/ miércoles 7 de octubre de 2020

La Pacificadora: La guerra del Mixtón

Abel Campirano Marín

La advocación de la Virgen de la Inmaculada, una veneración originariamente española, adquirió carta de residencia en nuestro País a raíz de la conquista. Después de fundada definitivamente la Ciudad de Guadalajara en 1542, Beltrán Nuño de Guzmán tuvo que enfrentar una de las mas poderosas rebeliones indígenas de que se tenga memoria.

Los Caxcanes, Los Zacatecos y los Tecuexes principalmente, tribus de origen Chichimeca y como consecuencia aguerridas e indómitas, presentaron un formidable frente de guerra a los avezados conquistadores españoles.

Uno de ellos, de los más avezados, Don Pedro de Alvarado, uno de los adelantados de Hernán Cortés y gran estratega, junto con Cristóbal de Oñate sufrieron la humillación de la derrota, incluso el primero de ellos perdió la vida a manos de los bravos indígenas de la zona de Nochixtlán.

El Virrey Don Antonio de Mendoza, se hizo cargo personalmente de la expedición que tendría como propósito fundamental aplastar la rebelión Caxcana, pero la empresa no era fácil a pesar de superar en número y equipamiento a los indígenas por las dificultades del terreno y sobre todo porque la habilidad para la guerra superaba la técnica de los peninsulares.

Cuando más cruentas estaban las cosas, y parecía que era más grande la distancia que recorrer para sofocar la rebelión y la expectativa era de una gran pérdida de vidas, fueron los Frailes Franciscano que acompañaban la expedición Española, lo que vino a cambiar el destino de las cosas.

Fray Antonio de Segovia y Fray Miguel de Bolonia, que portaban una pequeña imagen de apenas 35 centímetros, elaborada a base de caña de maíz, y que traían desde Pátzcuaro, se ofrecieron a interceder con los sublevados con la esperanza de que se llevara a cabo un armisticio.

Los expedicionarios reacios en principio pero también cautelosos ante la sorprendente resistencia de aquellos indígenas semidesnudos, armados solo con arcos flechas, piedras y hondas pero con un carácter férreo y que podría causar mayores dolores de cabeza al Virrey y ulteriormente al Reino, estuvieron conformes en que se llevara a cabo ese acto un tanto suicida ya que se les hacía verdaderamente imposible que un par de hombres con vestimenta talar y con una imagen tan pequeña y además cristiana, fueran capaces de hacer lo que las armas no podían.

Los Frailes, presentaron la imagen a los indígenas encabezados por Tenamaxtli quien vio en ella la imagen viva de su Diosa Xopitzintli, y obró el milagro y gracias a eso y a la buena disposición de Petlácatl quien encabezaba el otro Señorío que llegaba hasta la región de lo que hoy es Tlaltenango y García de la Cadena y hasta Colotlán, y de Tencuícatl en Xuchipila, depusieron las armas y concluyó la guerra del Mixtón.

A partir de ese entonces, a la hoy Santisima Virgen de Zapopan se le conoce como La Pacificadora, y este próximo 12 de octubre se llevará a cabo la peregrinación de retorno a su Santuario, Romería que será virtual por la Pandemia; cabe recordar que a la Venerable Imagen también se le conoce como la Generala, Título que ostenta gracias al Ejército Trigarante y data de 1821, y es la Patrona de Guadalajara en contra de Tempestades, Inundaciones y Epidemias.

Para los creyentes bien nos hará implorar su intercesión para que nos alivie de esta pesadilla que asedia a nuestra Patria. Para los no creyentes, este ha sido un breve apunte histórico que espero que los motive a estudiar más sobre este apasionante episodio de nuestra historia: La guerra del Mixtón.


@CampiranoWolff

Facebook Programa La Bella Epoca

lcampirano@yahoo.com

Abel Campirano Marín

La advocación de la Virgen de la Inmaculada, una veneración originariamente española, adquirió carta de residencia en nuestro País a raíz de la conquista. Después de fundada definitivamente la Ciudad de Guadalajara en 1542, Beltrán Nuño de Guzmán tuvo que enfrentar una de las mas poderosas rebeliones indígenas de que se tenga memoria.

Los Caxcanes, Los Zacatecos y los Tecuexes principalmente, tribus de origen Chichimeca y como consecuencia aguerridas e indómitas, presentaron un formidable frente de guerra a los avezados conquistadores españoles.

Uno de ellos, de los más avezados, Don Pedro de Alvarado, uno de los adelantados de Hernán Cortés y gran estratega, junto con Cristóbal de Oñate sufrieron la humillación de la derrota, incluso el primero de ellos perdió la vida a manos de los bravos indígenas de la zona de Nochixtlán.

El Virrey Don Antonio de Mendoza, se hizo cargo personalmente de la expedición que tendría como propósito fundamental aplastar la rebelión Caxcana, pero la empresa no era fácil a pesar de superar en número y equipamiento a los indígenas por las dificultades del terreno y sobre todo porque la habilidad para la guerra superaba la técnica de los peninsulares.

Cuando más cruentas estaban las cosas, y parecía que era más grande la distancia que recorrer para sofocar la rebelión y la expectativa era de una gran pérdida de vidas, fueron los Frailes Franciscano que acompañaban la expedición Española, lo que vino a cambiar el destino de las cosas.

Fray Antonio de Segovia y Fray Miguel de Bolonia, que portaban una pequeña imagen de apenas 35 centímetros, elaborada a base de caña de maíz, y que traían desde Pátzcuaro, se ofrecieron a interceder con los sublevados con la esperanza de que se llevara a cabo un armisticio.

Los expedicionarios reacios en principio pero también cautelosos ante la sorprendente resistencia de aquellos indígenas semidesnudos, armados solo con arcos flechas, piedras y hondas pero con un carácter férreo y que podría causar mayores dolores de cabeza al Virrey y ulteriormente al Reino, estuvieron conformes en que se llevara a cabo ese acto un tanto suicida ya que se les hacía verdaderamente imposible que un par de hombres con vestimenta talar y con una imagen tan pequeña y además cristiana, fueran capaces de hacer lo que las armas no podían.

Los Frailes, presentaron la imagen a los indígenas encabezados por Tenamaxtli quien vio en ella la imagen viva de su Diosa Xopitzintli, y obró el milagro y gracias a eso y a la buena disposición de Petlácatl quien encabezaba el otro Señorío que llegaba hasta la región de lo que hoy es Tlaltenango y García de la Cadena y hasta Colotlán, y de Tencuícatl en Xuchipila, depusieron las armas y concluyó la guerra del Mixtón.

A partir de ese entonces, a la hoy Santisima Virgen de Zapopan se le conoce como La Pacificadora, y este próximo 12 de octubre se llevará a cabo la peregrinación de retorno a su Santuario, Romería que será virtual por la Pandemia; cabe recordar que a la Venerable Imagen también se le conoce como la Generala, Título que ostenta gracias al Ejército Trigarante y data de 1821, y es la Patrona de Guadalajara en contra de Tempestades, Inundaciones y Epidemias.

Para los creyentes bien nos hará implorar su intercesión para que nos alivie de esta pesadilla que asedia a nuestra Patria. Para los no creyentes, este ha sido un breve apunte histórico que espero que los motive a estudiar más sobre este apasionante episodio de nuestra historia: La guerra del Mixtón.


@CampiranoWolff

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lcampirano@yahoo.com