/ martes 23 de julio de 2019

Las tormentas en Guadalajara

En este temporal de lluvias en Guadalajara llueve con ganas, de las nubes que desprenden sus aguas con granizos, gotas y lluvias superando en mucho los caudales a los que los tapatíos estábamos acostumbrados en la cotidianidad del temporal de lluvias, con las tormentas y los fuertes vientos las calles y las banquetas se convierten en ríos, difíciles de circular entre el agua y el motor del automóvil, del circular entre el macrobús que transita por la Calzada Independencia desde el norte hasta el sur de la ciudad, una ciudad saturada por vehículos automotores, personas que caminan por las calles y un macrobús que al pasar por las calles de la ciudad hace olas inmensas alcanzando niveles del agua por más de cincuenta centímetros de altura, así como el tren que cruza la Calzada Independencia en la estación de San Juan de Dios en este temporal fue inundado por la lluvia, ya se tuvo la experiencia en el temporal del año pasado cuando el tren transitaba por Atemajac sus carros y sus rieles fueron alcanzados por el agua, algunos vecinos salvaron vidas de pasajeros del tren.

En estos días se vivió en el barrio de San Juan de Dios que entre granizo y agua el paso de desnivel de Javier Mina y la Calzada Independencia aumento en mucho su nivel de agua causando la muerte de un ser humano, ya se vivió en la fuerte granizada y lluvia de la avenida Lázaro Cárdenas que en días pasados el granizo sepultó a decenas de vehículos particulares y de carga pesada, ya se vive a diario, como el domingo pasado que por las calles del Estadio Jalisco donde transita el Macrobús era muy peligroso circular en automotor o caminando, asimismo lo que se vivió en la Delegación de Santa Anita, municipio de Tlaquepaque y San Agustín, municipio de Tlajomulco, la tormenta dominical afecto las viviendas de algunos ciudadanos y el río se desbordo por las calles de este municipio en el que en épocas pasadas fue hermoso y tranquilo entre la naturaleza y el hombre.

La ciudad crece sin ordenamiento urbano, los edificios se convierten en los rascacielos de la metrópoli, no se planea la densidad poblacional sujeta a los servicios públicos, al estacionamiento particular, al agua potable y alcantarillado, todo se construye sin respetar el uso del suelo, el que fue cuidado por nuestros abuelos, el que motivo a la convivencia ciudadana en estos barrios de nuestra ciudad de Guadalajara, que ante los rascacielos de cemento, fierro y tierra, los barrios comienzan a desaparecer y la ciudad crece de manera vertical construyendo piso tras piso no importando la contaminación de los mantos friáticos ni mucho menos lo que esta obligado el hombre a cuidar como es la naturaleza, porque a esta no podemos engañar y la muestra se localiza en esta parte tan bella de bosque y de colorido de fauna, flora, aves, de tierra y de aire fresco como son Los Colomos, donde se inunda con todo y muros de contención que los urbanistas, ingenieros y arquitectos no pueden en esa ciencia de moderar la naturaleza y las grandes extensiones de construcción de cemento, todo es negocio y el mejor negocio se encuentra en la industria inmobiliaria, una industria sin chimeneas pero que también contamina, por falta de proyecto y planeación y en lo que anteriormente no se construía por tener un equilibrio entre la naturaleza y el hombre hoy en día se realizan construcciones sin ordenamiento urbano solo importando el negocio del crédito bancario y la constructora, entre el dueño del bien inmueble, el notario público y el pago del impuesto predial al municipio que ante la necesidad de recaudación concede permisos de construcción sin respetar el uso de suelo.


Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.


antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

En este temporal de lluvias en Guadalajara llueve con ganas, de las nubes que desprenden sus aguas con granizos, gotas y lluvias superando en mucho los caudales a los que los tapatíos estábamos acostumbrados en la cotidianidad del temporal de lluvias, con las tormentas y los fuertes vientos las calles y las banquetas se convierten en ríos, difíciles de circular entre el agua y el motor del automóvil, del circular entre el macrobús que transita por la Calzada Independencia desde el norte hasta el sur de la ciudad, una ciudad saturada por vehículos automotores, personas que caminan por las calles y un macrobús que al pasar por las calles de la ciudad hace olas inmensas alcanzando niveles del agua por más de cincuenta centímetros de altura, así como el tren que cruza la Calzada Independencia en la estación de San Juan de Dios en este temporal fue inundado por la lluvia, ya se tuvo la experiencia en el temporal del año pasado cuando el tren transitaba por Atemajac sus carros y sus rieles fueron alcanzados por el agua, algunos vecinos salvaron vidas de pasajeros del tren.

En estos días se vivió en el barrio de San Juan de Dios que entre granizo y agua el paso de desnivel de Javier Mina y la Calzada Independencia aumento en mucho su nivel de agua causando la muerte de un ser humano, ya se vivió en la fuerte granizada y lluvia de la avenida Lázaro Cárdenas que en días pasados el granizo sepultó a decenas de vehículos particulares y de carga pesada, ya se vive a diario, como el domingo pasado que por las calles del Estadio Jalisco donde transita el Macrobús era muy peligroso circular en automotor o caminando, asimismo lo que se vivió en la Delegación de Santa Anita, municipio de Tlaquepaque y San Agustín, municipio de Tlajomulco, la tormenta dominical afecto las viviendas de algunos ciudadanos y el río se desbordo por las calles de este municipio en el que en épocas pasadas fue hermoso y tranquilo entre la naturaleza y el hombre.

La ciudad crece sin ordenamiento urbano, los edificios se convierten en los rascacielos de la metrópoli, no se planea la densidad poblacional sujeta a los servicios públicos, al estacionamiento particular, al agua potable y alcantarillado, todo se construye sin respetar el uso del suelo, el que fue cuidado por nuestros abuelos, el que motivo a la convivencia ciudadana en estos barrios de nuestra ciudad de Guadalajara, que ante los rascacielos de cemento, fierro y tierra, los barrios comienzan a desaparecer y la ciudad crece de manera vertical construyendo piso tras piso no importando la contaminación de los mantos friáticos ni mucho menos lo que esta obligado el hombre a cuidar como es la naturaleza, porque a esta no podemos engañar y la muestra se localiza en esta parte tan bella de bosque y de colorido de fauna, flora, aves, de tierra y de aire fresco como son Los Colomos, donde se inunda con todo y muros de contención que los urbanistas, ingenieros y arquitectos no pueden en esa ciencia de moderar la naturaleza y las grandes extensiones de construcción de cemento, todo es negocio y el mejor negocio se encuentra en la industria inmobiliaria, una industria sin chimeneas pero que también contamina, por falta de proyecto y planeación y en lo que anteriormente no se construía por tener un equilibrio entre la naturaleza y el hombre hoy en día se realizan construcciones sin ordenamiento urbano solo importando el negocio del crédito bancario y la constructora, entre el dueño del bien inmueble, el notario público y el pago del impuesto predial al municipio que ante la necesidad de recaudación concede permisos de construcción sin respetar el uso de suelo.


Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.


antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio