/ sábado 16 de febrero de 2019

La prensa incómoda del Presidente

«A la república sólo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir».

José Ortega y Gasset


Las conferencias mañaneras de AMLO sirven a varios propósitos. Como ya he escrito en varias ocasiones, dirigirse diario a los medios de comunicación le da al presidente un gran control sobre los mensajes que salen en la discusión pública y sobre qué se discute en México. También he advertido acerca de la necesidad de que los medios no sean víctima de esa lógica y que hagan preguntas profundas y pertinentes de temas distintos a los que tenga en su agenda el presidente.

Hoy quiero agregar al análisis necesario una tendencia que me parece peligrosa: las agresiones y los comentarios de descalificación a los medios de comunicación que cuestionan al presidente. En redes sociales y durante las transmisiones en vivo de la conferencia “mañanera” vemos una cascada de comentarios, los menos agresivos tildando de “vendidos” y “chayoteros” a todos los medios que hacen preguntas pidiendo explicaciones al presidente. Los comentarios más terribles son agresiones directas a los periodistas con palabras que por educación, no reproduciré aquí.

El presidente no es culpable directamente del comentario agresivo de un ciudadano, pero tiene una responsabilidad irrenunciable ante el humor nacional, el cual se ha crispado. Se entiende la indignación ante la terrible corrupción del sexenio de Peña Nieto. Sin embargo, este Gobierno cada vez más está cerca de la infame declaración de Peña, quien afirmaba que a los mexicanos “ningún chile les embona”.

Un presidente que tiene la misión de construir paz ante un país desgarrado debe de saber que los medios son aliados en democracia, ayudan a reportar lo terrible del conflicto armado que hay en nuestro país y le ayudarán a descubrir defectos dentro de su Gobierno, como las incompletas y mañosas declaraciones patrimoniales de su gabinete. Decir que un medio miente y que no usa métodos periodísticos sólidos es tarea del gremio de periodistas y del defensor del lector de cada periódico. Al atacar a los medios, el presidente se coloca muy cerca de Trump y muy lejos de lo que México necesita.

Es muy triste que el presidente no tenga altura de miras para construir paz en vez de criticar a los medios. Lo hemos escuchado a él y a sus seguidores mucho más preocupados por la línea editorial de un periódico que por los asesinatos a periodistas (el último, muy sonado, de un periodista independiente en Baja California Sur) en vez de ocuparse por proteger a periodistas que, muy lejos de criticarlo se esfuerzan por describir y mejorar sus realidades locales. Presidente, el periodismo lo necesita a usted y a sus seguidores, pero ha equivocado la misión. Ya basta de desacreditar y destruir lo que no conviene a sus intereses, cegándose a las miles de tareas y asignaturas pendientes de paz que tiene México.

* Secretario General PAN Guadalajara



«A la república sólo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir».

José Ortega y Gasset


Las conferencias mañaneras de AMLO sirven a varios propósitos. Como ya he escrito en varias ocasiones, dirigirse diario a los medios de comunicación le da al presidente un gran control sobre los mensajes que salen en la discusión pública y sobre qué se discute en México. También he advertido acerca de la necesidad de que los medios no sean víctima de esa lógica y que hagan preguntas profundas y pertinentes de temas distintos a los que tenga en su agenda el presidente.

Hoy quiero agregar al análisis necesario una tendencia que me parece peligrosa: las agresiones y los comentarios de descalificación a los medios de comunicación que cuestionan al presidente. En redes sociales y durante las transmisiones en vivo de la conferencia “mañanera” vemos una cascada de comentarios, los menos agresivos tildando de “vendidos” y “chayoteros” a todos los medios que hacen preguntas pidiendo explicaciones al presidente. Los comentarios más terribles son agresiones directas a los periodistas con palabras que por educación, no reproduciré aquí.

El presidente no es culpable directamente del comentario agresivo de un ciudadano, pero tiene una responsabilidad irrenunciable ante el humor nacional, el cual se ha crispado. Se entiende la indignación ante la terrible corrupción del sexenio de Peña Nieto. Sin embargo, este Gobierno cada vez más está cerca de la infame declaración de Peña, quien afirmaba que a los mexicanos “ningún chile les embona”.

Un presidente que tiene la misión de construir paz ante un país desgarrado debe de saber que los medios son aliados en democracia, ayudan a reportar lo terrible del conflicto armado que hay en nuestro país y le ayudarán a descubrir defectos dentro de su Gobierno, como las incompletas y mañosas declaraciones patrimoniales de su gabinete. Decir que un medio miente y que no usa métodos periodísticos sólidos es tarea del gremio de periodistas y del defensor del lector de cada periódico. Al atacar a los medios, el presidente se coloca muy cerca de Trump y muy lejos de lo que México necesita.

Es muy triste que el presidente no tenga altura de miras para construir paz en vez de criticar a los medios. Lo hemos escuchado a él y a sus seguidores mucho más preocupados por la línea editorial de un periódico que por los asesinatos a periodistas (el último, muy sonado, de un periodista independiente en Baja California Sur) en vez de ocuparse por proteger a periodistas que, muy lejos de criticarlo se esfuerzan por describir y mejorar sus realidades locales. Presidente, el periodismo lo necesita a usted y a sus seguidores, pero ha equivocado la misión. Ya basta de desacreditar y destruir lo que no conviene a sus intereses, cegándose a las miles de tareas y asignaturas pendientes de paz que tiene México.

* Secretario General PAN Guadalajara