/ lunes 20 de septiembre de 2021

Las policías están fracturadas

El Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), previo a su aprobación, es siempre una buena oportunidad para mirar al interior de un gobierno. Así como una radiografía permite observar la estructura ósea y detectar fracturas y densidades, el paquete económico tiene el potencial de revelar el esqueleto de las prioridades del gobierno traducidas en números.

Concentremos la luz en una zona específica: lo asignado a Seguridad. En nuestra visita al radiólogo, podríamos pensar que los brazos componen esta parte de la anatomía. En ella, según el proyecto económico enviado al congreso el 8 de septiembre, se plantea un presupuesto de 141 mil 858 millones de pesos para las Fuerzas Armadas.

Repartidas entre la SEDENA y la Marina, la cantidad prevista representa un incremento del 31% respecto al 2018, cuando se asignaron 112 mil 327 millones de pesos. Estas cifras podrían pensarse justificadas en un país donde el promedio de homicidios dolosos ronda las 78 víctimas por día, según los propios datos del gobierno Federal.

Ahora, si pensamos de forma integral, el brazo armado necesita de manos para concretar sus tareas. En este caso, son las policías locales las que se encargan del 80% de las detenciones en el país. Sin embargo, para las corporaciones policiacas se proyectan 7 mil 988 millones de pesos a repartir entre las 32 entidades federativas.

Si sabemos que el presupuesto se traduce en políticas públicas y la crisis de inseguridad se mantiene, incluso crece día con día, entonces basta pensarlo un segundo para darse cuenta de que algo no está funcionando. Hay fracturas en las manos. Y por más fuerte que se encuentre el brazo, el agarre está comprometido. En México hay un déficit de más de cien mil policías, necesarios para alcanzar el mínimo de 1.8 elementos por cada 1000 habitantes.

El gobierno debe actuar desde una estrategia integral, con todas sus extremidades fortalecidas, pero siempre con el cerebro de por medio. Una apuesta que apunte a la descentralización, pero sabemos que el presidente no está interesado en generar las condiciones para soldar los huesos rotos, prefiere amputar lo que podría sanar.

No hay que olvidarlo, las policías no deben descuidarse, representan una parte esencial para la pacificación que tanto anhelamos, hay que apostar a su reconstrucción y fortalecimiento. También son pueblo uniformado. Nos leemos la siguiente y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática

El Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), previo a su aprobación, es siempre una buena oportunidad para mirar al interior de un gobierno. Así como una radiografía permite observar la estructura ósea y detectar fracturas y densidades, el paquete económico tiene el potencial de revelar el esqueleto de las prioridades del gobierno traducidas en números.

Concentremos la luz en una zona específica: lo asignado a Seguridad. En nuestra visita al radiólogo, podríamos pensar que los brazos componen esta parte de la anatomía. En ella, según el proyecto económico enviado al congreso el 8 de septiembre, se plantea un presupuesto de 141 mil 858 millones de pesos para las Fuerzas Armadas.

Repartidas entre la SEDENA y la Marina, la cantidad prevista representa un incremento del 31% respecto al 2018, cuando se asignaron 112 mil 327 millones de pesos. Estas cifras podrían pensarse justificadas en un país donde el promedio de homicidios dolosos ronda las 78 víctimas por día, según los propios datos del gobierno Federal.

Ahora, si pensamos de forma integral, el brazo armado necesita de manos para concretar sus tareas. En este caso, son las policías locales las que se encargan del 80% de las detenciones en el país. Sin embargo, para las corporaciones policiacas se proyectan 7 mil 988 millones de pesos a repartir entre las 32 entidades federativas.

Si sabemos que el presupuesto se traduce en políticas públicas y la crisis de inseguridad se mantiene, incluso crece día con día, entonces basta pensarlo un segundo para darse cuenta de que algo no está funcionando. Hay fracturas en las manos. Y por más fuerte que se encuentre el brazo, el agarre está comprometido. En México hay un déficit de más de cien mil policías, necesarios para alcanzar el mínimo de 1.8 elementos por cada 1000 habitantes.

El gobierno debe actuar desde una estrategia integral, con todas sus extremidades fortalecidas, pero siempre con el cerebro de por medio. Una apuesta que apunte a la descentralización, pero sabemos que el presidente no está interesado en generar las condiciones para soldar los huesos rotos, prefiere amputar lo que podría sanar.

No hay que olvidarlo, las policías no deben descuidarse, representan una parte esencial para la pacificación que tanto anhelamos, hay que apostar a su reconstrucción y fortalecimiento. También son pueblo uniformado. Nos leemos la siguiente y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática