/ miércoles 10 de abril de 2019

LOS HECHOS | “¿Por qué el Gobierno está contra nosotros?”, un título fallido

Hace algo así como un par de meses, pensamos escribir una de nuestras columnas con el título que mencionamos arriba, o sea “¿Por qué el gobierno está contra nosotros?” Consideramos en ese entonces tratar el tema con ese encabezado, tras advertir por enésima ocasión, que muchas de las cosas que hacen los funcionarios públicos, afectan la vida de los ciudadanos comunes. Y por lo tanto, habría que hacer esos señalamientos, para tratar de que con la denuncia, esos daños pudieran disminuir.

Sin embargo, desistimos de ese propósito, al considerar que hace mucho tiempo que los radicalismos no dan buenos resultados en nuestro país, por lo que las protestas y las propuestas, deben hacerse preferentemente por la vía pacífica.

Sin embargo, esta moderación en las actitudes –como acabamos de apuntar-, no es obstáculo para que se siga insistiendo en la necesidad de que haciendo un gran esfuerzo y un acopio de buena fe, la gente del sector público haga lo posible por sacar de la marginación al gran sector de la población con el que no tienen un arreglo especial. Porque en los últimos tiempos, los derechos de los ciudadanos, tanto humanos como civiles, no han merecido la atención que se les debería dar.

¿Cuáles son esas fallas?... Uuff y recontra uuff… No nos alcanzaría todo el espacio de un año para citar cuando menos las más sobresalientes. Pero para mencionar unas cuantas podemos señalar en lo económico, el deterioro histórico del poder adquisitivo, las fuertes sanciones pecuniarias a quienes no sean puntuales en el pago de impuestos, las constantes alzas en los energéticos y en los artículos de consumo indispensable, la necesidad de que las esposas tengan que trabajar y desatiendan el hogar, las altas comisiones en los bancos. En lo que ve a la defensa de los derechos ciudadanos: El creciente corporativismo de la autoridad en turno, que con todo el poder del mundo, se cierra habitualmente frente a las demandas ciudadanas. El poder político es una aplanadora y suele aplastar las quejas del ciudadano inerme. Y así sucesivamente. No acabaríamos esta lista si nos propusiéramos seguir adelante.

Pero como lo decimos antes: Esta situación se da no porque la gente en los puestos públicos tenga planeado atacar a la población común; sino porque al perseguir intereses particulares, los malos políticos afectan automáticamente los derechos de la ciudadanía.

Y esto no debe seguir así. Porque de continuar tolerando estas fallas, pueden ir todavía en aumento. La situación debe cambiar. Debe empezar a cambiar. López Obrador en el país y Enrique Alfaro en Jalisco, pueden comenzar este cambio. (Continuará).

Hace algo así como un par de meses, pensamos escribir una de nuestras columnas con el título que mencionamos arriba, o sea “¿Por qué el gobierno está contra nosotros?” Consideramos en ese entonces tratar el tema con ese encabezado, tras advertir por enésima ocasión, que muchas de las cosas que hacen los funcionarios públicos, afectan la vida de los ciudadanos comunes. Y por lo tanto, habría que hacer esos señalamientos, para tratar de que con la denuncia, esos daños pudieran disminuir.

Sin embargo, desistimos de ese propósito, al considerar que hace mucho tiempo que los radicalismos no dan buenos resultados en nuestro país, por lo que las protestas y las propuestas, deben hacerse preferentemente por la vía pacífica.

Sin embargo, esta moderación en las actitudes –como acabamos de apuntar-, no es obstáculo para que se siga insistiendo en la necesidad de que haciendo un gran esfuerzo y un acopio de buena fe, la gente del sector público haga lo posible por sacar de la marginación al gran sector de la población con el que no tienen un arreglo especial. Porque en los últimos tiempos, los derechos de los ciudadanos, tanto humanos como civiles, no han merecido la atención que se les debería dar.

¿Cuáles son esas fallas?... Uuff y recontra uuff… No nos alcanzaría todo el espacio de un año para citar cuando menos las más sobresalientes. Pero para mencionar unas cuantas podemos señalar en lo económico, el deterioro histórico del poder adquisitivo, las fuertes sanciones pecuniarias a quienes no sean puntuales en el pago de impuestos, las constantes alzas en los energéticos y en los artículos de consumo indispensable, la necesidad de que las esposas tengan que trabajar y desatiendan el hogar, las altas comisiones en los bancos. En lo que ve a la defensa de los derechos ciudadanos: El creciente corporativismo de la autoridad en turno, que con todo el poder del mundo, se cierra habitualmente frente a las demandas ciudadanas. El poder político es una aplanadora y suele aplastar las quejas del ciudadano inerme. Y así sucesivamente. No acabaríamos esta lista si nos propusiéramos seguir adelante.

Pero como lo decimos antes: Esta situación se da no porque la gente en los puestos públicos tenga planeado atacar a la población común; sino porque al perseguir intereses particulares, los malos políticos afectan automáticamente los derechos de la ciudadanía.

Y esto no debe seguir así. Porque de continuar tolerando estas fallas, pueden ir todavía en aumento. La situación debe cambiar. Debe empezar a cambiar. López Obrador en el país y Enrique Alfaro en Jalisco, pueden comenzar este cambio. (Continuará).