/ domingo 15 de julio de 2018

Lanzar dependencias a provincia, república o federación

A consecuencia de la independencia de México, la discusión se centró sobre el modelo de país a seguir y que era lo mejor para una Nación emergente, y ahí en la creación de la constitución comienza el debate para definir si seríamos un País integrado por Estados Confederados como el país del Norte Estados Unidos de Norte América o debíamos ser un país republicano como Francia sin gobernadores, con departamentos nombrados desde el centro de la presidencia, la solución salomónica fue crear una corriente ecléctica que asimilara los dos sistemas en una república representativa y federal, lo de democrática se añadió más recientemente.

Los mexicanos por vocación hemos tenido que definirnos frente a la lucha del centralismo absorbente que sumió en el atraso a muchos Estados de la república y un federalismo respetuoso que no acabó de consolidarse, incluso en las clases de Teoría del Estado sigue sin agotarse el tema de que si las entidades federativas tienen soberanía y la sede a la nación con sentido federalista y quienes sostienen que nunca han tenido soberanía, aquel estribillo de libres y soberanos no ha pasado de ser solo un sueño federal, donde por cierto también entra a la discusión el artículo 115 constitucional y el tema del municipio libre.

Hoy después de las elecciones y enarbolada la bandera de la república, vemos con temor la extinción del federalismo, simplemente impuesta a rajatabla, sin discusiones como las de los constituyentes tan acaloradas de personajes como aquellas de Fray Servando, José María Becerra y Francisco García, en el origen de México y luego en el constituyente de 1842 con Otero y Lafragua, que explica espléndidamente Reyes Heroles en su obra el liberalismo y que nos enseñara a transitar por las paginas de esa obra el maestro Mario Moya Palencia.

La redistribución por todas las entidades federativas de las dependencias del Ejecutivo Federal que no es, ni desconcentración, ni descentralización administrativa, es solo una redistribución territorial de gran impacto sumado a los hoy llamados coordinadores estatales de desarrollo, más parecen vicegobernadores o fiscales vigilantes sobre los poderes locales de los integrantes de la federación, atropellando, particularmente encaminados candidatos a suceder a los gobernadores con el uso de los recursos federales, al menos eso parece, y desde luego un tácito desconocimiento de los gobiernos locales, parece que responderán más a criterios políticos que administrativos y prácticos.

Enviar a las dependencias federales al interior de la república cumple con el propósito del Fondo Monetario Internacional de adelgazamiento de la administración pública federal, junto con el despido de ochocientos mil trabajadores así no más de plumazo.

El gobierno federal tendrá recursos para liquidar a sus trabajadores y adelgazar la burocracia federal, o tendrá recursos para pagarles los derechos que tienen por cambio de adscripción de transporte de menaje o muebles y facilidades de habitación digna o nada más lanzarán a la calle a ochocientas mil familias, como sucedió en el gobierno de Salinas, lo que provocó el crecimiento de la economía subterránea e incremento de la economía informal, proliferación de tianguis y mexicanos subempleados con la liquidación de los organismos descentralizados, esos son algunos de los riesgos inminentes.


sadot16@hotmail.com



A consecuencia de la independencia de México, la discusión se centró sobre el modelo de país a seguir y que era lo mejor para una Nación emergente, y ahí en la creación de la constitución comienza el debate para definir si seríamos un País integrado por Estados Confederados como el país del Norte Estados Unidos de Norte América o debíamos ser un país republicano como Francia sin gobernadores, con departamentos nombrados desde el centro de la presidencia, la solución salomónica fue crear una corriente ecléctica que asimilara los dos sistemas en una república representativa y federal, lo de democrática se añadió más recientemente.

Los mexicanos por vocación hemos tenido que definirnos frente a la lucha del centralismo absorbente que sumió en el atraso a muchos Estados de la república y un federalismo respetuoso que no acabó de consolidarse, incluso en las clases de Teoría del Estado sigue sin agotarse el tema de que si las entidades federativas tienen soberanía y la sede a la nación con sentido federalista y quienes sostienen que nunca han tenido soberanía, aquel estribillo de libres y soberanos no ha pasado de ser solo un sueño federal, donde por cierto también entra a la discusión el artículo 115 constitucional y el tema del municipio libre.

Hoy después de las elecciones y enarbolada la bandera de la república, vemos con temor la extinción del federalismo, simplemente impuesta a rajatabla, sin discusiones como las de los constituyentes tan acaloradas de personajes como aquellas de Fray Servando, José María Becerra y Francisco García, en el origen de México y luego en el constituyente de 1842 con Otero y Lafragua, que explica espléndidamente Reyes Heroles en su obra el liberalismo y que nos enseñara a transitar por las paginas de esa obra el maestro Mario Moya Palencia.

La redistribución por todas las entidades federativas de las dependencias del Ejecutivo Federal que no es, ni desconcentración, ni descentralización administrativa, es solo una redistribución territorial de gran impacto sumado a los hoy llamados coordinadores estatales de desarrollo, más parecen vicegobernadores o fiscales vigilantes sobre los poderes locales de los integrantes de la federación, atropellando, particularmente encaminados candidatos a suceder a los gobernadores con el uso de los recursos federales, al menos eso parece, y desde luego un tácito desconocimiento de los gobiernos locales, parece que responderán más a criterios políticos que administrativos y prácticos.

Enviar a las dependencias federales al interior de la república cumple con el propósito del Fondo Monetario Internacional de adelgazamiento de la administración pública federal, junto con el despido de ochocientos mil trabajadores así no más de plumazo.

El gobierno federal tendrá recursos para liquidar a sus trabajadores y adelgazar la burocracia federal, o tendrá recursos para pagarles los derechos que tienen por cambio de adscripción de transporte de menaje o muebles y facilidades de habitación digna o nada más lanzarán a la calle a ochocientas mil familias, como sucedió en el gobierno de Salinas, lo que provocó el crecimiento de la economía subterránea e incremento de la economía informal, proliferación de tianguis y mexicanos subempleados con la liquidación de los organismos descentralizados, esos son algunos de los riesgos inminentes.


sadot16@hotmail.com