/ lunes 30 de octubre de 2023

Los Hechos | La Fuerza de Pablo Lemus


Nadie puede dudar de la fuerza política con que Jesús Pablo Lemus Navarro llega a la candidatura de Movimiento Ciudadano al Gobierno del Estado.

Durante toda su trayectoria como servidor público, la fortaleza de su figura ha sido incuestionable. Primero, no puede olvidarse la manera en que se impuso en la carrera para conseguir la presidencia municipal de Zapopan, por primera vez. Después, en una acción nada común, obtuvo la reelección en el mismo cargo, pasando por encima de todos los demás aspirantes que había al puesto, tanto de su partido como de los contrincantes.

Por si fuera poco, en la etapa siguiente y ante la sorpresa de quienes no están acostumbrados a ver acciones tan extraordinarias en el sector público, consiguió colocarse como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara y en su oportunidad, asumir el cargo de alcalde tapatío, que hasta hace un par de días tenía.

Fue un camino bastante especial, al pasar de la presidencia de un municipio a otro, pero que de alguna forma ya había andado el Gobernador actual Enrique Alfaro, cuando primero fue Edil principal de Tlajomulco y después de la Capital Tapatía, para ubicarse posteriormente en la gubernatura del estado.

Ambos personajes pertenecientes a Movimiento Ciudadano, y con similar trayectoria. Aunque no del todo idéntica.

La diferencia sería que a don Enrique Alfaro, que al parecer contaba con apoyos hasta entonces desconocidos, realizó su camino de 12 años en la dirigencia pública -no contando la diputación local- sin oposición interna. Mientras que Pablo ha realizado su trayectoria -que podrá ser de 15 años- con alguna resistencia. Sobre todo en el caso de la gubernatura.

¿Y esto último por qué? Pues porque en el seno de MC había otros elementos muy cercanos al líder Alfaro que se sentían con derecho a ser tomados en cuenta. Estos serían Alberto Esquer Gutiérrez y José Clemente Castañeda Hoeflich; sin descartar a Verónica Delgadillo García.

Sobre estos posibles competidores, cabe señalar que uno de ellos, Clemente, parecía que se podía convertir en un “Marcelito” de Movimiento Ciudadano, o sea, inconformarse como lo hizo Marcelo Ebrard, con un berrinche que lo ha llevado a coquetear con otros partidos después de que fue descartado en Morena como candidato a la Presidencia de la República. Pero no fue así. A Castañeda le asistió la cordura y optó por acatar la determinación de su partido y quienes en él gobiernan.

O sea que en cierta forma, aún dentro de MC Pablo tiraba para un lado, mientras que grupos con diferente tendencia, jalaban para el otro. Fue necesario por lo tanto, coaligar ideas e intenciones para presentar una fórmula de acuerdo. Que obviamente tiene mayor fuerza. Todo el potencial de Alfaro y el que pudiera traer Pablo por su cuenta, se integró en favor de la causa común.

Resulta pues tras todo esto, que Lemus Navarro se encuentra ya en el camino para la gubernatura y los observadores ven difícil que pueda presentársele un obstáculo. Esto es en referencia a cuestiones internas del partido, porque para las elecciones queda tiempo y tal vez algo podría pasar. Aunque se ve poco probable.


Nadie puede dudar de la fuerza política con que Jesús Pablo Lemus Navarro llega a la candidatura de Movimiento Ciudadano al Gobierno del Estado.

Durante toda su trayectoria como servidor público, la fortaleza de su figura ha sido incuestionable. Primero, no puede olvidarse la manera en que se impuso en la carrera para conseguir la presidencia municipal de Zapopan, por primera vez. Después, en una acción nada común, obtuvo la reelección en el mismo cargo, pasando por encima de todos los demás aspirantes que había al puesto, tanto de su partido como de los contrincantes.

Por si fuera poco, en la etapa siguiente y ante la sorpresa de quienes no están acostumbrados a ver acciones tan extraordinarias en el sector público, consiguió colocarse como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara y en su oportunidad, asumir el cargo de alcalde tapatío, que hasta hace un par de días tenía.

Fue un camino bastante especial, al pasar de la presidencia de un municipio a otro, pero que de alguna forma ya había andado el Gobernador actual Enrique Alfaro, cuando primero fue Edil principal de Tlajomulco y después de la Capital Tapatía, para ubicarse posteriormente en la gubernatura del estado.

Ambos personajes pertenecientes a Movimiento Ciudadano, y con similar trayectoria. Aunque no del todo idéntica.

La diferencia sería que a don Enrique Alfaro, que al parecer contaba con apoyos hasta entonces desconocidos, realizó su camino de 12 años en la dirigencia pública -no contando la diputación local- sin oposición interna. Mientras que Pablo ha realizado su trayectoria -que podrá ser de 15 años- con alguna resistencia. Sobre todo en el caso de la gubernatura.

¿Y esto último por qué? Pues porque en el seno de MC había otros elementos muy cercanos al líder Alfaro que se sentían con derecho a ser tomados en cuenta. Estos serían Alberto Esquer Gutiérrez y José Clemente Castañeda Hoeflich; sin descartar a Verónica Delgadillo García.

Sobre estos posibles competidores, cabe señalar que uno de ellos, Clemente, parecía que se podía convertir en un “Marcelito” de Movimiento Ciudadano, o sea, inconformarse como lo hizo Marcelo Ebrard, con un berrinche que lo ha llevado a coquetear con otros partidos después de que fue descartado en Morena como candidato a la Presidencia de la República. Pero no fue así. A Castañeda le asistió la cordura y optó por acatar la determinación de su partido y quienes en él gobiernan.

O sea que en cierta forma, aún dentro de MC Pablo tiraba para un lado, mientras que grupos con diferente tendencia, jalaban para el otro. Fue necesario por lo tanto, coaligar ideas e intenciones para presentar una fórmula de acuerdo. Que obviamente tiene mayor fuerza. Todo el potencial de Alfaro y el que pudiera traer Pablo por su cuenta, se integró en favor de la causa común.

Resulta pues tras todo esto, que Lemus Navarro se encuentra ya en el camino para la gubernatura y los observadores ven difícil que pueda presentársele un obstáculo. Esto es en referencia a cuestiones internas del partido, porque para las elecciones queda tiempo y tal vez algo podría pasar. Aunque se ve poco probable.