/ viernes 28 de diciembre de 2018

Las calles sin ley

Ramiro Escoto Ratkovich

Las calles de Guadalajara y la zona metropolitana no tienen quién aplique la ley; ya son semanas en donde no advierto la presencia y efectividad de elementos de la Secretaría de Movilidad, a menos de que se trate del operativo Salvando vidas en diversos puntos de la ciudad.

Si bien es cierto que el gobernador Enrique Alfaro tiene como proyecto separar a Movilidad de transporte, y que la policía Vial tenga funciones adicionales, es una realidad que los choques que se generan no son atendidos, y que las violaciones constantes se intensifican con más autos polarizados, con cubreplacas y lo de moda: vehículos que circulan con sirena y códigos y que no pertenecen a corporaciones policiacas, frecuentemente son usados por jóvenes que buscan librar el tráfico y ante la ausencia de autoridades, las calles son suyas.

Pero no todo es responsabilidad de la autoridad, hoy es “moda” que se comparta la ubicación de los operativos Salvando Vidas o “toritos” en redes sociales; Facebook, Twitter, Whatsapp, dando a conocer los puntos de revisión cual si fuera noticia de último minuto y advirtiendo por dónde no pasar para evadir estos puntos que buscan prevenir accidentes y sancionar a quien viola el reglamento, la ley. Para muchos este operativo es recaudatorio, pero no aceptan que estar manejando bajo influjo de alcohol es una irresponsabilidad, es prohibido, es sancionado; el programa ha sido efectivo, y los resultados están ahí y quien comparte esta información se convierte, moralmente en cómplice de un accidente, y en extremo, de un homicidio imprudencial.

Las calles se han convertido en todo menos en circuitos de movilidad y respeto; motociclistas circulando por donde no les corresponde y cuyos conductores o pasajeros no usan cascos, autos sin placas, estacionados en doble y hasta tercera fila, choques de alcance que colapsan el tráfico hasta por una hora o más, obras que se realizan y cuyos “bandereros” son los mismos albañiles y no los de movilidad quienes dan flujo a la circulación local.

El transporte público que sobre avenidas principales toman derrotero en horas pico –prácticamente todo el día– cruzando camellones y afectando los ornatos verdes sin que patrulla alguna levante folio o el C5 reporte lo sucedido a alguna autoridad.

El ir y venir del transporte de carga pesado sobre avenida López Mateos que en esta época se ha ido incrementando, aun y cuando existen señalamientos con horario de restricción y no hay elementos que sancionen esta violación constante.

Y qué me dice de quienes en el celular encuentran un “distractor” al volante… estos se han incrementado y con ello los accidentes, los alcances, no se aplica un reglamento que, para ser autorizado implicó horas de trabajo legislativo.

No hay idea, no hay estrategia en un asunto que ha salido de las manos de la misma ciudadanía que ante esto no deja pasar ni ambulancias ni verdaderos vehículos de emergencia, donde hace unos días y una cuadra de la base de movilidad de Periférico sur un tráiler volteó la carga de plástico compactado cerrando cinco carriles de Norte a Sur, y nadie de ahí salió a auxiliar o al menos a apoyar la movilidad, un agente dijo que estaba dejando el turno y “trabajar en ese servicio” le ocuparía más tiempo por el reporte y burocracia que implica.

Tenemos una autoridad ausente y la que hay trabaja en burocracia y a la sombra, de un perfil bajo y con una efectividad nula o parcialmente en una ciudad que diariamente aporta más parque vehicular y mañas para avanzar más rápido. Una ciudad que puede acostumbrarse a seguir circulando sin ley.


Ramiro Escoto Ratkovich

Las calles de Guadalajara y la zona metropolitana no tienen quién aplique la ley; ya son semanas en donde no advierto la presencia y efectividad de elementos de la Secretaría de Movilidad, a menos de que se trate del operativo Salvando vidas en diversos puntos de la ciudad.

Si bien es cierto que el gobernador Enrique Alfaro tiene como proyecto separar a Movilidad de transporte, y que la policía Vial tenga funciones adicionales, es una realidad que los choques que se generan no son atendidos, y que las violaciones constantes se intensifican con más autos polarizados, con cubreplacas y lo de moda: vehículos que circulan con sirena y códigos y que no pertenecen a corporaciones policiacas, frecuentemente son usados por jóvenes que buscan librar el tráfico y ante la ausencia de autoridades, las calles son suyas.

Pero no todo es responsabilidad de la autoridad, hoy es “moda” que se comparta la ubicación de los operativos Salvando Vidas o “toritos” en redes sociales; Facebook, Twitter, Whatsapp, dando a conocer los puntos de revisión cual si fuera noticia de último minuto y advirtiendo por dónde no pasar para evadir estos puntos que buscan prevenir accidentes y sancionar a quien viola el reglamento, la ley. Para muchos este operativo es recaudatorio, pero no aceptan que estar manejando bajo influjo de alcohol es una irresponsabilidad, es prohibido, es sancionado; el programa ha sido efectivo, y los resultados están ahí y quien comparte esta información se convierte, moralmente en cómplice de un accidente, y en extremo, de un homicidio imprudencial.

Las calles se han convertido en todo menos en circuitos de movilidad y respeto; motociclistas circulando por donde no les corresponde y cuyos conductores o pasajeros no usan cascos, autos sin placas, estacionados en doble y hasta tercera fila, choques de alcance que colapsan el tráfico hasta por una hora o más, obras que se realizan y cuyos “bandereros” son los mismos albañiles y no los de movilidad quienes dan flujo a la circulación local.

El transporte público que sobre avenidas principales toman derrotero en horas pico –prácticamente todo el día– cruzando camellones y afectando los ornatos verdes sin que patrulla alguna levante folio o el C5 reporte lo sucedido a alguna autoridad.

El ir y venir del transporte de carga pesado sobre avenida López Mateos que en esta época se ha ido incrementando, aun y cuando existen señalamientos con horario de restricción y no hay elementos que sancionen esta violación constante.

Y qué me dice de quienes en el celular encuentran un “distractor” al volante… estos se han incrementado y con ello los accidentes, los alcances, no se aplica un reglamento que, para ser autorizado implicó horas de trabajo legislativo.

No hay idea, no hay estrategia en un asunto que ha salido de las manos de la misma ciudadanía que ante esto no deja pasar ni ambulancias ni verdaderos vehículos de emergencia, donde hace unos días y una cuadra de la base de movilidad de Periférico sur un tráiler volteó la carga de plástico compactado cerrando cinco carriles de Norte a Sur, y nadie de ahí salió a auxiliar o al menos a apoyar la movilidad, un agente dijo que estaba dejando el turno y “trabajar en ese servicio” le ocuparía más tiempo por el reporte y burocracia que implica.

Tenemos una autoridad ausente y la que hay trabaja en burocracia y a la sombra, de un perfil bajo y con una efectividad nula o parcialmente en una ciudad que diariamente aporta más parque vehicular y mañas para avanzar más rápido. Una ciudad que puede acostumbrarse a seguir circulando sin ley.