/ martes 4 de agosto de 2020

Justicia discrecional e impotencia

Al ver el tema de la detención de Lozoya Austin, se agolpan en la memoria tantos casos que hemos visto pasar de políticos encarcelados y perseguidos en la historia reciente.

El más reciente el de Rosario Robles, una mujer también encumbrada en el poder en diversos grupos políticos. A ella le negaron seguir su proceso desde su hogar, por la venganza del matrimonio de las ligas, el odio y resentimiento de Dolores Padierna y su esposo Rene Bejarano, en manos del su sobrino un juez cuestionado y cuestionable, era una oportunidad que jamás dejarían pasar, se les presentó y dejaron brotar sus miserias humanas.

En el caso de Lozoya, la información – tan apreciada – en tiempos electorales, llega como anillo al dedo para destruir a los “adversarios” de MORENA, cuando se derrumba su aprobación con la cortina de humo de la realidad en el ejercicio del poder, que desenmascara día a día el verdadero rostro de la autollamada 4T.

La primera información de las declaraciones del exdirector de PEMEX surgió de Palacio Nacional, las filtraciones – si así se pueden llamar – a las declaraciones del presidente en las mañaneras, antes de que la hiciera frente a una autoridad judicial, se entiende que fueron hechas ante la Fiscalía General, que es “autónoma” y por respeto a guardar la secrecía del debido proceso, no puede dar a conocer la información sin violentar el derecho, lo que podría – como en el caso de Florence Marie Louise Cassez Crépin, quien alcanzó su libertad sin llegar a la condena por violación a sus derechos, particularidad que puede abrir la puerta de Lozoya y con ello nunca pisar la cárcel, sino al tiempo.

Emilio Lozoya, quien formara parte del primer circulo del Presidente Peña Nieto – por cierto – que cuando renunciara al cargo, el 8 de febrero de 2016, filtró en los medios que su renuncia obedecía a que las decisiones de PEMEX se tomaban en la secretaría de Hacienda, donde despachaba Luis Videgaray.

El juicio de Lozoya iniciará el próximo año, precisamente en pleno proceso electoral, todo apunta que se están siguiendo los pasos de Venezuela, en la liquidación del Partido de Acción Democrática, que durara en el poder 70 años, similar al PRI y que hoy no existe en el escenario venezolano, cuya desaparición estuvo marcada por el encarcelamiento del presidente Carlos Andrés Pérez, modelo que parece seguir por MORENA.

Para las próximas elecciones del 21, lo único que puede frenar el avance y permanencia de MORENA será solamente la unidad de todos los partidos políticos condición difícil de lograr, pero no imposible.

Es muy probable que la estridencia del juicio, solo, sin más, se transforme en la campaña que mantenga la mayoría de López Obrador en el Poder Legislativo.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot

Al ver el tema de la detención de Lozoya Austin, se agolpan en la memoria tantos casos que hemos visto pasar de políticos encarcelados y perseguidos en la historia reciente.

El más reciente el de Rosario Robles, una mujer también encumbrada en el poder en diversos grupos políticos. A ella le negaron seguir su proceso desde su hogar, por la venganza del matrimonio de las ligas, el odio y resentimiento de Dolores Padierna y su esposo Rene Bejarano, en manos del su sobrino un juez cuestionado y cuestionable, era una oportunidad que jamás dejarían pasar, se les presentó y dejaron brotar sus miserias humanas.

En el caso de Lozoya, la información – tan apreciada – en tiempos electorales, llega como anillo al dedo para destruir a los “adversarios” de MORENA, cuando se derrumba su aprobación con la cortina de humo de la realidad en el ejercicio del poder, que desenmascara día a día el verdadero rostro de la autollamada 4T.

La primera información de las declaraciones del exdirector de PEMEX surgió de Palacio Nacional, las filtraciones – si así se pueden llamar – a las declaraciones del presidente en las mañaneras, antes de que la hiciera frente a una autoridad judicial, se entiende que fueron hechas ante la Fiscalía General, que es “autónoma” y por respeto a guardar la secrecía del debido proceso, no puede dar a conocer la información sin violentar el derecho, lo que podría – como en el caso de Florence Marie Louise Cassez Crépin, quien alcanzó su libertad sin llegar a la condena por violación a sus derechos, particularidad que puede abrir la puerta de Lozoya y con ello nunca pisar la cárcel, sino al tiempo.

Emilio Lozoya, quien formara parte del primer circulo del Presidente Peña Nieto – por cierto – que cuando renunciara al cargo, el 8 de febrero de 2016, filtró en los medios que su renuncia obedecía a que las decisiones de PEMEX se tomaban en la secretaría de Hacienda, donde despachaba Luis Videgaray.

El juicio de Lozoya iniciará el próximo año, precisamente en pleno proceso electoral, todo apunta que se están siguiendo los pasos de Venezuela, en la liquidación del Partido de Acción Democrática, que durara en el poder 70 años, similar al PRI y que hoy no existe en el escenario venezolano, cuya desaparición estuvo marcada por el encarcelamiento del presidente Carlos Andrés Pérez, modelo que parece seguir por MORENA.

Para las próximas elecciones del 21, lo único que puede frenar el avance y permanencia de MORENA será solamente la unidad de todos los partidos políticos condición difícil de lograr, pero no imposible.

Es muy probable que la estridencia del juicio, solo, sin más, se transforme en la campaña que mantenga la mayoría de López Obrador en el Poder Legislativo.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot