados ante esta modalidad que despierta el enojo de los ciudadanos ante la inseguridad que se vive en el Estado, como si la tendencia ante estos hechos delictivos fuera de que los ciudadanos nos impusiéramos al dolor ante la muerte de nuestros semejantes.

El humanismo que hemos aprendido desde la familia y la escuela como un valor solidario en ayuda recíproca a nuestros semejantes se comienza a alejar de la convivencia social, cada día este valor solidario comienza a distanciarse de los sentimientos de los jaliscienses, donde se dan los asesinados y descuartizados de por aquí y de por allá, que primero tantos y luego otros tantos, donde sigue la suma de muertos sin llegar a un final y solamente escuchamos explicaciones ante la prensa local de que los muertos encontrados en bolsas de plástico eran delincuentes.

Delincuentes o no delincuentes el Estado debe de reconocer que se trata de seres humanos que un día respiraron, pensaron y su corazón latía porque tenían vida, la misma que debe de proteger el Estado y ante todo el Estado de Derecho que debe de ser considerado como todo orden jurídico que si bien se tratara de delincuentes los mismos no tendrían que hacer nada en la calle, porque el lugar de estos debe de estar en alguna celda de las penitenciarías del Estado, ante estas explicaciones y el desorden legal, las instituciones del Estado como son las Fiscalías y los Juzgados Penales pueden desencadenar un estado fallido que es sumamente complejo en la sociedad porque estamos cayendo a un desorden social donde el asesinar y embolsar los cadáveres descuartizados se comienza a convertir en una práctica común, el Estado debe fortalecer la cultura de la paz y la convivencia social.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

Twitter: @mendozaAntoio