/ domingo 25 de octubre de 2020

La Gran Alianza por Zapopan y Mario Delgado

En un acto histórico de la democracia participativa en Jalisco, el pasado lunes presentamos el organismo civil llamado La Gran Alianza por Zapopan. Se trata de la más amplia red de organizaciones, líderes vecinales y activistas sociales; mujeres y hombres de empresa; académicos, profesionistas y jóvenes, comprometidos con mejorar su entorno en favor de las familias, colonias y comunidades asentadas en el municipio más contrastante del occidente de México.

En esta colectividad (más de 130 organizaciones) participan representantes de los pueblos originarios, asociaciones de migrantes, de personas con discapacidad, adultos mayores, mujeres violentadas; así como fundaciones para el tratamiento contra las adicciones y niños en situación de calle, entre muchas más.

La Gran Alianza por Zapopan es, por tanto, un movimiento incluyente, proactivo, plural y profundamente comprometido con las causas comunitarias. Su vocación no es partidista. Nuestra agenda está orientada a la elaboración y promoción de políticas públicas que coadyuven al desarrollo integral del ser humano y el crecimiento económico.

Y es justo por lo anterior que la mayoría de los liderazgos que conformamos esta expresión social aplaudimos la llegada de Mario Delgado como dirigente nacional de Morena. ¿Pero por qué un colectivo apartidista ve con buenos ojos que Delgado Carrillo se convierta en el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional? La respuesta es sencilla, porque si bien muchos de quienes conforman la Gran Alianza no militamos en dicho partido, sí somos promotores (en los hechos) de los principios de la Cuarta Transformación.

Es preciso apuntar que durante su recorrido por el país, el diputado federal compartió un decálogo que convenció a bastantes miembros de nuestro conglomerado social. Ser un instrumento de lucha del pueblo de México, un partido que siga sumando, pero sobre todo la idea de reforzar la presencia de las mujeres, jóvenes e indígenas en el partido, son argumentos bien vistos por quienes deseamos encontrar un espacio para trabajar en pro del bienestar de la gente.

Uno de los principales retos de Mario Delgado será lograr la conciliación en el Estado. Pero más aún, es abrir el partido a los simpatizantes y acercarlo a los distintos sectores que no han tenido siquiera la oportunidad de conocer sus principios básicos.

Pensemos en lo siguiente. Para obtener su registro, el nuevo partido Hagamos –vinculado a la Universidad de Guadalajara- presentó ante la autoridad electoral, una afiliación cercana a los 30 mil ciudadanos. En el caso de Fuerza Social por México, para efecto de conquistar su registro nacional, en nuestra entidad presentó un padrón de más de 22 mil votantes. Mientras que estos dos institutos políticos de reciente creación superan entre ambos los 50 mil, Morena Jalisco (según el padrón conocido) apenas y alcanza una militancia de 10 mil ciudadanos.

Por lo anterior es que se vuelve un imperativo admitir, como principio elemental, que si lo que se pretende es lograr la victoria en municipios y en los distritos, resulta necesario sumar a quienes desean contribuir a un cambio profundo y verdadero. Con la pura militancia no alcanza ni para ganar un distrito importante.

Ya falta muy poco tiempo para nuestro encuentro con las urnas. En realidad estamos a siete meses para vivir una contienda por demás peculiar. Sin duda, la pandemia modificó en todos sentidos la manera del quehacer propagandístico; pero también, el hecho de que como nunca tendremos en la boleta múltiples opciones para elegir el rumbo de nuestro destino social.

Así pues, La Gran Alianza por Zapopan se suma al gigantesco desafío que tiene por delante Mario Delgado.

* Periodista y empresario

En un acto histórico de la democracia participativa en Jalisco, el pasado lunes presentamos el organismo civil llamado La Gran Alianza por Zapopan. Se trata de la más amplia red de organizaciones, líderes vecinales y activistas sociales; mujeres y hombres de empresa; académicos, profesionistas y jóvenes, comprometidos con mejorar su entorno en favor de las familias, colonias y comunidades asentadas en el municipio más contrastante del occidente de México.

En esta colectividad (más de 130 organizaciones) participan representantes de los pueblos originarios, asociaciones de migrantes, de personas con discapacidad, adultos mayores, mujeres violentadas; así como fundaciones para el tratamiento contra las adicciones y niños en situación de calle, entre muchas más.

La Gran Alianza por Zapopan es, por tanto, un movimiento incluyente, proactivo, plural y profundamente comprometido con las causas comunitarias. Su vocación no es partidista. Nuestra agenda está orientada a la elaboración y promoción de políticas públicas que coadyuven al desarrollo integral del ser humano y el crecimiento económico.

Y es justo por lo anterior que la mayoría de los liderazgos que conformamos esta expresión social aplaudimos la llegada de Mario Delgado como dirigente nacional de Morena. ¿Pero por qué un colectivo apartidista ve con buenos ojos que Delgado Carrillo se convierta en el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional? La respuesta es sencilla, porque si bien muchos de quienes conforman la Gran Alianza no militamos en dicho partido, sí somos promotores (en los hechos) de los principios de la Cuarta Transformación.

Es preciso apuntar que durante su recorrido por el país, el diputado federal compartió un decálogo que convenció a bastantes miembros de nuestro conglomerado social. Ser un instrumento de lucha del pueblo de México, un partido que siga sumando, pero sobre todo la idea de reforzar la presencia de las mujeres, jóvenes e indígenas en el partido, son argumentos bien vistos por quienes deseamos encontrar un espacio para trabajar en pro del bienestar de la gente.

Uno de los principales retos de Mario Delgado será lograr la conciliación en el Estado. Pero más aún, es abrir el partido a los simpatizantes y acercarlo a los distintos sectores que no han tenido siquiera la oportunidad de conocer sus principios básicos.

Pensemos en lo siguiente. Para obtener su registro, el nuevo partido Hagamos –vinculado a la Universidad de Guadalajara- presentó ante la autoridad electoral, una afiliación cercana a los 30 mil ciudadanos. En el caso de Fuerza Social por México, para efecto de conquistar su registro nacional, en nuestra entidad presentó un padrón de más de 22 mil votantes. Mientras que estos dos institutos políticos de reciente creación superan entre ambos los 50 mil, Morena Jalisco (según el padrón conocido) apenas y alcanza una militancia de 10 mil ciudadanos.

Por lo anterior es que se vuelve un imperativo admitir, como principio elemental, que si lo que se pretende es lograr la victoria en municipios y en los distritos, resulta necesario sumar a quienes desean contribuir a un cambio profundo y verdadero. Con la pura militancia no alcanza ni para ganar un distrito importante.

Ya falta muy poco tiempo para nuestro encuentro con las urnas. En realidad estamos a siete meses para vivir una contienda por demás peculiar. Sin duda, la pandemia modificó en todos sentidos la manera del quehacer propagandístico; pero también, el hecho de que como nunca tendremos en la boleta múltiples opciones para elegir el rumbo de nuestro destino social.

Así pues, La Gran Alianza por Zapopan se suma al gigantesco desafío que tiene por delante Mario Delgado.

* Periodista y empresario