/ lunes 1 de agosto de 2022

Las voces que faltan | Mayéutica medioambiental

La mayéutika es una corriente del pensamiento socrático que parte de la premisa de que todas las personas somos poseedoras de las respuestas, solo hay que saber buscarlas a través de las preguntas adecuadas. Hago referencia a esto porque entre los ecos que el festival de la resistencia busca sembrar en la comunidad estudiantil y entre los asistentes a este, son preguntas en torno al modelo de vida consumista actual. Seguir al paso que vamos es insostenible para el medio ambiente; no es solo mi opinión, está sustentado por la comunidad científica. La misma ONU ha marcado este 2022 como el año del no retorno. Cambiamos o estamos condenados.

Para lograr una transformación responsable y sustentable, buscamos incentivar un cambio en el pensamiento. Por eso, una de las actividades que promovemos a través del festival de la resistencia es el reciclaje de pet, papel, pilas, útiles escolares, ropa, entre otros productos mal manejados que al reciclarse pueden aprovecharse de la mejor manera. Sin contar el enorme beneficio que traen al tratarse de manera correcta, por ejemplo, cada pila recolectada evita que se contamine el agua de una alberca de 25 x 25 metros. Por eso me llena de orgullo anunciar que al día de hoy hemos logrado salvar 124 árboles maduros de 20 años de edad aproximadamente con los más de 7,500 kilos de papel que hemos recolectado, así como más de 370 mil litros de agua, que buena falta hacen hoy en Nuevo León. Pequeñas acciones hacen grandes diferencias, y no nos detendremos, la meta es que logremos salvar una masa forestal equivalente al parque San Rafael de Guadalajara, mismo que por cierto, sigue bajo asecho del cártel inmobiliario.

A las y los lectores de esta columna me gustaría que se respondieran un par de preguntas: ¿Soy consciente de cuánto contamino diariamente? ¿Soy consciente de qué alternativas tengo para reducir el consumo y la contaminación? De esto y más hablaremos en el festival de la resistencia en el módulo del “tianguis del recicle”, uno de nuestros aliados en las diferentes causas que conforman al festival.

Trayendo a la mayéutica al campo de juego, la pregunta principal que nos toca responder es ¿estamos dispuestos a cambiar? Abandonar algunas de nuestras comodidades en nombre del futuro del planeta, de la humanidad y las próximas generaciones. Se requiere dejar a un costado el egoísmo y abrirle la puerta a la empatía, la práctica de esos nuevos hábitos de consumo no serán algo nuevo para el ser humano, así se vivió durante siglos, cuando nuestro impacto en la urbe era mucho menor, cuando existía una mejor relación con el entorno, cuando el consumismo no era imperante.

Cabe destacar que ahora contamos con más recursos tecnológicos y de organización, nos jugamos la guerra de la supervivencia contra nosotros mismos, contra nuestro egoísmo; silenciosa pero lenta, la única manera de sobrevivir es la empatía y la generosidad, por el bien de todos, que al amor a la naturaleza y al ser humano triunfe.

Para cerrar, pienso en una frase de Erich Fromm que leí en su libro Del tener al ser, pues me parece pertinente: “La acumulación de capital y mercancías siempre tendrá un límite, sin embargo el desarrollo del ser a través de las artes, deporte, psicología, liderazgo es ilimitado”. La verdadera riqueza que deberíamos aspirar a acumular es la del desarrollo del ser, revalorar a las personas por su ser y no por sus posiciones o pertenencias, esa ruptura del sistema rompe la cadena de consumo. En un futuro próximo me gustaría ver en la comunidad estudiantil personas más interesadas por las artes, el deporte, la justicia social, que por la ropa que visten o el teléfono que usan.

* Presidente de la FEU

Twitter. @JavierArmentaMX

Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX

La mayéutika es una corriente del pensamiento socrático que parte de la premisa de que todas las personas somos poseedoras de las respuestas, solo hay que saber buscarlas a través de las preguntas adecuadas. Hago referencia a esto porque entre los ecos que el festival de la resistencia busca sembrar en la comunidad estudiantil y entre los asistentes a este, son preguntas en torno al modelo de vida consumista actual. Seguir al paso que vamos es insostenible para el medio ambiente; no es solo mi opinión, está sustentado por la comunidad científica. La misma ONU ha marcado este 2022 como el año del no retorno. Cambiamos o estamos condenados.

Para lograr una transformación responsable y sustentable, buscamos incentivar un cambio en el pensamiento. Por eso, una de las actividades que promovemos a través del festival de la resistencia es el reciclaje de pet, papel, pilas, útiles escolares, ropa, entre otros productos mal manejados que al reciclarse pueden aprovecharse de la mejor manera. Sin contar el enorme beneficio que traen al tratarse de manera correcta, por ejemplo, cada pila recolectada evita que se contamine el agua de una alberca de 25 x 25 metros. Por eso me llena de orgullo anunciar que al día de hoy hemos logrado salvar 124 árboles maduros de 20 años de edad aproximadamente con los más de 7,500 kilos de papel que hemos recolectado, así como más de 370 mil litros de agua, que buena falta hacen hoy en Nuevo León. Pequeñas acciones hacen grandes diferencias, y no nos detendremos, la meta es que logremos salvar una masa forestal equivalente al parque San Rafael de Guadalajara, mismo que por cierto, sigue bajo asecho del cártel inmobiliario.

A las y los lectores de esta columna me gustaría que se respondieran un par de preguntas: ¿Soy consciente de cuánto contamino diariamente? ¿Soy consciente de qué alternativas tengo para reducir el consumo y la contaminación? De esto y más hablaremos en el festival de la resistencia en el módulo del “tianguis del recicle”, uno de nuestros aliados en las diferentes causas que conforman al festival.

Trayendo a la mayéutica al campo de juego, la pregunta principal que nos toca responder es ¿estamos dispuestos a cambiar? Abandonar algunas de nuestras comodidades en nombre del futuro del planeta, de la humanidad y las próximas generaciones. Se requiere dejar a un costado el egoísmo y abrirle la puerta a la empatía, la práctica de esos nuevos hábitos de consumo no serán algo nuevo para el ser humano, así se vivió durante siglos, cuando nuestro impacto en la urbe era mucho menor, cuando existía una mejor relación con el entorno, cuando el consumismo no era imperante.

Cabe destacar que ahora contamos con más recursos tecnológicos y de organización, nos jugamos la guerra de la supervivencia contra nosotros mismos, contra nuestro egoísmo; silenciosa pero lenta, la única manera de sobrevivir es la empatía y la generosidad, por el bien de todos, que al amor a la naturaleza y al ser humano triunfe.

Para cerrar, pienso en una frase de Erich Fromm que leí en su libro Del tener al ser, pues me parece pertinente: “La acumulación de capital y mercancías siempre tendrá un límite, sin embargo el desarrollo del ser a través de las artes, deporte, psicología, liderazgo es ilimitado”. La verdadera riqueza que deberíamos aspirar a acumular es la del desarrollo del ser, revalorar a las personas por su ser y no por sus posiciones o pertenencias, esa ruptura del sistema rompe la cadena de consumo. En un futuro próximo me gustaría ver en la comunidad estudiantil personas más interesadas por las artes, el deporte, la justicia social, que por la ropa que visten o el teléfono que usan.

* Presidente de la FEU

Twitter. @JavierArmentaMX

Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX