/ viernes 3 de enero de 2020

Línea 3: la espera continúa

Si bien es cierto que las obras de movilidad y transporte serán prioridad para el Gobierno del Estado el próximo 2020, lo cierto es que la Línea 3 del Tren Eléctrico no cumplirá su propósito como obra insignia del Gobierno Federal en Jalisco y deberá esperarse hasta la segunda mitad del próximo año.

Por otra parte, el ejecutivo del estado ha debido invertir y programar el fortalecimiento de otros proyectos paliativos no obstante concurrentes en el caótico problema del transporte colectivo como “mi Macroperiférico”, la planeación operativa de la Línea 3, la renovación de la señalética en la Línea 1 del Tren Eléctrico, y la ampliación de ciclovías o la mejora de la que se pretende renovar en el Circuito Metropolitano. Esta última, si bien programada por el gobierno municipal de Tlajomulco de Zúñiga en su arribo a Cajititlán, tiene el propósito de conectar la carretera a Chapala con la población del mismo nombre y Cuexcomatitlán luego de sufrir deterioro gradual después de 2 años de ser utilizada.

No obstante, se quedarán sin concluir 3 ciclovías de las 5 anunciadas por el ejecutivo del estado y las cuales representan una disminución de las carencias para transportarse, por parte de muchos usuarios de la bicicleta, que han descubierto en el Valle de Atemajac las virtudes de trasladarse en el artilugio más eficiente de la Segunda Revolución Industrial con todas sus ventajas para la salud ambiental colectiva y fisiológica individual pero, sin embargo, poco comprendida ante la falta de una reconversión cultural e integral de los hábitos en nuestra sociedad.

Sobre todo si consideramos que a partir de la inexistencia de un transporte público digno y eficiente se han multiplicado exponencialmente el uso de mototaxis en la periferia de Guadalajara, así como un parque vehicular anacrónico y la caótica vialidad generadora de una contaminación atmosférica incontenible cada vez más notoria, al agregarse el inevitable aumento del tráfico por la segregación de carriles para dar paso a las ciclovías, sobre todo en avenidas de alta densidad vehicular tipo Ávila Camacho, Revolución, 8 de Julio, Niños Héroes, Washington, Marcelino García Barragán, Av. México, en algunos casos ya terminadas y en otros con avances en su construcción de hasta el 80% como es el caso de la ciclovía de Av. Laureles en Zapopan.

Pocas obras si consideramos la veracidad, poco probable, de quienes aseguran la terminación de la Línea 3 a mediados del próximo año y, si consideramos, el incumplimiento de los plazos autoimpuestos por las autoridades federales. Lo anterior sin considerar el sobrecosto del 100% del presupuesto original y más allá de los 2 años de atraso representados hasta hoy. Pésima combinación la falta de planeación, ineficiencia y corrupción.

Fórmula cuestionable a pesar del optimismo del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Luis Rafael Méndez Jaled, quien prevé la culminación de esa tardada obra en el mes de mayo, pero a muchos nos parece una opinión muy optimista pues, especialmente las obras iniciadas en el sexenio anterior, padecen ese tufo de irresponsabilidad que las caracterizó en diversas partes del país.

Así es como observamos muchos profesionales de la arquitectura, el urbanismo y la planeación de la ciudad como una acción característica de nuestro tiempo en la función pública.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Si bien es cierto que las obras de movilidad y transporte serán prioridad para el Gobierno del Estado el próximo 2020, lo cierto es que la Línea 3 del Tren Eléctrico no cumplirá su propósito como obra insignia del Gobierno Federal en Jalisco y deberá esperarse hasta la segunda mitad del próximo año.

Por otra parte, el ejecutivo del estado ha debido invertir y programar el fortalecimiento de otros proyectos paliativos no obstante concurrentes en el caótico problema del transporte colectivo como “mi Macroperiférico”, la planeación operativa de la Línea 3, la renovación de la señalética en la Línea 1 del Tren Eléctrico, y la ampliación de ciclovías o la mejora de la que se pretende renovar en el Circuito Metropolitano. Esta última, si bien programada por el gobierno municipal de Tlajomulco de Zúñiga en su arribo a Cajititlán, tiene el propósito de conectar la carretera a Chapala con la población del mismo nombre y Cuexcomatitlán luego de sufrir deterioro gradual después de 2 años de ser utilizada.

No obstante, se quedarán sin concluir 3 ciclovías de las 5 anunciadas por el ejecutivo del estado y las cuales representan una disminución de las carencias para transportarse, por parte de muchos usuarios de la bicicleta, que han descubierto en el Valle de Atemajac las virtudes de trasladarse en el artilugio más eficiente de la Segunda Revolución Industrial con todas sus ventajas para la salud ambiental colectiva y fisiológica individual pero, sin embargo, poco comprendida ante la falta de una reconversión cultural e integral de los hábitos en nuestra sociedad.

Sobre todo si consideramos que a partir de la inexistencia de un transporte público digno y eficiente se han multiplicado exponencialmente el uso de mototaxis en la periferia de Guadalajara, así como un parque vehicular anacrónico y la caótica vialidad generadora de una contaminación atmosférica incontenible cada vez más notoria, al agregarse el inevitable aumento del tráfico por la segregación de carriles para dar paso a las ciclovías, sobre todo en avenidas de alta densidad vehicular tipo Ávila Camacho, Revolución, 8 de Julio, Niños Héroes, Washington, Marcelino García Barragán, Av. México, en algunos casos ya terminadas y en otros con avances en su construcción de hasta el 80% como es el caso de la ciclovía de Av. Laureles en Zapopan.

Pocas obras si consideramos la veracidad, poco probable, de quienes aseguran la terminación de la Línea 3 a mediados del próximo año y, si consideramos, el incumplimiento de los plazos autoimpuestos por las autoridades federales. Lo anterior sin considerar el sobrecosto del 100% del presupuesto original y más allá de los 2 años de atraso representados hasta hoy. Pésima combinación la falta de planeación, ineficiencia y corrupción.

Fórmula cuestionable a pesar del optimismo del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Luis Rafael Méndez Jaled, quien prevé la culminación de esa tardada obra en el mes de mayo, pero a muchos nos parece una opinión muy optimista pues, especialmente las obras iniciadas en el sexenio anterior, padecen ese tufo de irresponsabilidad que las caracterizó en diversas partes del país.

Así es como observamos muchos profesionales de la arquitectura, el urbanismo y la planeación de la ciudad como una acción característica de nuestro tiempo en la función pública.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com