/ martes 13 de octubre de 2020

La inseguridad no para en Guadalajara

La inseguridad no para en Guadalajara, la ciudad tiene un estado de fuerza policiaca de cerca de tres mil elementos, más otro tanto que se forman en la Academia de Policía de Guadalajara, de estos tres mil elementos los policías trabajan en turnos, unos patrullando la ciudad en diferentes zonas con sus respectivos cuarteles de mando dirigidos por un Comandante de zona, y todos los días se administran los turnos, los armamentos, y el uniforme para salir a la calle, además tiene operativos en oficinas de su base quince y Calzada Independencia con un sistema de comunicación que trabaja las veinticuatro horas del día en los trescientos sesenta y cinco días del año.

Este sistema de comunicación en la cabina representa el cerebro de la policía, ya que no solamente es el de trasmitir voz sino también imágenes a través del sistema de video vigilancia, las cámaras en la ciudad se instalan en lugares estratégicos para realizar los llamados de alerta ante los sucesos criminales como los que vivimos los tapatíos, diario se dan los robos a los ciudadanos que caminan por la ciudad, así como a las casas-habitación, los asesinatos y robos de automóviles; los criminales operan aprovechando el alto del semáforo con su luz roja o bien en los vehículos estacionados aprovechando que el dueño del vehículo tardará algún tiempo para regresar por su automóvil, así como frente a los domicilios donde los delincuentes aprovechan la noche para robar el vehículo.

Los barrios de Guadalajara cada día son más inseguros ante la falta de vigilancia policial, pueden pasar por la mañana pero quizás tardarán ocho horas en volver a pasar por las mismas manzanas o cuadras y si por casualidad se nos presentara un hecho delictivo, no resuelven el problema del ciudadano, ante esto el ciudadano decide no denunciar los hechos delictivos a los policías ni al Ministerio Público, se prefiere guardar silencio, situación que alienta la impunidad, el ciudadano pierde la confianza en esos hombres vestidos de azul que patrullan la ciudad de Guadalajara, pero sin estrategias operativas para prevenir, disminuir o disuadir los hechos delictivos y aún más porque la policía se convierte en un órgano térmico científico a través del informe de policía homologado y primer respondiente que lo hace responsable en establecer la cadena de custodia, fenómeno criminalístico fundamental en los juicios de oralidad.

El asesinato del universitario Licenciado José de Jesús Macías ocurrido en la madrugada del domingo 11 de octubre, es un llamado de alerta para exigir a la autoridad municipal de Guadalajara y a la Fiscalía del Estado la tranquilidad y la paz pública en el municipio, la policía y la Fiscalía tienen la obligación de proteger la vida de los ciudadanos mediante técnicas de prevención y de acción ante los hechos delictivos que a diario se presentan en esta gran comunidad llamada Guadalajara, donde se depositan por la Constitución del Estado de Jalisco los poderes instituidos por el Estado, por lo que Guadalajara es la capital de Jalisco y como capital debe de otorgar a los ciudadanos la paz pública donde los ciudadanos caminemos sin ser molestados, vallamos al banco sin ser asaltados y manejemos nuestro vehículo automotor sin ser robados ni asesinados.

Así la muerte de Macías se convierte en una exigencia social que garantice que el Estado cumpla su obligación de proteger la vida y la seguridad de millones de seres humanos.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

La inseguridad no para en Guadalajara, la ciudad tiene un estado de fuerza policiaca de cerca de tres mil elementos, más otro tanto que se forman en la Academia de Policía de Guadalajara, de estos tres mil elementos los policías trabajan en turnos, unos patrullando la ciudad en diferentes zonas con sus respectivos cuarteles de mando dirigidos por un Comandante de zona, y todos los días se administran los turnos, los armamentos, y el uniforme para salir a la calle, además tiene operativos en oficinas de su base quince y Calzada Independencia con un sistema de comunicación que trabaja las veinticuatro horas del día en los trescientos sesenta y cinco días del año.

Este sistema de comunicación en la cabina representa el cerebro de la policía, ya que no solamente es el de trasmitir voz sino también imágenes a través del sistema de video vigilancia, las cámaras en la ciudad se instalan en lugares estratégicos para realizar los llamados de alerta ante los sucesos criminales como los que vivimos los tapatíos, diario se dan los robos a los ciudadanos que caminan por la ciudad, así como a las casas-habitación, los asesinatos y robos de automóviles; los criminales operan aprovechando el alto del semáforo con su luz roja o bien en los vehículos estacionados aprovechando que el dueño del vehículo tardará algún tiempo para regresar por su automóvil, así como frente a los domicilios donde los delincuentes aprovechan la noche para robar el vehículo.

Los barrios de Guadalajara cada día son más inseguros ante la falta de vigilancia policial, pueden pasar por la mañana pero quizás tardarán ocho horas en volver a pasar por las mismas manzanas o cuadras y si por casualidad se nos presentara un hecho delictivo, no resuelven el problema del ciudadano, ante esto el ciudadano decide no denunciar los hechos delictivos a los policías ni al Ministerio Público, se prefiere guardar silencio, situación que alienta la impunidad, el ciudadano pierde la confianza en esos hombres vestidos de azul que patrullan la ciudad de Guadalajara, pero sin estrategias operativas para prevenir, disminuir o disuadir los hechos delictivos y aún más porque la policía se convierte en un órgano térmico científico a través del informe de policía homologado y primer respondiente que lo hace responsable en establecer la cadena de custodia, fenómeno criminalístico fundamental en los juicios de oralidad.

El asesinato del universitario Licenciado José de Jesús Macías ocurrido en la madrugada del domingo 11 de octubre, es un llamado de alerta para exigir a la autoridad municipal de Guadalajara y a la Fiscalía del Estado la tranquilidad y la paz pública en el municipio, la policía y la Fiscalía tienen la obligación de proteger la vida de los ciudadanos mediante técnicas de prevención y de acción ante los hechos delictivos que a diario se presentan en esta gran comunidad llamada Guadalajara, donde se depositan por la Constitución del Estado de Jalisco los poderes instituidos por el Estado, por lo que Guadalajara es la capital de Jalisco y como capital debe de otorgar a los ciudadanos la paz pública donde los ciudadanos caminemos sin ser molestados, vallamos al banco sin ser asaltados y manejemos nuestro vehículo automotor sin ser robados ni asesinados.

Así la muerte de Macías se convierte en una exigencia social que garantice que el Estado cumpla su obligación de proteger la vida y la seguridad de millones de seres humanos.

* Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio