/ domingo 27 de enero de 2019

La subcultura de los arrancones

Sólo en las series de televisión o películas de Hollywood la conducción velozmente irresponsable de un conductor vial al frente de un volante queda sin consecuencias legales.

Tan usual se han hecho estas prácticas que nos remontan, en Guadalajara, a esa influencia enajenante más allá de los años 70 cuando en el recién trazado Fraccionamiento Verde Valle se practicaban estos arrancones sin otro propósito que alimentar la vanidad y frustración de no ser un piloto profesional de autos de quienes asistían a ese, todavía, remanso. Al mismo tiempo y con verdaderos profesionales llegó a ser popular el “kilómetro de velocidad con pilotos profesionales o aficionados con alta preparación en los famosos arrancones de Tlaquepaque a la entrada principal del recientemente inaugurado Club Deportivo Atlas del Paradero a finales de la década sesentera.

Con el desarrollo actual tecnológico y mercadotécnico de la verdadera actividad lúdica de los autos de carreras de ninguna manera se justifica trasladar esa necesidad de generar adrenalina o sustituir algunas dopaminas bajo el riesgo de agredir, como lo han manifestado los vecinos de la zona del Bajío aledaña al Estadio Akron, antes Omnilife y continuamente citada en diversos medios de comunicación. Es decir, sólo en 2017 y 2018 sumaron mil 729 reportes de carreras ilegales, probablemente ligadas a las conductas similares de mucho más riesgo como las que evidenciamos a ciertas horas, principalmente para acudir a compromisos universitarios o laborales por las avenidas López Mateos Sur, Periférico Poniente y Sur en donde se presentan el mayor número de incidentes viales bajo consecuencias fatales en muchas ocasiones.

Por otra parte, la ausencia de valores en la cultura urbana inherente a una mayor seguridad, es menester urgente de atender en todas las instituciones incluidos los niveles de Gobierno coincidentes en la atención de un estado ubicado en el lugar número uno en fallecimientos por accidentes viales del país, como lo fue Jalisco, de acuerdo al Informe sobre la situación de seguridad vial México 2017 de la Secretaría de Salud en donde se infieren estos fallecimientos “entre las diez primeras causas de muerte del país”, sin dejar de mencionar con datos de 2016 que los peatones han sido el grupo mas vulnerable con el 44% de los decesos y luego los ocupantes de vehículos automotores con el 31% de las víctimas mientras el 30% restante de muertes, le ha correspondido a motociclistas a nivel nacional; dato al alza en nuestro estado ante el crecimiento evidente del número de motociclistas sin control y pocas consecuencias legales principalmente en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Sin embargo, más allá de las constantes quejas vecinales contra este tipo de arrancones en la vía pública, la función pública debe tener en cuenta la necesaria y eficiente vigilancia de las zonas identificadas como constantes escenarios de este tipo de diversión subcultural mientras el Área Metropolitana presume socialmente de sus corredores culturales, históricos, recreativos para alejar a nuestra ciudad de formar parte de una de las regiones intermunicipales en los que se concentra el mayor número de accidentes viales con fatales consecuencias al igual que la inseguridad urbana, por lo que la Secretaría de Salud ha hecho constantes llamados para reforzar las políticas preventivas y en especial para la protección de peatones, ciclistas, motociclistas y yo agregaría ciudadanos que lo único que demandan es menos peligro antes de aceptar una forzada resiliencia social.


Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com

Sólo en las series de televisión o películas de Hollywood la conducción velozmente irresponsable de un conductor vial al frente de un volante queda sin consecuencias legales.

Tan usual se han hecho estas prácticas que nos remontan, en Guadalajara, a esa influencia enajenante más allá de los años 70 cuando en el recién trazado Fraccionamiento Verde Valle se practicaban estos arrancones sin otro propósito que alimentar la vanidad y frustración de no ser un piloto profesional de autos de quienes asistían a ese, todavía, remanso. Al mismo tiempo y con verdaderos profesionales llegó a ser popular el “kilómetro de velocidad con pilotos profesionales o aficionados con alta preparación en los famosos arrancones de Tlaquepaque a la entrada principal del recientemente inaugurado Club Deportivo Atlas del Paradero a finales de la década sesentera.

Con el desarrollo actual tecnológico y mercadotécnico de la verdadera actividad lúdica de los autos de carreras de ninguna manera se justifica trasladar esa necesidad de generar adrenalina o sustituir algunas dopaminas bajo el riesgo de agredir, como lo han manifestado los vecinos de la zona del Bajío aledaña al Estadio Akron, antes Omnilife y continuamente citada en diversos medios de comunicación. Es decir, sólo en 2017 y 2018 sumaron mil 729 reportes de carreras ilegales, probablemente ligadas a las conductas similares de mucho más riesgo como las que evidenciamos a ciertas horas, principalmente para acudir a compromisos universitarios o laborales por las avenidas López Mateos Sur, Periférico Poniente y Sur en donde se presentan el mayor número de incidentes viales bajo consecuencias fatales en muchas ocasiones.

Por otra parte, la ausencia de valores en la cultura urbana inherente a una mayor seguridad, es menester urgente de atender en todas las instituciones incluidos los niveles de Gobierno coincidentes en la atención de un estado ubicado en el lugar número uno en fallecimientos por accidentes viales del país, como lo fue Jalisco, de acuerdo al Informe sobre la situación de seguridad vial México 2017 de la Secretaría de Salud en donde se infieren estos fallecimientos “entre las diez primeras causas de muerte del país”, sin dejar de mencionar con datos de 2016 que los peatones han sido el grupo mas vulnerable con el 44% de los decesos y luego los ocupantes de vehículos automotores con el 31% de las víctimas mientras el 30% restante de muertes, le ha correspondido a motociclistas a nivel nacional; dato al alza en nuestro estado ante el crecimiento evidente del número de motociclistas sin control y pocas consecuencias legales principalmente en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Sin embargo, más allá de las constantes quejas vecinales contra este tipo de arrancones en la vía pública, la función pública debe tener en cuenta la necesaria y eficiente vigilancia de las zonas identificadas como constantes escenarios de este tipo de diversión subcultural mientras el Área Metropolitana presume socialmente de sus corredores culturales, históricos, recreativos para alejar a nuestra ciudad de formar parte de una de las regiones intermunicipales en los que se concentra el mayor número de accidentes viales con fatales consecuencias al igual que la inseguridad urbana, por lo que la Secretaría de Salud ha hecho constantes llamados para reforzar las políticas preventivas y en especial para la protección de peatones, ciclistas, motociclistas y yo agregaría ciudadanos que lo único que demandan es menos peligro antes de aceptar una forzada resiliencia social.


Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com