/ martes 14 de abril de 2020

La bioética y el derecho

En estos días que la epidemia se ha apoderado de nuestra vida sin padecimiento o con padecimiento, el miedo de tenerla o no tenerla como enfermedad del Covid-19 o conocida como Coronavirus nos exige un encierro obligatorio en nuestras casas, los mercados populares se colapsan ante la falta de compradores, los tianguis tradicionales en Guadalajara como en Santa Tere, se muestran desiertos de compradores, las calles del comercio dominical permanecen solas, cuadras tras cuadras en domingo de paseo dominical por el baratillo se encuentran desoladas, los coordinadores municipales de los espacios abiertos se encargan de levantar a los comerciantes que no venden alimentos procesados o sin procesar, mientras que las deudas de estos ciudadanos siguen acumulándose, los compromisos tienen la obligación de ser cubiertos con dinero, y el dinero nadie lo regala, donde se debe de trabajar para obtenerlo de una manera responsable y honesta.

Viene una etapa complicada no solamente por la epidemia, sino también por la falta de trabajo y consecuentemente la falta de dinero que puede desembocar en el coronavirus del hambre y del desempleo que es tan letal como la misma enfermedad de este virus que ha paralizado la economía en México.

El encierro obligatorio o confinamiento no se resuelve con decretos, ni mucho menos con amenazas, el Gobernador de Jalisco ya comienza a hablar de la posibilidad de tomar medidas radicales como puede ser el “Estado de sitio” que es única y exclusiva del Presidente de la República, quién se molesta porque el viernes santo los jaliscienses por necesidad de hambre y otros por principios religiosos salieron a comprar el pescado y el marisco para sus mesas y compartir en el hogar los alimentos.

Asimismo entre esta experiencia que estamos viviendo los jaliscienses, un principio fundamental en los derechos humanos es la tolerancia para dar un respiro a la vida, tan necesario dentro de este trance continuo de una muerte entitativa, donde todos los seres humanos estamos enamorados de la vida, la misma que es una contemplación y no se tropezará ineludiblemente con amenazas.

La Bioética y el Derecho se fusionan en un principio ético de siempre defender la vida, y aún más de los enfermos que a diario aumentan en número de contagiados y muertos por el Covid-19, pareciera que fuera un parte de un “Estado de Guerra”, en fin, la bioética tiene que decidir dentro de un hospital a que persona prestarle el respirador, si el supuesto fuera entre salvar la vida de un joven o un viejo, un viejo que sus años son contados o un joven que representa un futuro en años de servicio y trabajo, cuando el Derecho como ciencia de la norma y de las leyes determinará quién tiene el más derecho de vivir, si es el joven o es el viejo, o posiblemente ambos, así la piedad por el prójimo fortalecerá al humanismo bioético y jurídico, porque la vida dentro del Derecho la defenderá y la bioética la fortalecerá, los seres humanos tenemos una virtud de: “Estar enamorados de la vida” aunque la vida tenga una relación con la muerte, la vida siempre vencerá.

* Profesor de Derecho de la UdeG

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

En estos días que la epidemia se ha apoderado de nuestra vida sin padecimiento o con padecimiento, el miedo de tenerla o no tenerla como enfermedad del Covid-19 o conocida como Coronavirus nos exige un encierro obligatorio en nuestras casas, los mercados populares se colapsan ante la falta de compradores, los tianguis tradicionales en Guadalajara como en Santa Tere, se muestran desiertos de compradores, las calles del comercio dominical permanecen solas, cuadras tras cuadras en domingo de paseo dominical por el baratillo se encuentran desoladas, los coordinadores municipales de los espacios abiertos se encargan de levantar a los comerciantes que no venden alimentos procesados o sin procesar, mientras que las deudas de estos ciudadanos siguen acumulándose, los compromisos tienen la obligación de ser cubiertos con dinero, y el dinero nadie lo regala, donde se debe de trabajar para obtenerlo de una manera responsable y honesta.

Viene una etapa complicada no solamente por la epidemia, sino también por la falta de trabajo y consecuentemente la falta de dinero que puede desembocar en el coronavirus del hambre y del desempleo que es tan letal como la misma enfermedad de este virus que ha paralizado la economía en México.

El encierro obligatorio o confinamiento no se resuelve con decretos, ni mucho menos con amenazas, el Gobernador de Jalisco ya comienza a hablar de la posibilidad de tomar medidas radicales como puede ser el “Estado de sitio” que es única y exclusiva del Presidente de la República, quién se molesta porque el viernes santo los jaliscienses por necesidad de hambre y otros por principios religiosos salieron a comprar el pescado y el marisco para sus mesas y compartir en el hogar los alimentos.

Asimismo entre esta experiencia que estamos viviendo los jaliscienses, un principio fundamental en los derechos humanos es la tolerancia para dar un respiro a la vida, tan necesario dentro de este trance continuo de una muerte entitativa, donde todos los seres humanos estamos enamorados de la vida, la misma que es una contemplación y no se tropezará ineludiblemente con amenazas.

La Bioética y el Derecho se fusionan en un principio ético de siempre defender la vida, y aún más de los enfermos que a diario aumentan en número de contagiados y muertos por el Covid-19, pareciera que fuera un parte de un “Estado de Guerra”, en fin, la bioética tiene que decidir dentro de un hospital a que persona prestarle el respirador, si el supuesto fuera entre salvar la vida de un joven o un viejo, un viejo que sus años son contados o un joven que representa un futuro en años de servicio y trabajo, cuando el Derecho como ciencia de la norma y de las leyes determinará quién tiene el más derecho de vivir, si es el joven o es el viejo, o posiblemente ambos, así la piedad por el prójimo fortalecerá al humanismo bioético y jurídico, porque la vida dentro del Derecho la defenderá y la bioética la fortalecerá, los seres humanos tenemos una virtud de: “Estar enamorados de la vida” aunque la vida tenga una relación con la muerte, la vida siempre vencerá.

* Profesor de Derecho de la UdeG

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio