/ domingo 10 de octubre de 2021

La peor nostalgia es la de no graduarse

La comunidad universitaria de la Universidad de Guadalajara regresa a clases presenciales de manera responsable. Desde el lunes 4 de octubre las y los estudiantes pudieron volver a pisar las aulas después de más de un año y medio. El volver a las escuelas preparatorias y a los centros universitarios, por donde quiera que se mire, es una buena noticia.

No es de extrañarnos que la pandemia nos hizo cuestionar muchas dinámicas sociales; el tener que privarnos de la convivencia cara a cara, en lo personal, me hizo preguntarme si había un término, una palabra para nombrar ese sentimiento de extrañamiento, esa nostalgia cargada al mismo tiempo de incertidumbre por el futuro. Volver a clases nos devuelve un poco de la vida como la conocíamos pero no debemos perder de vista que la comunidad regresa con muchas pérdidas, se desperdiciaron oportunidades laborales, prácticas y aprendizajes, además de pérdidas humanas.

Fieles a nuestra filosofía de preguntar antes de actuar, en la FEU aplicamos una encuesta en el mes de agosto y principios de septiembre del 2021, con el propósito de conocer la opinión de la comunidad estudiantil. Estos son los datos que recabamos:

La mayoría del estudiantado, el 65.08 por ciento para ser precisos, quiere regresar a clases presenciales este semestre. A su vez, el hecho de ser vacunados es determinante para que 30 por ciento del alumnado decida ir a clases presenciales, de lo contrario no asistirían.

La pandemia visibilizó dos grandes carencias y áreas de oportunidad para atender. La primera es el rendimiento académico, pues el 54 por ciento de los alumnos piensan que no les funcionó las clases virtuales aunado al hecho de que el 40.4 por ciento considera muy importante el desarrollo de habilidades sociales dentro de la escuela. Ambas situaciones, es decir, el aprovechamiento de clase y las habilidades sociales se vieron comprometidas por el modelo de educación virtual. Es indispensable que la UdeG se reinvente a futuro y a la brevedad posible.

Otro punto para atender es la alfabetización emocional, que el estudiantado sea guiado a hacerse estas preguntas: ¿Qué es lo que siento? ¿Cómo y dónde atenderme? ¿Cómo puedo gestionar un estado de bienestar y paz? Se debe buscar erradicar las carencias que nos hereda nuestro sistema educativo, es determinante la formación y atención emocional, porque de ello depende gran parte de las decisiones que toma un individuo y esta ignorancia emocional nos está dejando a los jóvenes en un estado de vulnerabilidad emocional. Así se lo comunicamos al subsecretario de educación a nivel federal, Luciano Concheiro, esperando que tenga eco en todo el país.

Por otro lado, también preocupa el hecho que el 38 por ciento del alumnado ha considerado pausar o abandonar sus estudios. La amenaza de la deserción sigue al acecho. En la UdeG enfrentamos un fenómeno y es que en una parte importante de estudiantes, su prioridad es trabajar antes que estudiar, debido al compromiso económico que tienen con su familia, exacerbado ahora por la pandemia, y ante la falta de apoyos para estudiantes, muchos han tomado la vía de la deserción.

Joaquín Sabina en una de sus canciones decía que “no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió”. La peor nostalgia será que un joven dentro de 10 años se pregunte: ¿Qué habría sentido al graduarme de la prepa? ¿Qué estaría haciendo ahora si hubiera podido titularme de la licenciatura? Ese es nuestro principal reto, que ningún estudiante en el futuro llegue a sentir esa nostalgia. Bienvenidas y bienvenidos a las clases presenciales y a la realidad.

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX

Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX

La comunidad universitaria de la Universidad de Guadalajara regresa a clases presenciales de manera responsable. Desde el lunes 4 de octubre las y los estudiantes pudieron volver a pisar las aulas después de más de un año y medio. El volver a las escuelas preparatorias y a los centros universitarios, por donde quiera que se mire, es una buena noticia.

No es de extrañarnos que la pandemia nos hizo cuestionar muchas dinámicas sociales; el tener que privarnos de la convivencia cara a cara, en lo personal, me hizo preguntarme si había un término, una palabra para nombrar ese sentimiento de extrañamiento, esa nostalgia cargada al mismo tiempo de incertidumbre por el futuro. Volver a clases nos devuelve un poco de la vida como la conocíamos pero no debemos perder de vista que la comunidad regresa con muchas pérdidas, se desperdiciaron oportunidades laborales, prácticas y aprendizajes, además de pérdidas humanas.

Fieles a nuestra filosofía de preguntar antes de actuar, en la FEU aplicamos una encuesta en el mes de agosto y principios de septiembre del 2021, con el propósito de conocer la opinión de la comunidad estudiantil. Estos son los datos que recabamos:

La mayoría del estudiantado, el 65.08 por ciento para ser precisos, quiere regresar a clases presenciales este semestre. A su vez, el hecho de ser vacunados es determinante para que 30 por ciento del alumnado decida ir a clases presenciales, de lo contrario no asistirían.

La pandemia visibilizó dos grandes carencias y áreas de oportunidad para atender. La primera es el rendimiento académico, pues el 54 por ciento de los alumnos piensan que no les funcionó las clases virtuales aunado al hecho de que el 40.4 por ciento considera muy importante el desarrollo de habilidades sociales dentro de la escuela. Ambas situaciones, es decir, el aprovechamiento de clase y las habilidades sociales se vieron comprometidas por el modelo de educación virtual. Es indispensable que la UdeG se reinvente a futuro y a la brevedad posible.

Otro punto para atender es la alfabetización emocional, que el estudiantado sea guiado a hacerse estas preguntas: ¿Qué es lo que siento? ¿Cómo y dónde atenderme? ¿Cómo puedo gestionar un estado de bienestar y paz? Se debe buscar erradicar las carencias que nos hereda nuestro sistema educativo, es determinante la formación y atención emocional, porque de ello depende gran parte de las decisiones que toma un individuo y esta ignorancia emocional nos está dejando a los jóvenes en un estado de vulnerabilidad emocional. Así se lo comunicamos al subsecretario de educación a nivel federal, Luciano Concheiro, esperando que tenga eco en todo el país.

Por otro lado, también preocupa el hecho que el 38 por ciento del alumnado ha considerado pausar o abandonar sus estudios. La amenaza de la deserción sigue al acecho. En la UdeG enfrentamos un fenómeno y es que en una parte importante de estudiantes, su prioridad es trabajar antes que estudiar, debido al compromiso económico que tienen con su familia, exacerbado ahora por la pandemia, y ante la falta de apoyos para estudiantes, muchos han tomado la vía de la deserción.

Joaquín Sabina en una de sus canciones decía que “no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió”. La peor nostalgia será que un joven dentro de 10 años se pregunte: ¿Qué habría sentido al graduarme de la prepa? ¿Qué estaría haciendo ahora si hubiera podido titularme de la licenciatura? Ese es nuestro principal reto, que ningún estudiante en el futuro llegue a sentir esa nostalgia. Bienvenidas y bienvenidos a las clases presenciales y a la realidad.

* Presidente de la FEU

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