/ martes 21 de julio de 2020

Los consejeros del INE

La convocatoria para el nombramiento de los nuevos consejeros reúne los requisitos de elegibilidad para la elección de quienes van a decidir el camino electoral de las elecciones federales y algunas gubernaturas para el año 2021, de la misma manera para las próximas elecciones presidenciales del 2024 y su conformación en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, el nombramiento de consejeros electorales es una tarea de mucha dedicación y estudio para dar certidumbre y trasparencia a los ganadores de las contiendas electorales que están próximas en esos años, no obstante los berrinches de John M. Ackerman, la decisión sigue su curso porque no puede caer la desconfianza electoral por una sola persona que pierde el sentido académico como pensador libre cuando sus intereses personales no llegan a los objetivos que planteo.

Los árbitros electorales deben de tener el compromiso de la imparcialidad y objetividad con los elementos de la realidad jurídica, sociológica, política y electoral que viven los más de ciento treinta millones de personas en este país, pero solo algunas que tienen su calidad constitucional de ciudadanía podrán votar, estos otorgarán ese voto para ser representados, primero en la máxima tribuna de la voz de los mexicanos como es la Cámara de Diputados, después en la representación del Pacto Federal como es el Senado de la República, así los árbitros electorales harán valer el voto de cada uno de los ciudadanos entre los candidatos propuestos por los partidos políticos en sus triunfos electorales y sus derrotas, más sin embargo la contienda electoral puede judicializarse, pero esta será otra historia en los momentos del inicio de los juicios electorales.

México ya vivió por muchas décadas la concentración del Poder Ejecutivo en los temas electorales, en los momentos de contiendas políticas donde estas se vinculaban a la Secretaría de Gobernación del Poder Ejecutivo Federal y se convertían en árbitros electorales, siendo juez y parte en las decisiones de las controversias electorales inclinando la balanza del voto ciudadano hacia los candidatos en ese momento del partido gobernante.

La historia no se equivoca y en los momentos del Presidente José López Portillo y del genio de la política Don Jesús Reyes Heroles, el Estado fue dándole participación a las minorías representados por sus partidos políticos y se creaba el Código Federal de Procedimientos Electorales, se reconocían por el Estado los escaños y las curules en los puestos de representación política a las minorías, se daban fórmulas de representación proporcional y se establecían lo que se conoce como el repechaje político, pero faltaba mucho por hacer en este renacimiento de la democracia en México, por lo que tuvo que darse una reforma política de fondo en el gobierno presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León y crear a los Consejeros Electorales y al Instituto Federal Electoral; de esta manera caro o barato en términos del financiamiento por el Estado Mexicano, se otorgó la certidumbre del triunfo electoral a los ciudadanos mexicanos y así se desprendieron las contiendas electorales del monopolio del Poder Ejecutivo Federal en las elecciones presidenciales de Gobernadores, Diputados Federales y Senadores, el camino es seguir para adelante porque la historia no tiene regreso.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara, Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

La convocatoria para el nombramiento de los nuevos consejeros reúne los requisitos de elegibilidad para la elección de quienes van a decidir el camino electoral de las elecciones federales y algunas gubernaturas para el año 2021, de la misma manera para las próximas elecciones presidenciales del 2024 y su conformación en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, el nombramiento de consejeros electorales es una tarea de mucha dedicación y estudio para dar certidumbre y trasparencia a los ganadores de las contiendas electorales que están próximas en esos años, no obstante los berrinches de John M. Ackerman, la decisión sigue su curso porque no puede caer la desconfianza electoral por una sola persona que pierde el sentido académico como pensador libre cuando sus intereses personales no llegan a los objetivos que planteo.

Los árbitros electorales deben de tener el compromiso de la imparcialidad y objetividad con los elementos de la realidad jurídica, sociológica, política y electoral que viven los más de ciento treinta millones de personas en este país, pero solo algunas que tienen su calidad constitucional de ciudadanía podrán votar, estos otorgarán ese voto para ser representados, primero en la máxima tribuna de la voz de los mexicanos como es la Cámara de Diputados, después en la representación del Pacto Federal como es el Senado de la República, así los árbitros electorales harán valer el voto de cada uno de los ciudadanos entre los candidatos propuestos por los partidos políticos en sus triunfos electorales y sus derrotas, más sin embargo la contienda electoral puede judicializarse, pero esta será otra historia en los momentos del inicio de los juicios electorales.

México ya vivió por muchas décadas la concentración del Poder Ejecutivo en los temas electorales, en los momentos de contiendas políticas donde estas se vinculaban a la Secretaría de Gobernación del Poder Ejecutivo Federal y se convertían en árbitros electorales, siendo juez y parte en las decisiones de las controversias electorales inclinando la balanza del voto ciudadano hacia los candidatos en ese momento del partido gobernante.

La historia no se equivoca y en los momentos del Presidente José López Portillo y del genio de la política Don Jesús Reyes Heroles, el Estado fue dándole participación a las minorías representados por sus partidos políticos y se creaba el Código Federal de Procedimientos Electorales, se reconocían por el Estado los escaños y las curules en los puestos de representación política a las minorías, se daban fórmulas de representación proporcional y se establecían lo que se conoce como el repechaje político, pero faltaba mucho por hacer en este renacimiento de la democracia en México, por lo que tuvo que darse una reforma política de fondo en el gobierno presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León y crear a los Consejeros Electorales y al Instituto Federal Electoral; de esta manera caro o barato en términos del financiamiento por el Estado Mexicano, se otorgó la certidumbre del triunfo electoral a los ciudadanos mexicanos y así se desprendieron las contiendas electorales del monopolio del Poder Ejecutivo Federal en las elecciones presidenciales de Gobernadores, Diputados Federales y Senadores, el camino es seguir para adelante porque la historia no tiene regreso.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara, Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio