/ viernes 3 de mayo de 2019

La región más peligrosa

De acuerdo a cifras del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes de Jalisco (CEPAJ), en los últimos cinco años han aumentado en el estado los fallecimientos por accidentes en motocicleta y, no obstante que el Gobierno logró contener este crecimiento el año pasado, el impresionante aumento del uso de la motocicleta como transporte cotidiano ha sido del orden de más de 400 mil unidades mientras en 2010 se encontraban registradas sólo 178 mil.

Sin embargo, no es sólo la estadística del crecimiento lo preocupante, sino lo significativo frente al número de población en el Área Metropolitana de Guadalajara del orden de seis millones de personas con necesidad de transportarse frente a un sistema colectivo anacrónico e insuficiente varado con la mega obra de una de las líneas más largas aún detenida en su conclusión, la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano. Sin dejar de observar la evidente sobreexplotación de aquellos motociclistas urgidos por repartir alimentos, mensajería, cobranza o pedidos comerciales, incluidos los medicamentos en motocicletas circulando habitualmente al margen del Reglamento de Vialidad, en medio de una arteria y rebasando peligrosamente en cualquiera de las avenidas suburbanas de la mayor velocidad existentes en el AMG.

Ahorrar tiempo en traslados colectivos significativos de hasta cuatro horas en el total de una jornada media, es una de las principales causas de observar familias completas sin ningún tipo de protección a bordo de una motocicleta de bajo o medio cilindraje, principalmente en los sectores segregados del equipamiento y amueblamiento urbano existentes en toda la ciudad de Guadalajara; tan común ha resultado esa escena como lo es también no observar a ninguna autoridad para contener esta peligrosa maniobra principalmente, de acuerdo a las estadísticas, en las decenas de poblaciones emergentes y sin conectividad urbana que atiborran el territorio subdesarrollado de los municipios de Tlajomulco, Tonalá y El Salto, principalmente.

Por su parte, la Secretaría de Transporte del Gobierno del estado de Jalisco dio a conocer la muerte de 81 personas durante el año pasado y durante el presente 2019 en los primeros días de abril ya se registraban 15.

Si consideramos que en el 2018 dejaron de existir 412 personas en accidentes viales y, si bien se pudo contener levemente el fallecimiento de motociclistas, lo cierto es que resulta previsible el potencial crecimiento de este flagelo por el aumento en casi el doble del uso de la motocicleta en las peores condiciones de protección al arriesgar a infantes, amas de casa y suprimir cualquier tipo de protección como el casco, el respeto a las reglas y sobre todo una cultura vial del respeto a la vida humana por parte de conductores, peatones y motociclistas.

Por lo pronto, el diputado Jonadab Martínez ha puesto el dedo en un renglón por años abandonado, al señalar la obligatoriedad de los motociclistas de utilizar un solo carril de circulación, rebasar solo por el carril izquierdo y anteponer la seguridad al deseo de moverse entre carriles, entre vehículos o invadir banquetas, ciclovías o carriles exclusivos para el transporte público.

Todos sabemos que la policía vial no se ha dado abasto pero debemos seguir, desde sociedad y gobierno, insistiendo en la prioritaria protección de la vida humana.

Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com

De acuerdo a cifras del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes de Jalisco (CEPAJ), en los últimos cinco años han aumentado en el estado los fallecimientos por accidentes en motocicleta y, no obstante que el Gobierno logró contener este crecimiento el año pasado, el impresionante aumento del uso de la motocicleta como transporte cotidiano ha sido del orden de más de 400 mil unidades mientras en 2010 se encontraban registradas sólo 178 mil.

Sin embargo, no es sólo la estadística del crecimiento lo preocupante, sino lo significativo frente al número de población en el Área Metropolitana de Guadalajara del orden de seis millones de personas con necesidad de transportarse frente a un sistema colectivo anacrónico e insuficiente varado con la mega obra de una de las líneas más largas aún detenida en su conclusión, la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano. Sin dejar de observar la evidente sobreexplotación de aquellos motociclistas urgidos por repartir alimentos, mensajería, cobranza o pedidos comerciales, incluidos los medicamentos en motocicletas circulando habitualmente al margen del Reglamento de Vialidad, en medio de una arteria y rebasando peligrosamente en cualquiera de las avenidas suburbanas de la mayor velocidad existentes en el AMG.

Ahorrar tiempo en traslados colectivos significativos de hasta cuatro horas en el total de una jornada media, es una de las principales causas de observar familias completas sin ningún tipo de protección a bordo de una motocicleta de bajo o medio cilindraje, principalmente en los sectores segregados del equipamiento y amueblamiento urbano existentes en toda la ciudad de Guadalajara; tan común ha resultado esa escena como lo es también no observar a ninguna autoridad para contener esta peligrosa maniobra principalmente, de acuerdo a las estadísticas, en las decenas de poblaciones emergentes y sin conectividad urbana que atiborran el territorio subdesarrollado de los municipios de Tlajomulco, Tonalá y El Salto, principalmente.

Por su parte, la Secretaría de Transporte del Gobierno del estado de Jalisco dio a conocer la muerte de 81 personas durante el año pasado y durante el presente 2019 en los primeros días de abril ya se registraban 15.

Si consideramos que en el 2018 dejaron de existir 412 personas en accidentes viales y, si bien se pudo contener levemente el fallecimiento de motociclistas, lo cierto es que resulta previsible el potencial crecimiento de este flagelo por el aumento en casi el doble del uso de la motocicleta en las peores condiciones de protección al arriesgar a infantes, amas de casa y suprimir cualquier tipo de protección como el casco, el respeto a las reglas y sobre todo una cultura vial del respeto a la vida humana por parte de conductores, peatones y motociclistas.

Por lo pronto, el diputado Jonadab Martínez ha puesto el dedo en un renglón por años abandonado, al señalar la obligatoriedad de los motociclistas de utilizar un solo carril de circulación, rebasar solo por el carril izquierdo y anteponer la seguridad al deseo de moverse entre carriles, entre vehículos o invadir banquetas, ciclovías o carriles exclusivos para el transporte público.

Todos sabemos que la policía vial no se ha dado abasto pero debemos seguir, desde sociedad y gobierno, insistiendo en la prioritaria protección de la vida humana.

Académico del CUAAD, UdeG

carlosm_orozco@hotmail.com