/ domingo 1 de septiembre de 2019

La derrota de un gobierno

Quisiera estar equivocado y si lo estoy, que me lo digan de frente y con toda libertad, porque estoy seguro que quienes gobiernan simplemente me juzgarán de loco y seguirán en su trono, gozando de la seguridad propia y la de su familia, con recursos de la sociedad y la sociedad padeciendo la más absurda e indiscutible, ineficiencia del Estado.

Para garantizar la seguridad pública de todos los mexicanos, no obstante que se nos sugiere que “nos portemos bien”, con una expresión nada ejecutiva del responsable del Poder Ejecutivo Nacional, pese a que está informado de todo el acontecer nacional, como lo manifiesta cada mañana; pareciera que es peccata minuta la criminalidad tan violenta por todos los rincones de la patria, en unos más que en otros, pero al fin, todos mexicanos y, que bueno, que su familia no lo ha sufrido, desde luego por la seguridad disfrazada de que gozan todos, no obstante la ausencia del Estado Mayor Presidencial.

Me parece que ya es el momento de que los simples ciudadanos nos unamos y manifestemos nuestra inconformidad por el estado de cosas que guarda el país, que señalarlas cada una, necesitaría hacer una enciclopedia y le exijamos, tanto al Ejecutivo Federal como Estatal, al Congreso de la Unión y de los estados, que finquen responsabilidades por omisión a esos servidores públicos que ante su indiferencia, la paz pública se perdió y es por demás urgente, se restablezca el orden en todos sus términos, ya que como país nos hemos dado una Constitución con los instrumentos jurídicos necesarios para ello, -como ya lo he referido en otra oportunidad-; en lo personal y todo mi entorno, no queremos seguir viendo y viviendo todas las desgracias que día con día se informan por todos los medios, donde las autoridades sólo dan cuenta de tales eventos, pero no de alguna acción efectiva que cambie en la cuadra, en la colonia, en la ciudad, en el municipio, en el estado, en el país y seguimos pagando 628 legisladores a nivel federal y 39 locales, que sólo hacen leyes a la medida y capricho de los Ejecutivos y nada que venga a resolver nuestras problemáticas, que también deberían de ser de ellos.

No es la solución, el que las autoridades municipales, estatales y federales, nos enseñen la defensa personal para protegernos del crimen, habrá quien lo pueda hacer y le guste y hay muchos que no pueden, como los menores, los ancianos y alguno que otro discapacitado, que la mayoría han demostrado ser más útiles que los que parecieran gozar de todas las capacidades, menos la de valor civil y la dignidad.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

Quisiera estar equivocado y si lo estoy, que me lo digan de frente y con toda libertad, porque estoy seguro que quienes gobiernan simplemente me juzgarán de loco y seguirán en su trono, gozando de la seguridad propia y la de su familia, con recursos de la sociedad y la sociedad padeciendo la más absurda e indiscutible, ineficiencia del Estado.

Para garantizar la seguridad pública de todos los mexicanos, no obstante que se nos sugiere que “nos portemos bien”, con una expresión nada ejecutiva del responsable del Poder Ejecutivo Nacional, pese a que está informado de todo el acontecer nacional, como lo manifiesta cada mañana; pareciera que es peccata minuta la criminalidad tan violenta por todos los rincones de la patria, en unos más que en otros, pero al fin, todos mexicanos y, que bueno, que su familia no lo ha sufrido, desde luego por la seguridad disfrazada de que gozan todos, no obstante la ausencia del Estado Mayor Presidencial.

Me parece que ya es el momento de que los simples ciudadanos nos unamos y manifestemos nuestra inconformidad por el estado de cosas que guarda el país, que señalarlas cada una, necesitaría hacer una enciclopedia y le exijamos, tanto al Ejecutivo Federal como Estatal, al Congreso de la Unión y de los estados, que finquen responsabilidades por omisión a esos servidores públicos que ante su indiferencia, la paz pública se perdió y es por demás urgente, se restablezca el orden en todos sus términos, ya que como país nos hemos dado una Constitución con los instrumentos jurídicos necesarios para ello, -como ya lo he referido en otra oportunidad-; en lo personal y todo mi entorno, no queremos seguir viendo y viviendo todas las desgracias que día con día se informan por todos los medios, donde las autoridades sólo dan cuenta de tales eventos, pero no de alguna acción efectiva que cambie en la cuadra, en la colonia, en la ciudad, en el municipio, en el estado, en el país y seguimos pagando 628 legisladores a nivel federal y 39 locales, que sólo hacen leyes a la medida y capricho de los Ejecutivos y nada que venga a resolver nuestras problemáticas, que también deberían de ser de ellos.

No es la solución, el que las autoridades municipales, estatales y federales, nos enseñen la defensa personal para protegernos del crimen, habrá quien lo pueda hacer y le guste y hay muchos que no pueden, como los menores, los ancianos y alguno que otro discapacitado, que la mayoría han demostrado ser más útiles que los que parecieran gozar de todas las capacidades, menos la de valor civil y la dignidad.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com