/ domingo 21 de febrero de 2021

Lo bueno, lo malo y lo feo de este regreso a clases


Lo bueno: hoy lunes 22 de febrero las y los estudiantes de nivel licenciatura y posgrado iniciamos clases formalmente. Lo malo: el rezago educativo y la deserción escolar; hoy nos faltan estudiantes. Lo feo: sin poder volver a clases presenciales, la virtualidad sigue evidenciando las desigualdades, sigue habiendo estudiantes sin acceso a internet, sin una computadora o tablet para seguir sus clases y sin recursos económicos para comprar los manuales que les solicitan.

Aunado a las desigualdades que ya he mencionado, resulta frustrante para la comunidad estudiantil continuar con un tercer semestre de manera virtual. Por ejemplo, las y los odontólogos, por más ganas y esfuerzos que le pongan, no es posible desarrollar la destreza de poner una resina viendo videos, hay que practicar en las clínicas. De igual forma las y los estudiantes que ven retrasados sus proyectos por no poder pisar los laboratorios. Es necesario repensar el actuar de la universidad que no ha sido capaz de desarrollar una forma híbrida de trabajo, en la que la comunidad estudiantil pueda hacer esas prácticas y actividades que no pueden hacerse a través de una pantalla.

Otro de los graves problemas a los que contribuyó la pandemia es el rezago educativo. En este regreso a clases nos faltan compañerxs y es que un número considerable de estudiantes tomaron una pausa temporal (licencia), simplemente dejaron de asistir a sus cursos sin avisarle a nadie (ausentismo), o abandonaron la escuela de manera definitiva (deserción). Por donde se le vea, siempre es una terrible noticia que un estudiante abandone la escuela. Para que un país se desarrolle de forma óptima la fórmula es muy sencilla: la educación. La educación es la llave maestra para que se cumplan los derechos humanos y una herramienta eficaz para combatir las desigualdades.

Todos los problemas anteriores ponen de manifiesto que hoy más que nunca hay que encontrar formas de ayudar a las y los estudiantes. Si la deserción gana, será mucho más difícil tener un buen porvenir como sociedad. Uno de los reclamos de estudiantes de preparatorias (SEMS) son aquellos elementos extras que les solicitan de manera obligatoria, por ejemplo los manuales. El material didáctico debe brindarlo la UdeG, así de claro. Como solución es necesario que la UdeG incluya todos los manuales y libros que necesitan las y los estudiantes de preparatorias, de manera electrónica y gratuita en su red de bibliotecas, que dicho sea de paso es de la más grandes del país. Es impresionante la cantidad de material que tienen para el nivel superior, pero para preparatorias es reducido. Urge atender al estudiantado del SEMS. Garantizar estos manuales y libros significa que ningún estudiante abandone la escuela por razones de accesibilidad y favorece a aquellos que por su situación económica no pueden adquirirlos.

Por último solo me queda decir, no sin antes desearles un gran inicio de clases a las y los estudiantes de la UdeG, que estoy de acuerdo con las declaraciones del Presidente de México en relación a que ningún estudiante esté obligado a pagar un peso en una escuela pública, por ejemplo en las preparatorias. Sin embargo, el apoyo de su gobierno a la educación no es proporcional con su discurso. Mucho se dice de gratuidad y calidad educativa, pero el incremento presupuestal es apenas la inflación, cuando la Universidad de Guadalajara ha incrementado su oferta educativa en más de ocho mil estudiantes en los últimos tres años. Ojalá haya congruencia entre su discurso y su actuar porque la educación pública es la que nos salvará de las crisis futuras.


twitter @JavierArmentaMX

insta: Fj_armenta


Lo bueno: hoy lunes 22 de febrero las y los estudiantes de nivel licenciatura y posgrado iniciamos clases formalmente. Lo malo: el rezago educativo y la deserción escolar; hoy nos faltan estudiantes. Lo feo: sin poder volver a clases presenciales, la virtualidad sigue evidenciando las desigualdades, sigue habiendo estudiantes sin acceso a internet, sin una computadora o tablet para seguir sus clases y sin recursos económicos para comprar los manuales que les solicitan.

Aunado a las desigualdades que ya he mencionado, resulta frustrante para la comunidad estudiantil continuar con un tercer semestre de manera virtual. Por ejemplo, las y los odontólogos, por más ganas y esfuerzos que le pongan, no es posible desarrollar la destreza de poner una resina viendo videos, hay que practicar en las clínicas. De igual forma las y los estudiantes que ven retrasados sus proyectos por no poder pisar los laboratorios. Es necesario repensar el actuar de la universidad que no ha sido capaz de desarrollar una forma híbrida de trabajo, en la que la comunidad estudiantil pueda hacer esas prácticas y actividades que no pueden hacerse a través de una pantalla.

Otro de los graves problemas a los que contribuyó la pandemia es el rezago educativo. En este regreso a clases nos faltan compañerxs y es que un número considerable de estudiantes tomaron una pausa temporal (licencia), simplemente dejaron de asistir a sus cursos sin avisarle a nadie (ausentismo), o abandonaron la escuela de manera definitiva (deserción). Por donde se le vea, siempre es una terrible noticia que un estudiante abandone la escuela. Para que un país se desarrolle de forma óptima la fórmula es muy sencilla: la educación. La educación es la llave maestra para que se cumplan los derechos humanos y una herramienta eficaz para combatir las desigualdades.

Todos los problemas anteriores ponen de manifiesto que hoy más que nunca hay que encontrar formas de ayudar a las y los estudiantes. Si la deserción gana, será mucho más difícil tener un buen porvenir como sociedad. Uno de los reclamos de estudiantes de preparatorias (SEMS) son aquellos elementos extras que les solicitan de manera obligatoria, por ejemplo los manuales. El material didáctico debe brindarlo la UdeG, así de claro. Como solución es necesario que la UdeG incluya todos los manuales y libros que necesitan las y los estudiantes de preparatorias, de manera electrónica y gratuita en su red de bibliotecas, que dicho sea de paso es de la más grandes del país. Es impresionante la cantidad de material que tienen para el nivel superior, pero para preparatorias es reducido. Urge atender al estudiantado del SEMS. Garantizar estos manuales y libros significa que ningún estudiante abandone la escuela por razones de accesibilidad y favorece a aquellos que por su situación económica no pueden adquirirlos.

Por último solo me queda decir, no sin antes desearles un gran inicio de clases a las y los estudiantes de la UdeG, que estoy de acuerdo con las declaraciones del Presidente de México en relación a que ningún estudiante esté obligado a pagar un peso en una escuela pública, por ejemplo en las preparatorias. Sin embargo, el apoyo de su gobierno a la educación no es proporcional con su discurso. Mucho se dice de gratuidad y calidad educativa, pero el incremento presupuestal es apenas la inflación, cuando la Universidad de Guadalajara ha incrementado su oferta educativa en más de ocho mil estudiantes en los últimos tres años. Ojalá haya congruencia entre su discurso y su actuar porque la educación pública es la que nos salvará de las crisis futuras.


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