/ sábado 19 de mayo de 2018

La salud de AMLO habla de su honestidad

El 26 de marzo de 2015 la opinión pública se estremeció con la noticia de un accidente aéreo en los Alpes, que costó la vida de 150 personas que viajaban en el vuelo A320 de Germanwings de Alemania, cubría la ruta de Barcelona a Dülsserdof, la explicación fue que uno de los dos pilotos del vuelo que se estrelló en los Alpes franceses, se encontraba fuera de la cabina en el momento del accidente y no pudo regresar a su puesto porque el otro piloto se lo impidió cerrando la puerta y en un acto suicida estrelló el aparato terminando con su vida y la de los pasajeros.

Los candidatos sin los efectos especiales para la campaña son unos. Y son otros en la desnudez de su frágil humanidad, ciudadanos comunes y de tierra, con defectos, debilidades, virtudes, limitaciones y habilidades, pero su salud importa a todos, en eso no debe haber engaño, deben ser honestos y responsables.

AMLO se desvaneció en un mitin, pudo ser por muchos motivos pero en un paciente tratado por infarto, falta de oxigenación cerebral o irrigación sanguínea, obstrucción temporal del torrente sanguíneo o muchas más, acaso no merecemos una explicación, no merecemos que nos demuestren al menos que están sanos y aptos, si eso lo hubiesen hecho con Trump, lo que hoy es histeria, hoy sería historia.

Salud física y mental van juntas, una enfermedad que obligue a consumir medicamentos o estupefacientes que lo mantenga dopado ya sea por sufrir de fuertes dolores o para conservar su estabilidad emocional y calidad de vida, para tomar decisiones serenamente, tiene graves consecuencias para el país, no tener conciencia de ello, no comprender el rango de la responsabilidad que representa, equivale a que un piloto maneje un avión dopado o con deficiencias cardiacas o de cualquier índole que pone en riesgo la vida de los demás.

La salud física, siquiátrica, sicológica de todos los candidatos, su condición económica, su administración familiar, doméstica, sus finanzas personales, su relación fiscal, sus reacciones personales ante problemas, cotidianos, trasciende, los muestran de cuerpo entero, presagian su comportamiento ante problemas mayores en el ejercicio del poder.

Según datos del INE el costo de la campaña del 2018 es de 2 mil 148 millones 166 mil pesos, lo que significa que una elección en menos de seis años tendría un costo similar.

El PRI ha sido el único partido que exige a sus candidatos firmar una declaración, donde bajo palabra de decir verdad afirman que no tienen nexos con grupos delictivos, además de una carta compromiso donde aceptan someterse a las pruebas de salud, siquiátricas, sicológicas de antidoping o las que fueren necesarias para garantizar que no hay algún impedimento que afecte su desempeño.

Para que un policía ocupe un cargo en la Comisión Nacional de Seguridad se le exigen una serie de requisitos y que apruebe los exámenes de confianza. Para dejar a una niñera exigimos cualidades que no pongan en riesgo a nuestros hijos, ¿como no exigirlo para los cargos de elección popular? Esperaríamos en un acto de honestidad voluntaria que se sometan a exámenes aunque no haya ley que les obligue a ello, eso sí sería un obsequio de transparencia a la sociedad.

Si en un matrimonio la salud no debe disimularse, porque la honestidad comienza por ahí, en un candidato es más relevante. No hacerlo es deshonesto e irresponsable, muestra desprecio por los demás.

sadot16@hotmail.com

El 26 de marzo de 2015 la opinión pública se estremeció con la noticia de un accidente aéreo en los Alpes, que costó la vida de 150 personas que viajaban en el vuelo A320 de Germanwings de Alemania, cubría la ruta de Barcelona a Dülsserdof, la explicación fue que uno de los dos pilotos del vuelo que se estrelló en los Alpes franceses, se encontraba fuera de la cabina en el momento del accidente y no pudo regresar a su puesto porque el otro piloto se lo impidió cerrando la puerta y en un acto suicida estrelló el aparato terminando con su vida y la de los pasajeros.

Los candidatos sin los efectos especiales para la campaña son unos. Y son otros en la desnudez de su frágil humanidad, ciudadanos comunes y de tierra, con defectos, debilidades, virtudes, limitaciones y habilidades, pero su salud importa a todos, en eso no debe haber engaño, deben ser honestos y responsables.

AMLO se desvaneció en un mitin, pudo ser por muchos motivos pero en un paciente tratado por infarto, falta de oxigenación cerebral o irrigación sanguínea, obstrucción temporal del torrente sanguíneo o muchas más, acaso no merecemos una explicación, no merecemos que nos demuestren al menos que están sanos y aptos, si eso lo hubiesen hecho con Trump, lo que hoy es histeria, hoy sería historia.

Salud física y mental van juntas, una enfermedad que obligue a consumir medicamentos o estupefacientes que lo mantenga dopado ya sea por sufrir de fuertes dolores o para conservar su estabilidad emocional y calidad de vida, para tomar decisiones serenamente, tiene graves consecuencias para el país, no tener conciencia de ello, no comprender el rango de la responsabilidad que representa, equivale a que un piloto maneje un avión dopado o con deficiencias cardiacas o de cualquier índole que pone en riesgo la vida de los demás.

La salud física, siquiátrica, sicológica de todos los candidatos, su condición económica, su administración familiar, doméstica, sus finanzas personales, su relación fiscal, sus reacciones personales ante problemas, cotidianos, trasciende, los muestran de cuerpo entero, presagian su comportamiento ante problemas mayores en el ejercicio del poder.

Según datos del INE el costo de la campaña del 2018 es de 2 mil 148 millones 166 mil pesos, lo que significa que una elección en menos de seis años tendría un costo similar.

El PRI ha sido el único partido que exige a sus candidatos firmar una declaración, donde bajo palabra de decir verdad afirman que no tienen nexos con grupos delictivos, además de una carta compromiso donde aceptan someterse a las pruebas de salud, siquiátricas, sicológicas de antidoping o las que fueren necesarias para garantizar que no hay algún impedimento que afecte su desempeño.

Para que un policía ocupe un cargo en la Comisión Nacional de Seguridad se le exigen una serie de requisitos y que apruebe los exámenes de confianza. Para dejar a una niñera exigimos cualidades que no pongan en riesgo a nuestros hijos, ¿como no exigirlo para los cargos de elección popular? Esperaríamos en un acto de honestidad voluntaria que se sometan a exámenes aunque no haya ley que les obligue a ello, eso sí sería un obsequio de transparencia a la sociedad.

Si en un matrimonio la salud no debe disimularse, porque la honestidad comienza por ahí, en un candidato es más relevante. No hacerlo es deshonesto e irresponsable, muestra desprecio por los demás.

sadot16@hotmail.com