Antonio Pérez Garibay
Ya ha pasado más de un año desde que Andrés Manuel López Obrador tomó protesta como presidente de la república y mucho se ha especulado sobre el rumbo que tiene el país desde la instauración de la 4T.
Ahora bien, hablemos de la lógica del presidente; la pregunta constante es ¿tendrán algo que ver los cambios que se han venido realizando a lo largo de la administración o serán esfuerzos aislados con el afán de logar algún cambio?
Hagamos una remembranza sobre los cambios que se han anunciado a lo largo de esta administración: el salario más alto a los médicos que trabajen en las comunidades más lejanas, ampliación de los productos de la canasta básica, red de internet a través de las líneas de la comisión federal de electricidad, apoyos directos sin intermediarios, compra a los productores con precios de garantía y el desarrollo e infraestructura en las comunidades más alejadas.
Ahora bien, que tienen en común estas transformaciones; la detonación y reactivación económica del país, así es, pongamos como los centros integradores del bienestar en sus siglas CIB tienen esta lógica para el desarrollo donde más se necesita.
Lo que conjuntan estos centros son: un médico de primera atención que distribuye los medicamentos a los pacientes que así lo requieren, un cajero red, para quienes son beneficiados de los programas sociales, un punto de venta de los productos segalmex donde se venden los productos de la canasta básica ampliada, a su vez compra de productos a precio de garantía a los pequeños productores. Es aquí donde se encuentra la lógica del presidente, si tiene un rumbo y es la detonación económica en las comunidades que más lo necesitan.
Los engranajes están puestos y van en marcha, hoy los apoyos llegan a las personas que más lo necesitan, la apuesta es grande para la reactivación económica, el desarrollo de estas comunidades es ya una realidad que impacta su vida diaria. Yo creo en el presidente y México camina a la grandeza, estoy seguro de ello.
