/ domingo 17 de enero de 2021

La impertinencia social y gubernamental

Es innegable que muchos integrantes de la sociedad, no hacemos lo conducente y lo suficiente para protegernos y proteger a los demás en esta pandemia y que muchos civiles no hemos querido entender la gravedad del asunto, desquiciando el orden y ocasionando con ello, el deceso de una gran cantidad de vidas; valiosas y no valiosas, pero todas importantes desde luego.

Muy al margen del talento o los exhortos de la autoridad para tratar de protegernos de este mal que, con errores y algunos cuantos aciertos, de un modo y de otro, ha manifestado su interés, aunque regañándonos, malmodeándonos y hasta pendejeando, a quienes no se protegen y evitan hacer uso del cubre bocas, pero ante la situación tan grave que se está viviendo en todos los sectores de la sociedad, es urgente atender las indicaciones de la autoridad en todos sus términos, aunque el presidente de la república ponga el mal ejemplo, al no acatar las medidas preventivas, pues le guste o no le guste, devienen de intelectuales, quienes saben y conocen la utilidad o beneficio de dichas medidas, mucho o poco que éste sea, pero que indiscutiblemente deben ser atendidas por propios y extraños, para cuidarnos a nosotros mismos y al resto, dentro del entorno social en que vivimos.

Me parece necesario y urgente que todos quienes somos parte de esta comunidad, con el debido respeto y moderación posible, orientemos y exijamos a nuestras familias, amigos, vecinos y conocidos que, por nuestra salud y la de todos, para no causar un mayor perjuicio, sino todo lo contrario, pongamos de nuestra parte, en aras de protegernos de este virus, el que a muchos de nosotros ya nos quitó un ser querido, amigos, conocidos y vecinos, quienes ya descansan en paz a causa de este grave y trágico mal que está padeciendo el mundo. La ignorancia, la riqueza o la miseria, no justifican esas actitudes indolentes, irresponsables y muy lamentables.

Me refiero a la impertinencia de sociedad y gobierno, porque al margen de lo bueno o malo que el gobierno realice para la protección de la salud de la sociedad y así, enfrentar el problema de la pandemia, no se vale que nos mienta de una manera tan evidente, justificándose en que, la información que desde el gobierno del estado se procesa, se obtiene desde la herramienta de información denominada, Plataforma México, sistema que publica la estadística derivada de los índices de criminalidad, pandemia más añeja que el Covid y respecto a la cual, el gobierno federal, militarizando el país nada resuelve, sino todo lo contrario, porque cuando puede y sin facultad alguna , transgrediendo gravemente el estado de derecho, participa en la evasión de presos, al grado tal que lo presume, como fue con el caso de Ovidio Guzmán, lo que con jactancia a presumido en más de una ocasión.

En el caso de nuestro gobierno estatal, ofendiendo la inteligencia hasta del más estúpido, el gobernador nos informa que ha disminuido la criminalidad en nuestro estado, expresión que desde luego es totalmente falsa. Igual de falsa es la información del gobernador, respecto a las cantidades que, aparentemente se han invertido en equipamiento para las diversas corporaciones tan desvencijadas, destinadas a la investigación y a la prevención de los delitos, cuando todos vemos con claridad, cómo la delincuencia asesina impunemente a Agentes del Ministerio Público, a elementos investigadores y a policías municipales, sin que hasta la fecha se conozca de la detención y procesamiento, ajustado a derecho de uno solo de estos criminales, pues en la certeza de que no representará para ellos una sola consecuencia jurídica, asesinan, desaparecen, descuartizan, disuelven en ácido e inhuman clandestinamente a cuanto ser humano quieren, pues es por todos bien sabido que ni uno solo de estos criminales, ha sufrido las consecuencias jurídicas de una conducta tipificada como delito que derive en una penalidad que la ley impone para aquel que lo cometió.

De ahí señor gobernador que le insista, deje de momento la obra pública, la cual también es importante, pero no más urgente que la imperiosa necesidad de encontrar a todos nuestros desaparecidos y el castigo a los responsables.


* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.


Es innegable que muchos integrantes de la sociedad, no hacemos lo conducente y lo suficiente para protegernos y proteger a los demás en esta pandemia y que muchos civiles no hemos querido entender la gravedad del asunto, desquiciando el orden y ocasionando con ello, el deceso de una gran cantidad de vidas; valiosas y no valiosas, pero todas importantes desde luego.

Muy al margen del talento o los exhortos de la autoridad para tratar de protegernos de este mal que, con errores y algunos cuantos aciertos, de un modo y de otro, ha manifestado su interés, aunque regañándonos, malmodeándonos y hasta pendejeando, a quienes no se protegen y evitan hacer uso del cubre bocas, pero ante la situación tan grave que se está viviendo en todos los sectores de la sociedad, es urgente atender las indicaciones de la autoridad en todos sus términos, aunque el presidente de la república ponga el mal ejemplo, al no acatar las medidas preventivas, pues le guste o no le guste, devienen de intelectuales, quienes saben y conocen la utilidad o beneficio de dichas medidas, mucho o poco que éste sea, pero que indiscutiblemente deben ser atendidas por propios y extraños, para cuidarnos a nosotros mismos y al resto, dentro del entorno social en que vivimos.

Me parece necesario y urgente que todos quienes somos parte de esta comunidad, con el debido respeto y moderación posible, orientemos y exijamos a nuestras familias, amigos, vecinos y conocidos que, por nuestra salud y la de todos, para no causar un mayor perjuicio, sino todo lo contrario, pongamos de nuestra parte, en aras de protegernos de este virus, el que a muchos de nosotros ya nos quitó un ser querido, amigos, conocidos y vecinos, quienes ya descansan en paz a causa de este grave y trágico mal que está padeciendo el mundo. La ignorancia, la riqueza o la miseria, no justifican esas actitudes indolentes, irresponsables y muy lamentables.

Me refiero a la impertinencia de sociedad y gobierno, porque al margen de lo bueno o malo que el gobierno realice para la protección de la salud de la sociedad y así, enfrentar el problema de la pandemia, no se vale que nos mienta de una manera tan evidente, justificándose en que, la información que desde el gobierno del estado se procesa, se obtiene desde la herramienta de información denominada, Plataforma México, sistema que publica la estadística derivada de los índices de criminalidad, pandemia más añeja que el Covid y respecto a la cual, el gobierno federal, militarizando el país nada resuelve, sino todo lo contrario, porque cuando puede y sin facultad alguna , transgrediendo gravemente el estado de derecho, participa en la evasión de presos, al grado tal que lo presume, como fue con el caso de Ovidio Guzmán, lo que con jactancia a presumido en más de una ocasión.

En el caso de nuestro gobierno estatal, ofendiendo la inteligencia hasta del más estúpido, el gobernador nos informa que ha disminuido la criminalidad en nuestro estado, expresión que desde luego es totalmente falsa. Igual de falsa es la información del gobernador, respecto a las cantidades que, aparentemente se han invertido en equipamiento para las diversas corporaciones tan desvencijadas, destinadas a la investigación y a la prevención de los delitos, cuando todos vemos con claridad, cómo la delincuencia asesina impunemente a Agentes del Ministerio Público, a elementos investigadores y a policías municipales, sin que hasta la fecha se conozca de la detención y procesamiento, ajustado a derecho de uno solo de estos criminales, pues en la certeza de que no representará para ellos una sola consecuencia jurídica, asesinan, desaparecen, descuartizan, disuelven en ácido e inhuman clandestinamente a cuanto ser humano quieren, pues es por todos bien sabido que ni uno solo de estos criminales, ha sufrido las consecuencias jurídicas de una conducta tipificada como delito que derive en una penalidad que la ley impone para aquel que lo cometió.

De ahí señor gobernador que le insista, deje de momento la obra pública, la cual también es importante, pero no más urgente que la imperiosa necesidad de encontrar a todos nuestros desaparecidos y el castigo a los responsables.


* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.