/ domingo 24 de febrero de 2019

La ceguera de la 4T

Hemos tenido una semana de muchos cambios. El presidente, acostumbrado a estar en ofensiva permanente, arrinconó a titulares de organismos autónomos atacándolos, secó todo el financiamiento a las organizaciones no gubernamentales para dejarle todo el trabajo de mejorar la sociedad al Gobierno federal y esto puso en riesgo los albergues que alojan a mujeres víctimas de violencia. Enfocarse en el proceso es clave en la transformación de conflictos.

El último cambio fuerte, pero alentador, es que el partido del presidente en el Senado se vio forzado a negociar y que a pesar de los fuertes y frecuentes ataques a la “sociedad civil” el colectivo #SeguridadSinGuerra y muchas otras organizaciones lograron el mando civil en la Guardia Civil y cancelaron las peores posibilidades de militarización del país. Un logro en esta semana difícil y que hay que aplaudir. Sin embargo, esta victoria más que algo raro es como debería de funcionar el proceso legislativo, por lo que, en vez de fijarnos en ella, debemos de voltear a ver las tendencias que están forjando la política actual, ya que la conciliación y la mediación buscan precisamente la solución del conflicto social en el interior del derecho y no la aplicación de una norma.

La primera: El Presidente parece indestructible. Su secretaria de Gobernación mintió en su declaración patrimonial y sufrió poco daño por ocultar activamente un departamento millonario en Estados Unidos. ¿Bien habido? Probablemente sí. ¿Se justifica ocultarlo o mentir? Definitivamente no. Estos negativos no se le pegan al Presidente y ni siquiera a la secretaria. La realidad es que todo esto debería favorecer la libertad, el empoderamiento y la autonomía de las personas y grupos.

La segunda: El Presidente está delegando importantes tareas en el Ejército porque no confía en sus subordinados o en las instituciones gubernamentales y este tipo de políticas condiciona. Una y otra vez, el Presidente ha insistido que varias instituciones, desde Educación hasta Energía están tan corrompidas, que es mejor desaparecerlas. Esto podrá ayudar a AMLO a estabilizar su Gobierno durante los primeros años, pero a mediano o largo plazo puede crear un nicho de poder para el Ejército que ni conviene ni es bueno para el país.

Este desmantelamiento de las instituciones públicas es doloroso para la población y también representa un retroceso de décadas en política social que, quienes hemos trabajado en Acción Nacional, ayudamos a construir; y es que debería de entender que no hay un camino para la paz, la paz es el camino. Hacer política pública con el estómago, como lo hace el Presidente daña a la política y daña a los mexicanos. La Secretaría de Salud tuvo que hacer el anuncio de que no se cancelaría el apoyo a mujeres pero que se debía obedecer la instrucción del Presidente. Sí hay diferencias y en el Gobierno federal, se prefiere obedecer al presidente que beneficiar a la población. Con esta lógica del mundo al revés, aunque tenemos muchas fortalezas al no ponerlas en práctica, todo se hace débil y miedoso, y como consecuencia el resto se está poniendo 'partido y gobierno' por encima de México. Es una pena.


* Secretario general PAN Guadalajara.

Hemos tenido una semana de muchos cambios. El presidente, acostumbrado a estar en ofensiva permanente, arrinconó a titulares de organismos autónomos atacándolos, secó todo el financiamiento a las organizaciones no gubernamentales para dejarle todo el trabajo de mejorar la sociedad al Gobierno federal y esto puso en riesgo los albergues que alojan a mujeres víctimas de violencia. Enfocarse en el proceso es clave en la transformación de conflictos.

El último cambio fuerte, pero alentador, es que el partido del presidente en el Senado se vio forzado a negociar y que a pesar de los fuertes y frecuentes ataques a la “sociedad civil” el colectivo #SeguridadSinGuerra y muchas otras organizaciones lograron el mando civil en la Guardia Civil y cancelaron las peores posibilidades de militarización del país. Un logro en esta semana difícil y que hay que aplaudir. Sin embargo, esta victoria más que algo raro es como debería de funcionar el proceso legislativo, por lo que, en vez de fijarnos en ella, debemos de voltear a ver las tendencias que están forjando la política actual, ya que la conciliación y la mediación buscan precisamente la solución del conflicto social en el interior del derecho y no la aplicación de una norma.

La primera: El Presidente parece indestructible. Su secretaria de Gobernación mintió en su declaración patrimonial y sufrió poco daño por ocultar activamente un departamento millonario en Estados Unidos. ¿Bien habido? Probablemente sí. ¿Se justifica ocultarlo o mentir? Definitivamente no. Estos negativos no se le pegan al Presidente y ni siquiera a la secretaria. La realidad es que todo esto debería favorecer la libertad, el empoderamiento y la autonomía de las personas y grupos.

La segunda: El Presidente está delegando importantes tareas en el Ejército porque no confía en sus subordinados o en las instituciones gubernamentales y este tipo de políticas condiciona. Una y otra vez, el Presidente ha insistido que varias instituciones, desde Educación hasta Energía están tan corrompidas, que es mejor desaparecerlas. Esto podrá ayudar a AMLO a estabilizar su Gobierno durante los primeros años, pero a mediano o largo plazo puede crear un nicho de poder para el Ejército que ni conviene ni es bueno para el país.

Este desmantelamiento de las instituciones públicas es doloroso para la población y también representa un retroceso de décadas en política social que, quienes hemos trabajado en Acción Nacional, ayudamos a construir; y es que debería de entender que no hay un camino para la paz, la paz es el camino. Hacer política pública con el estómago, como lo hace el Presidente daña a la política y daña a los mexicanos. La Secretaría de Salud tuvo que hacer el anuncio de que no se cancelaría el apoyo a mujeres pero que se debía obedecer la instrucción del Presidente. Sí hay diferencias y en el Gobierno federal, se prefiere obedecer al presidente que beneficiar a la población. Con esta lógica del mundo al revés, aunque tenemos muchas fortalezas al no ponerlas en práctica, todo se hace débil y miedoso, y como consecuencia el resto se está poniendo 'partido y gobierno' por encima de México. Es una pena.


* Secretario general PAN Guadalajara.