/ lunes 13 de junio de 2022

Las voces que faltan | El arte es revolución, democraticémoslo

Un día, platicando con el Dr. Gabriel Torres mencionó “la cultura son los usos y costumbres de una comunidad” y el arte es vehículo por excelencia para producir cultura, cada uno de nosotros y nosotras vivimos nuestro propio arte y es que todo lo que hacemos, decimos y escribimos es una muestra de cómo pensamos y sentimos en un momento determinado, por ello todxs somos artistas.

Creo además que el arte tiene una doble función, por un lado es depósito de nuestras emociones; cuando lo practicamos nos permite gestionarlas y renovarlas en unas más sanas. El arte es el depósito de nuestras ideas que codifican símbolos y mensajes que van integrándose en un depósito general que denominamos “cultura” de una comunidad determinada. Por ejemplo, durante la revolución mexicana, como un gran número de personas eran analfabetas en nuestro país, los corridos fueron el instrumento para inmortalizar y compartir historias, o como el valor que adquieren nuestros platillos en la cultura gastronómica, los murales de Diego Rivera, las icónicas fotografías de Zapata y Villa, en la literatura Los de abajo de Mariano Azuela, o las películas que nos permitieron construir una imagen de esa época y construir un marco lógico que le diera sentido a ese momento en nuestra historia como nación.

Por eso el arte es un derecho y merece todo el apoyo económico de las instituciones públicas, pues si bien no es tan urgente como quitar el hambre, si es tan indispensable para dotar de símbolos y marco lógico a toda una comunidad. ¿Qué sería de nuestras vidas si cuando enfrentamos momentos difíciles no encontráramos consuelo e inspiración en las canciones de Silvio Rodríguez o en los poemas de Neruda? Una frase con la suficiente voluntad puede hacer la diferencia entre continuar o abandonar, para muestra solo echar un vistazo a nuestra memoria.

Escribo estas líneas días después de la inauguración de la Feria Internacional del Cine en Guadalajara (FICG) con más de 37 años de trayectoria de la cual me siento más que orgulloso del trabajo de Estrella Araiza y toda la universidad; en el marco del conflicto del gobierno del estado con la universidad que ha generado que algunos alcaldes y autoridades cuestionan la pertinencia de este proyecto, escribo estas líneas como un grito de libertad porque el derecho de recibir cultura nos pertenece a todas y todos, más allá de cualquier conflicto político. Porque ir a un festival, concierto, participar en una feria debería de ser accesible económicamente para todxs, no solamente para quienes viven en el centro o tienen los recursos suficientes para ello.

Me quedo con una frase de la película del sábado en la inauguración de la FICG 37 de Elvis Presley “Cuando lo que quieres expresar no se puede decir, entonces cántalo” así todos los colectivos que hacemos la resistencia en nuestro país, dejaremos inmortalizadas nuestras luchas en las canciones. ¡Que venga el arte! ¡Qué viva la cultura!

Redes sociales: twitter @JavierArmentaMX

Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX

Un día, platicando con el Dr. Gabriel Torres mencionó “la cultura son los usos y costumbres de una comunidad” y el arte es vehículo por excelencia para producir cultura, cada uno de nosotros y nosotras vivimos nuestro propio arte y es que todo lo que hacemos, decimos y escribimos es una muestra de cómo pensamos y sentimos en un momento determinado, por ello todxs somos artistas.

Creo además que el arte tiene una doble función, por un lado es depósito de nuestras emociones; cuando lo practicamos nos permite gestionarlas y renovarlas en unas más sanas. El arte es el depósito de nuestras ideas que codifican símbolos y mensajes que van integrándose en un depósito general que denominamos “cultura” de una comunidad determinada. Por ejemplo, durante la revolución mexicana, como un gran número de personas eran analfabetas en nuestro país, los corridos fueron el instrumento para inmortalizar y compartir historias, o como el valor que adquieren nuestros platillos en la cultura gastronómica, los murales de Diego Rivera, las icónicas fotografías de Zapata y Villa, en la literatura Los de abajo de Mariano Azuela, o las películas que nos permitieron construir una imagen de esa época y construir un marco lógico que le diera sentido a ese momento en nuestra historia como nación.

Por eso el arte es un derecho y merece todo el apoyo económico de las instituciones públicas, pues si bien no es tan urgente como quitar el hambre, si es tan indispensable para dotar de símbolos y marco lógico a toda una comunidad. ¿Qué sería de nuestras vidas si cuando enfrentamos momentos difíciles no encontráramos consuelo e inspiración en las canciones de Silvio Rodríguez o en los poemas de Neruda? Una frase con la suficiente voluntad puede hacer la diferencia entre continuar o abandonar, para muestra solo echar un vistazo a nuestra memoria.

Escribo estas líneas días después de la inauguración de la Feria Internacional del Cine en Guadalajara (FICG) con más de 37 años de trayectoria de la cual me siento más que orgulloso del trabajo de Estrella Araiza y toda la universidad; en el marco del conflicto del gobierno del estado con la universidad que ha generado que algunos alcaldes y autoridades cuestionan la pertinencia de este proyecto, escribo estas líneas como un grito de libertad porque el derecho de recibir cultura nos pertenece a todas y todos, más allá de cualquier conflicto político. Porque ir a un festival, concierto, participar en una feria debería de ser accesible económicamente para todxs, no solamente para quienes viven en el centro o tienen los recursos suficientes para ello.

Me quedo con una frase de la película del sábado en la inauguración de la FICG 37 de Elvis Presley “Cuando lo que quieres expresar no se puede decir, entonces cántalo” así todos los colectivos que hacemos la resistencia en nuestro país, dejaremos inmortalizadas nuestras luchas en las canciones. ¡Que venga el arte! ¡Qué viva la cultura!

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