/ sábado 5 de enero de 2019

Los jóvenes de AMLO y los jóvenes que construyen paz

"¿Cómo podías ser mi enemigo? Si tiráramos estas armas y este uniforme, tú podrías ser mi hermano"
— Erich María Remarque, Sin novedad en el frente


En días pasados resonó un llamado a los jóvenes de México para unirse a un cuerpo policiaco-militar, que el Gobierno ha llamado “Guardia Nacional”. Días después, se estrenó un spot acartonado en donde un joven y su madre discuten -sentados en un sillón- enlistarlo en las filas de la Guardia (ver http://bit.ly/spotguardianacional). A diferencia de una fuerza policíaca civil, los protagonistas del spot visten uniforme militar. Lo que el spot no dice es lo evidente: los jóvenes de la Guardia Nacional se terminarán enfrentando por la vía armada a otros jóvenes que decidieron optar por otro camino. La promesa de la paz y los abrazos se esfuman rápidamente.

¿Qué me preocupa de la Guardia Nacional? Que no está aprobada. Que no tiene presupuesto, ni ordenamiento legal alguno. Que, a pesar de tener mayoría en las cámaras, el Gobierno federal se siente apresurado, urgido de anunciar la medida pasando por alto la necesaria discusión, primero legislativa y luego pública, acerca de crear un nuevo cuerpo policiaco-militar. Que el colectivo #SeguridadSinGuerra ya nos ha advertido de sus peligros. Me preocupa que en ningún lugar de la Guardia Nacional y su justificación encontramos los foros de pretendida escucha a víctimas y paz, de los cuales escribí y advertí que podrían convertirse en una hueca tapadera para justificar las ideas previas del presidente y su partido, en suma, para decir “ya los escuché, ya hice mi tarea y aquí les va la Guardia Nacional”.

Me preocupa que la Guardia Nacional apunte para ser un cuerpo politizado de jóvenes a los que se les dotará de armas, poder e ideología. No la ideología militar, de disciplina y sumisión al poder civil (que incluso así, ha fallado varias veces) sino otra ideología. ¿De dónde podemos tomar referencias para la ideologización de esta nueva fuerza? Si vamos a las redes sociales, podemos leer a jóvenes morenistas escribiendo apasionadas defensas de López Obrador, defendiendo fuerzas paramilitares al servicio de presidentes impopulares y represores en América Latina (Nicaragua, Venezuela) y al mismo tiempo criticando el pasado militar del presidente de Brasil. Esa ideología.

Estas incongruencias y puntos ciegos y el odio con el cual descartan a sus críticos y oponentes, me dan la pauta para creer que la Guardia Nacional, de existir, debe de blindarse y ser completamente apartidista y bajo un fuerte control civil. Sé que la situación de seguridad es complicada. Lo menos que necesitamos es gente armada creyendo que está cumpliendo una misión política en vez de una misión de seguridad de los mexicanos.

Yo no quiero que los jóvenes le pertenezcan a la Guardia Nacional, ni a AMLO. Yo quiero que los jóvenes construyan paz usando sus propios medios y la política como ellos decidan conveniente. Quiero a jóvenes haciendo política y participando, no empuñando un arma que les hará creen que les dio un presidente para cumplir con una misión casi suicida, que es combatir el fuego con fuego, la violencia con violencia, los jóvenes de AMLO y la Guardia Nacional contra los jóvenes sin oportunidades del crimen organizado. Postdata: Recomendadísima la lectura de Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque para pensar estos tiempos.


* Secretario general PAN Guadalajara.

"¿Cómo podías ser mi enemigo? Si tiráramos estas armas y este uniforme, tú podrías ser mi hermano"
— Erich María Remarque, Sin novedad en el frente


En días pasados resonó un llamado a los jóvenes de México para unirse a un cuerpo policiaco-militar, que el Gobierno ha llamado “Guardia Nacional”. Días después, se estrenó un spot acartonado en donde un joven y su madre discuten -sentados en un sillón- enlistarlo en las filas de la Guardia (ver http://bit.ly/spotguardianacional). A diferencia de una fuerza policíaca civil, los protagonistas del spot visten uniforme militar. Lo que el spot no dice es lo evidente: los jóvenes de la Guardia Nacional se terminarán enfrentando por la vía armada a otros jóvenes que decidieron optar por otro camino. La promesa de la paz y los abrazos se esfuman rápidamente.

¿Qué me preocupa de la Guardia Nacional? Que no está aprobada. Que no tiene presupuesto, ni ordenamiento legal alguno. Que, a pesar de tener mayoría en las cámaras, el Gobierno federal se siente apresurado, urgido de anunciar la medida pasando por alto la necesaria discusión, primero legislativa y luego pública, acerca de crear un nuevo cuerpo policiaco-militar. Que el colectivo #SeguridadSinGuerra ya nos ha advertido de sus peligros. Me preocupa que en ningún lugar de la Guardia Nacional y su justificación encontramos los foros de pretendida escucha a víctimas y paz, de los cuales escribí y advertí que podrían convertirse en una hueca tapadera para justificar las ideas previas del presidente y su partido, en suma, para decir “ya los escuché, ya hice mi tarea y aquí les va la Guardia Nacional”.

Me preocupa que la Guardia Nacional apunte para ser un cuerpo politizado de jóvenes a los que se les dotará de armas, poder e ideología. No la ideología militar, de disciplina y sumisión al poder civil (que incluso así, ha fallado varias veces) sino otra ideología. ¿De dónde podemos tomar referencias para la ideologización de esta nueva fuerza? Si vamos a las redes sociales, podemos leer a jóvenes morenistas escribiendo apasionadas defensas de López Obrador, defendiendo fuerzas paramilitares al servicio de presidentes impopulares y represores en América Latina (Nicaragua, Venezuela) y al mismo tiempo criticando el pasado militar del presidente de Brasil. Esa ideología.

Estas incongruencias y puntos ciegos y el odio con el cual descartan a sus críticos y oponentes, me dan la pauta para creer que la Guardia Nacional, de existir, debe de blindarse y ser completamente apartidista y bajo un fuerte control civil. Sé que la situación de seguridad es complicada. Lo menos que necesitamos es gente armada creyendo que está cumpliendo una misión política en vez de una misión de seguridad de los mexicanos.

Yo no quiero que los jóvenes le pertenezcan a la Guardia Nacional, ni a AMLO. Yo quiero que los jóvenes construyan paz usando sus propios medios y la política como ellos decidan conveniente. Quiero a jóvenes haciendo política y participando, no empuñando un arma que les hará creen que les dio un presidente para cumplir con una misión casi suicida, que es combatir el fuego con fuego, la violencia con violencia, los jóvenes de AMLO y la Guardia Nacional contra los jóvenes sin oportunidades del crimen organizado. Postdata: Recomendadísima la lectura de Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque para pensar estos tiempos.


* Secretario general PAN Guadalajara.