/ sábado 21 de abril de 2018

La política y el arte de batirse entre el excremento

Ernesto Díaz Martínez


El inicio de las campañas para elegir alcaldes y diputados locales en Jalisco, éste 29 de abril, no parece una buena noticia. A estas hay que sumar el resto de las elecciones para legisladores federales, de gobernador y de presidente de la República, cuyo proceso culmina el mismo día de la votación, el domingo primero de julio de este año.

Para empezar, prevalecen las condiciones de nuestra débil democracia cuyas prácticas siguen haciendo válida la idea según la cual la democracia en México se agota al emitir el sufragio.

Muchos partidos en la competencia y muchos más candidatos no elegidos democráticamente, pero que ya estarán en las boletas y no pocos de ellos, burlándose de la gente, por habérselas ingeniado para meterse en las listas o meter a sus familiares, amigos u incondicionales.

Es una larga historia de exclusión donde unos pocos ejercen el derecho a ser votados y una gran mayoría se la tiene que aguantar, tiene que soportar calladamente ese otro atropello a los derechos humanos, que se hace con total descaro en todos los partidos.

Es el festín de la ambición desmedida, la temporada en la que la gente de la política exhibe su parte más animal: lamer las botas del de arriba y pisotear al de abajo, que es lo común. Como lo es desplazar a familiares o amigos si es necesario en aras de llegar a la tierra prometida: al presupuesto.

Unos ensayan la hipocresía de cada tres años, otros se improvisan como oradores hilvanando frases para parecer político con el afán de congraciarse con aquel que tenga alguna posibilidad de colocarle en algún lugar de la burocracia oficial.

Y así, es evidente que la antidemocracia se halla en todos los partidos políticos. MORENA, lo exhibe evidentemente en Jalisco. Cuanta con un buen número de candidatos que a todas luces desentonan con el perfil y el liderazgo de su candidato presidencial, gracias a los enviados que el propio AMLO confió para estructurar su partido en el estado.

Enlaces originarios y avecindados en la zona metropolitana de Guadalajara, se paseaban en vehículos del partido e invitaban en los municipios a los simpatizantes del movimiento a formar los comités, advirtiendo que no podían alentar ningún liderazgo hasta que la estructura ya formada tomara una decisión. Que la otra forma de elegir era por sorteo, pero que la conformación de los comités seccionales y la estructura municipal y distrital era la prioridad.

Así, un “señoritingo” con nombramiento de enlace, se codea con los chilangos enviados de AMLO como señores feudales, se enseña a pronunciar palabras como “cambio verdadero”, “Andrés Manuel dice”, y otros lugares comunes, para apantallar a sus interlocutores. Y creo que usted amigo lector, le adivinó: “Ahora ese ‘señoritingo’”, es nada más y nada menos que el candidato a diputado federal del distrito que le fue encomendado por los señores feudales venidos desde la mera capital. Que tal…

Esta inmundicia no puede ser democracia ni aquí ni en China, y no la puede defender ni siquiera la panista que tan eficientemente representa en los debates televisivos entre los coordinadores de los candidatos presidenciales a AMLO, me refiero a la señora Tatiana Clouthier…

Si como parece, la competencia se irá cerrando, no entiendo por qué AMLO y su equipo se permiten lujos como dejar pasar la oportunidad de cosechar una gran votación en Jalisco, uno de los cuatro estados que mayor padrón de votantes tiene a nivel nacional. No suena lógico que MORENA dé ventajas, a menos que AMLO, considere inconveniente discutir arreglos de sus enviados, o que esté confiando demasiado en la nobleza del pueblo y el gran descontento con sus adversarios, o lo que es peor, que estos desatinos pudieran obedecer a un sentimiento de menosprecio a la inteligencia de miles de jaliscienses.

De cualquier forma, entre las ridiculeces del culto a la personalidad, los juegos de egos, la lambisconería y las trampas, se esconden la burla, la exclusión al gran pueblo y con ello se defrauda a miles de mexicanos que aquí y más allá de la frontera norte, sueñan que la política es el espacio idóneo para quitarle el poder a los mismos de siempre y que en quienes ahora se depositan las esperanzas son gente que está a tono con los miles de sacrificios y luchas populares que esperan la reivindicación mediante el voto este primero de julio.

Pero muchos de estos compatriotas se sentirían desesperanzados si se enteran que ahora mismo la política en México, sigue estando secuestrada y dominada en amplios espacios en los que sólo se mueven ambiciosos, oportunistas o toda clase de ambiciosos dispuestos a batirse en el excremento de la falsedad.


