/ domingo 31 de mayo de 2020

Los desafíos de Yeidckol

El partido Movimiento de Regeneración Nacional en Jalisco está fracturado, roto, dividido, confrontado, e incluso, hay quien lo califica de pulverizado. Y es que las distintas (también distantes) expresiones que lo conforman, parece que no logran ubicar un punto de encuentro que los unifique para hacer del polvo una sólida construcción.

De ahí que el Comité Ejecutivo Nacional decidió designar a Yeidckol Polevnsky (actual Secretaria General de Morena) como responsable de dicho partido en la entidad, en virtud de que en los últimos cinco años ha sido imposible elegir una dirigencia formal.

En lo que seguramente será uno de los retos más trascendentes en su trayectoria pública, resulta oportuno exponer algunas tareas pendientes, toda vez que hasta el momento, lo único cierto es que en un buen porcentaje de la militancia y sus liderazgos, la noticia de su llegada, además de sorpresa, provocó incomodidad y recelo.

Por eso uno de sus principales desafíos es explicar con claridad cuál será su misión; en las filas del morenismo existe desconcierto porque en diversos espacios se afirma que viene a poner orden y a convertirse en la voz crítica del alfarismo, lo que ha despertado todo tipo de especulaciones, pues se espera que su intervención tenga que ver más con un ejercicio imparcial de conciliación interna, que en ser la protagonista de un pleito político-electoral.

De igual modo, Polenvsky Gurwitz, en aras de contribuir a la unidad, habrá de considerar que uno de los factores que más ha deteriorado al partido, sobre todo en los meses recientes, es que la delegación y sus funcionarios obedecen a intereses que no coinciden con los principios de la Cuarta Transformación. Es preciso decir que la dependencia más importante de la federación, mantiene un sospechoso vínculo con la aristocracia naranja y que las subdelegaciones trabajan en favor de las alcaldías emecistas. Al respecto, hay tanta evidencia y tal descaro, que para la gente ya resulta difícil distinguir si las oficinas de la Secretaría del Bienestar –por ejemplo- son atendidas por personal afín a Movimiento Ciudadano o al gobierno federal.

A lo anterior hay que agregar que los presidentes de extracción morenista del interior del Estado, han tenido que doblar las manos ante el amago del gobierno anaranjado, en el sentido de que no obtendrán recursos financieros para la ejecución de obras estratégicas para los municipios que gobiernan, si no se alinean a sus proyectos e instrucciones.

Sin duda, por otro lado, una de las asignaturas más relevantes que Polenvsky tiene por delante, es la de hacer un diagnóstico objetivo para conocer quiénes tienen una verdadera posibilidad de consumar la concordia entre los diferentes grupos; si algo ha dañado al partido del presidente López Obrador en la localidad, es que ha prevalecido la imposición sobre la práctica democrática. Es entonces que ahora puede entenderse por qué Hugo Rodríguez jamás logró ser el gran convocante, por el contrario, su nombramiento como delegado en funciones complicó todo por su formación y origen partidista, que es inconsistente con los valores que exigen los nuevos tiempos.

Morena debe asumir la responsabilidad histórica que tiene de cara a la población para recomponer el rumbo y enviar el mensaje de que cuenta con la capacidad de hacer buenos gobiernos. Sin embargo, tampoco se puede caer en el autoengaño; hasta hoy no ha podido significarse como una oposición bien articulada.

Así las cosas, Yeidckol Polenvsky tendrá que hacer uso de todos sus talentos (vaya que los tiene) para salir airosa de la impugnación que se avecina por su presencia y sacar adelante la encomienda para la cual fue nominada.

La integración de los morenistas para encontrar el mejor camino que los lleve a la instalación de un nuevo comité estatal, es un imperativo de frente a las elecciones del próximo año.

El partido Movimiento de Regeneración Nacional en Jalisco está fracturado, roto, dividido, confrontado, e incluso, hay quien lo califica de pulverizado. Y es que las distintas (también distantes) expresiones que lo conforman, parece que no logran ubicar un punto de encuentro que los unifique para hacer del polvo una sólida construcción.

De ahí que el Comité Ejecutivo Nacional decidió designar a Yeidckol Polevnsky (actual Secretaria General de Morena) como responsable de dicho partido en la entidad, en virtud de que en los últimos cinco años ha sido imposible elegir una dirigencia formal.

En lo que seguramente será uno de los retos más trascendentes en su trayectoria pública, resulta oportuno exponer algunas tareas pendientes, toda vez que hasta el momento, lo único cierto es que en un buen porcentaje de la militancia y sus liderazgos, la noticia de su llegada, además de sorpresa, provocó incomodidad y recelo.

Por eso uno de sus principales desafíos es explicar con claridad cuál será su misión; en las filas del morenismo existe desconcierto porque en diversos espacios se afirma que viene a poner orden y a convertirse en la voz crítica del alfarismo, lo que ha despertado todo tipo de especulaciones, pues se espera que su intervención tenga que ver más con un ejercicio imparcial de conciliación interna, que en ser la protagonista de un pleito político-electoral.

De igual modo, Polenvsky Gurwitz, en aras de contribuir a la unidad, habrá de considerar que uno de los factores que más ha deteriorado al partido, sobre todo en los meses recientes, es que la delegación y sus funcionarios obedecen a intereses que no coinciden con los principios de la Cuarta Transformación. Es preciso decir que la dependencia más importante de la federación, mantiene un sospechoso vínculo con la aristocracia naranja y que las subdelegaciones trabajan en favor de las alcaldías emecistas. Al respecto, hay tanta evidencia y tal descaro, que para la gente ya resulta difícil distinguir si las oficinas de la Secretaría del Bienestar –por ejemplo- son atendidas por personal afín a Movimiento Ciudadano o al gobierno federal.

A lo anterior hay que agregar que los presidentes de extracción morenista del interior del Estado, han tenido que doblar las manos ante el amago del gobierno anaranjado, en el sentido de que no obtendrán recursos financieros para la ejecución de obras estratégicas para los municipios que gobiernan, si no se alinean a sus proyectos e instrucciones.

Sin duda, por otro lado, una de las asignaturas más relevantes que Polenvsky tiene por delante, es la de hacer un diagnóstico objetivo para conocer quiénes tienen una verdadera posibilidad de consumar la concordia entre los diferentes grupos; si algo ha dañado al partido del presidente López Obrador en la localidad, es que ha prevalecido la imposición sobre la práctica democrática. Es entonces que ahora puede entenderse por qué Hugo Rodríguez jamás logró ser el gran convocante, por el contrario, su nombramiento como delegado en funciones complicó todo por su formación y origen partidista, que es inconsistente con los valores que exigen los nuevos tiempos.

Morena debe asumir la responsabilidad histórica que tiene de cara a la población para recomponer el rumbo y enviar el mensaje de que cuenta con la capacidad de hacer buenos gobiernos. Sin embargo, tampoco se puede caer en el autoengaño; hasta hoy no ha podido significarse como una oposición bien articulada.

Así las cosas, Yeidckol Polenvsky tendrá que hacer uso de todos sus talentos (vaya que los tiene) para salir airosa de la impugnación que se avecina por su presencia y sacar adelante la encomienda para la cual fue nominada.

La integración de los morenistas para encontrar el mejor camino que los lleve a la instalación de un nuevo comité estatal, es un imperativo de frente a las elecciones del próximo año.