A cuatro años de la desaparición de Javier, Jesús Daniel y Marco Francisco, tres estudiantes de cine del CAVV no hay una sola persona sentenciada. Preocupa que el Estado con todo su poder no pueda garantizarnos justicia, pasa otro Fiscal con resultados mediocres, la impunidad sigue cobrando vidas pues el panorama es el mismo, quien desaparece a alguien no la paga. El caso de los tres jóvenes del CAVV es evidencia de la impunidad que carcome a Jalisco. Aún más, al gobierno nada le importa la crisis de desaparecidos pues no implementa nuevas estrategias, permitiendo que la violencia en el estado se haya exacerbado.
Hace unos días Jalisco superó la cifra de más de 16,000 personas desaparecidas; no quiero pensar en términos de cifras pues cada uno de ellos y ellas tienen un nombre, un rostro, una historia de vida y su ausencia ha esparcido dolor en sus familias, las que sufren la frustración diaria de un gobierno que no busca y no da respuestas. ¿Por qué el gobierno no destina más recursos a la búsqueda e identificación? ¿Cómo es posible que tan solo en pocos días las madres de las y los desaparecidos tengan mejores resultados que quienes se supone que es su trabajo? Indudablemente mientras la estrategia no cambie, Jalisco padecerá las sombras de las fosas clandestinas y el miedo permanente de ser el siguiente.
Desde el 19 de marzo del 2018, cuando desaparecieron los tres estudiantes del CAVV a la fecha, han desaparecido 5,053 jóvenes más en Jalisco, de acuerdo con el periodista Darwing Franco; eso quiere decir casi 3.5 jóvenes desaparecidos por día, datos escalofriantes para un Jalisco que vive en estado de emergencia por violencia e inseguridad.
Preocupa también la actitud que el gobernador de Jalisco tiene hacia este fenómeno, resulta indignante que su discurso hacia fuera sea exigir un trato justo para Jalisco, cuando él no destina un presupuesto digno para atender la crisis de desaparecidos y más aún no reciba a las familias y no las escuche porque no tiene resultados. Sus omisiones y desdén son la firma de su gobierno indolente. Quien no da soluciones, solo expresa excusas. En el Semefo pasan hasta 1 año de espera para poder recibir el cuerpo de un familiar encontrado en alguna fosa, ¿se invierte dinero público para agilizar los procesos y dar respuestas a las familias? No, el Estado prefiere cerrar los ojos.
La ineficiencia de este gobierno en este tema se vio evidenciada cuando vinieron los colectivos de Sonora para descubrir 81 cuerpos en 5 días de investigación. El gobernador descalificó su labor en lugar de agradecerles por hacer el trabajo que la Fiscalía del Estado no ha querido o no ha podido hacer. Esa actitud no es exclusiva del estado de Jalisco, también la Federación ha sido omisa, pues ni siquiera la participación de la FGR en el caso de los 3 estudiantes del CAVV cambió el resultado. Mientras la impunidad siga reinando, la paz que tanto anhelamos no llegará a México. ¡Exigimos justicia, mejores estrategias! No vamos aceptar que siga habiendo cero sentenciados, que las madres tengan que hacer el trabajo de nuestros gobiernos omisos, que el miedo siga cobijando hogares fracturados.
La sociedad no podemos esperar a que lleguen gobernantes a la altura, actuar hoy es imperativo para salir de la espiral de la cultura de la muerte que deja casi 4 desaparecidos jóvenes al día. Tomar acción implica organizarnos entre vecinos hartos de ver pasar la violencia, periodistas comprometidos con la verdad, académicos que analicen las problemáticas de manera profunda y la sensibilidad de las madres, padres, hermanos, que con sus propias manos buscan los restos de sus familiares poniendo la vida misma en riesgo, pero ya una vez que te han quitado el miedo, no hay nada más que puedan arrebatarte.
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