/ viernes 21 de septiembre de 2018

Los años de ser oposición dentro del PRD

Ismael del Toro


Tercera parte


Esto se contrastará con el trato que recibimos en su momento del Gobierno estatal, ya con el PRI en Casa Jalisco, y cuando yo era el presidente municipal de Tlajomulco en la administración posterior a la de Alfaro. De manera sistemática la administración de Aristóteles Sandoval politizó la agenda de movilidad (cancelando la posibilidad de que la Línea 3 del Tren Ligero se construyera para habilitar un corredor de transporte en el que no había rutas de camiones, como era el caso de la que el plan maestro de movilidad proponía para unir Guadalajara y Tlajomulco; no estábamos en contra de que dicha línea favoreciera a los habitantes de Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque, pero el corredor que al final se determinó para construir la Línea 3 ya contaba con diversas rutas de transporte público); politizando también la agenda de salud pública (estudios documentaban que en 90 municipios de los 125 que hay en Jalisco los pozos de abastecimiento de agua presentan niveles considerables de arsénico, por lo que se requieren de plantas potabilizadoras para su tratamiento: voceros del Gobierno estatal hacían creer a la opinión pública que este era un problema exclusivo de Tlajomulco, y, además, la administración nos negaba los recursos estatales necesarios para la atención del problema, por lo que como presidente tuve que alterar el plan de inversión del municipio y así poder construir una decena de plantas potabilizadoras durante mi gestión); y, en fin, jugando a la política electoral con lo que debió ser una relación institucional entre niveles de gobierno (aunque debo decir que mi relación personal con el gobernador era amistosa, algunos de los secretarios de su gabinete hacían cuanto estaba en sus manos para golpear al Gobierno de Tlajomulco y de esta manera lastimar la imagen pública del proyecto alfarista; sería muy ingenuo pensar que lo hacían por cuenta propia y sin el aval de su jefe).

Valga decir que en todo caso, no me parece que a Emilio González le haya ido mal con el triunfo de Aristóteles Sandoval: antes bien, observo que hubo un buen entendimiento entre las administraciones entrante y salientes.


***


En el plano federal, una campaña errática y el discurso panista convenció a un amplio segmento de electores de que "López Obrador es un peligro para México". Felipe Calderón Hinojosa, el postulante panista, sería electo presidente de México por apenas una mínima diferencia.

Pese a la derrota del proyecto obradorista, la alta votación alcanzada por López Obrador en Jalisco, en comparación con la votación perredista de procesos anteriores, le permitió a la coalición un grupo parlamentario de cuatro diputados: tres perredistas (dos de los cuales pertenecían al grupo Universidad: Alfaro era el otro) y un petista.

Nos propusimos trabajar por la candidatura a Tlajomulco. Para ello nos trazamos la siguiente ruta táctica: uno, hacer de la posición como diputado de Enrique un espacio para diferenciarnos de las diversas expresiones políticas, a saber, por supuesto del PRI y del PAN, pero también del PRD identificado con el grupo Universidad; dos, en consecuencia, disputar y ganar al grupo Universidad espacios dentro del PRD; y tres, como un contrapeso al cerco udegeísta tanto en el PRD como en el propio congreso, y también para dar resultados en la gestión que reditúen en beneficios para el municipio, buscar los acuerdos necesarios con la mayoría panista en el parlamento para generar recursos para el municipio.

Estas disposiciones tácticas nos enfrentaron más o menos abiertamente con los otros diputados del PRD, que le respondían políticamente al grupo universidad y su líder, el ex rector Raúl Padilla López.


(Continuará)


Ismael del Toro


Tercera parte


Esto se contrastará con el trato que recibimos en su momento del Gobierno estatal, ya con el PRI en Casa Jalisco, y cuando yo era el presidente municipal de Tlajomulco en la administración posterior a la de Alfaro. De manera sistemática la administración de Aristóteles Sandoval politizó la agenda de movilidad (cancelando la posibilidad de que la Línea 3 del Tren Ligero se construyera para habilitar un corredor de transporte en el que no había rutas de camiones, como era el caso de la que el plan maestro de movilidad proponía para unir Guadalajara y Tlajomulco; no estábamos en contra de que dicha línea favoreciera a los habitantes de Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque, pero el corredor que al final se determinó para construir la Línea 3 ya contaba con diversas rutas de transporte público); politizando también la agenda de salud pública (estudios documentaban que en 90 municipios de los 125 que hay en Jalisco los pozos de abastecimiento de agua presentan niveles considerables de arsénico, por lo que se requieren de plantas potabilizadoras para su tratamiento: voceros del Gobierno estatal hacían creer a la opinión pública que este era un problema exclusivo de Tlajomulco, y, además, la administración nos negaba los recursos estatales necesarios para la atención del problema, por lo que como presidente tuve que alterar el plan de inversión del municipio y así poder construir una decena de plantas potabilizadoras durante mi gestión); y, en fin, jugando a la política electoral con lo que debió ser una relación institucional entre niveles de gobierno (aunque debo decir que mi relación personal con el gobernador era amistosa, algunos de los secretarios de su gabinete hacían cuanto estaba en sus manos para golpear al Gobierno de Tlajomulco y de esta manera lastimar la imagen pública del proyecto alfarista; sería muy ingenuo pensar que lo hacían por cuenta propia y sin el aval de su jefe).

Valga decir que en todo caso, no me parece que a Emilio González le haya ido mal con el triunfo de Aristóteles Sandoval: antes bien, observo que hubo un buen entendimiento entre las administraciones entrante y salientes.


***


En el plano federal, una campaña errática y el discurso panista convenció a un amplio segmento de electores de que "López Obrador es un peligro para México". Felipe Calderón Hinojosa, el postulante panista, sería electo presidente de México por apenas una mínima diferencia.

Pese a la derrota del proyecto obradorista, la alta votación alcanzada por López Obrador en Jalisco, en comparación con la votación perredista de procesos anteriores, le permitió a la coalición un grupo parlamentario de cuatro diputados: tres perredistas (dos de los cuales pertenecían al grupo Universidad: Alfaro era el otro) y un petista.

Nos propusimos trabajar por la candidatura a Tlajomulco. Para ello nos trazamos la siguiente ruta táctica: uno, hacer de la posición como diputado de Enrique un espacio para diferenciarnos de las diversas expresiones políticas, a saber, por supuesto del PRI y del PAN, pero también del PRD identificado con el grupo Universidad; dos, en consecuencia, disputar y ganar al grupo Universidad espacios dentro del PRD; y tres, como un contrapeso al cerco udegeísta tanto en el PRD como en el propio congreso, y también para dar resultados en la gestión que reditúen en beneficios para el municipio, buscar los acuerdos necesarios con la mayoría panista en el parlamento para generar recursos para el municipio.

Estas disposiciones tácticas nos enfrentaron más o menos abiertamente con los otros diputados del PRD, que le respondían políticamente al grupo universidad y su líder, el ex rector Raúl Padilla López.


(Continuará)


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