Ernesto Díaz Martínez


El inicio de las campañas para elegir alcaldes y diputados locales en Jalisco, éste 29 de abril, no parece una buena noticia. A estas hay que sumar el resto de las elecciones para legisladores federales, de gobernador y de presidente de la República, cuyo proceso culmina el mismo día de la votación, el domingo primero de julio de este año.

Para empezar, prevalecen las condiciones de nuestra débil democracia cuyas prácticas siguen haciendo válida la idea según la cual la democracia en México se agota al emitir el sufragio.

Muchos partidos en la competencia y muchos más candidatos no elegidos democráticamente, pero que ya estarán en las boletas y no pocos de ellos, burlándose de la gente, por habérselas ingeniado para meterse en las listas o meter a sus familiares, amigos u incondicionales.

Es una larga historia de exclusión donde unos pocos ejercen el derecho a ser votados y una gran mayoría se la tiene que aguantar, tiene que soportar calladamente ese otro atropello a los derechos humanos, que se hace con total descaro en todos los partidos.

Es el festín de la ambición desmedida, la temporada en la que la gente de la política exhibe su parte más animal: lamer las botas del de arriba y pisotear al de abajo, que es lo común. Como lo es desplazar a familiares o amigos si es necesario en aras de llegar a la tierra prometida: al presupuesto.

Unos ensayan la hipocresía de cada tres años, otros se improvisan como oradores hilvanando frases para parecer político con el afán de congraciarse con aquel que tenga alguna posibilidad de colocarle en algún lugar de la burocracia oficial.

Y así, es evidente que la antidemocracia se halla en todos los partidos políticos. MORENA, lo exhibe evidentemente en Jalisco. Cuanta con un buen número de candidatos que a todas luces desentonan con el perfil y el liderazgo de su candidato presidencial, gracias a los enviados que el propio AMLO confió para estructurar su partido en el estado.

Enlaces originarios y avecindados en la zona metropolitana de Guadalajara, se paseaban en vehículos del partido e invitaban en los municipios a los simpatizantes del movimiento a formar los comités, advirtiendo que no podían alentar ningún liderazgo hasta que la estructura ya formada tomara una decisión. Que la otra forma de elegir era por sorteo, pero que la conformación de los comités seccionales y la estructura municipal y distrital era la prioridad.

Así, un “señoritingo” con nombramiento de enlace, se codea con los chilangos enviados de AMLO como señores feudales, se enseña a pronunciar palabras como “cambio verdadero”, “Andrés Manuel dice”, y otros lugares comunes, para apantallar a sus interlocutores. Y creo que usted amigo lector, le adivinó: “Ahora ese ‘señoritingo’”, es nada más y nada menos que el candidato a diputado federal del distrito que le fue encomendado por los señores feudales venidos desde la mera capital. Que tal…

Esta inmundicia no puede ser democracia ni aquí ni en China, y no la puede defender ni siquiera la panista que tan eficientemente representa en los debates televisivos entre los coordinadores de los candidatos presidenciales a AMLO, me refiero a la señora Tatiana Clouthier…

Si como parece, la competencia se irá cerrando, no entiendo por qué AMLO y su equipo se permiten lujos como dejar pasar la oportunidad de cosechar una gran votación en Jalisco, uno de los cuatro estados que mayor padrón de votantes tiene a nivel nacional. No suena lógico que MORENA dé ventajas, a menos que AMLO, considere inconveniente discutir arreglos de sus enviados, o que esté confiando demasiado en la nobleza del pueblo y el gran descontento con sus adversarios, o lo que es peor, que estos desatinos pudieran obedecer a un sentimiento de menosprecio a la inteligencia de miles de jaliscienses.

De cualquier forma, entre las ridiculeces del culto a la personalidad, los juegos de egos, la lambisconería y las trampas, se esconden la burla, la exclusión al gran pueblo y con ello se defrauda a miles de mexicanos que aquí y más allá de la frontera norte, sueñan que la política es el espacio idóneo para quitarle el poder a los mismos de siempre y que en quienes ahora se depositan las esperanzas son gente que está a tono con los miles de sacrificios y luchas populares que esperan la reivindicación mediante el voto este primero de julio.

Pero muchos de estos compatriotas se sentirían desesperanzados si se enteran que ahora mismo la política en México, sigue estando secuestrada y dominada en amplios espacios en los que sólo se mueven ambiciosos, oportunistas o toda clase de ambiciosos dispuestos a batirse en el excremento de la falsedad.


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