Con una trayectoria legislativa por demás vertiginosa, pasó de Diputado Local a Senador de la República. El próximo Diputado local y futuro coordinador de Morena en el Congreso de Jalisco, José María Martínez Martínez enfrenta un lapso de duras criticas, que cimbran sus principios y ponen en entredicho el valor de su ideología y congruencia personal en el ejercicio de la política.
De filiación original panista, brincó en un episodio inesperado y legal aunque cuestionable. Es producto de los acuerdos, de las negociaciones, de las apuestas políticas y de los amarres en compra de pánico que precedieron la elección presidencial de 2018, cuando el movimiento que impulsaba a Andrés Manuel López Obrador dudaba de su oportunidad real de que pudiera consumarse el triunfo en las urnas, por lo que se abrió, incorporando activos externos para sumar lo que faltaba, Así llegaron panistas descontentos como Manuel Espino, Tatiana Clouthier, Germán Martínez y otros albiazules, incluido Chema Martínez, incorporándose con la esperanza de hacerse de espacios para proseguir activo en la política.
Con paciencia y disciplina debió esperar el transcurso de casi 3 años antes de hacer valido el bono de su adhesión a la campaña de AMLO. Sin ser una cartera de realce nacional, sino estrictamente de juego local, disputó y ganó la designación como candidato a Diputado Local Plurinominal por MORENA en posición segura y de privilegio. Así, sin hacer campaña, garantizó su cargo de elección popular como pago a servicios prestados en el pasado. Andrés Manuel cumplió a sus aliados del 18.
A días de asumir su encargo, se levantaron las denuncias relacionadas con su jugosa y onerosa pensión de IPEJAL. Se argumenta que se falsificaron documentos que le acreditaron el derecho a recibir dicha pensión, y que ahora el IPEJAL exhibe como falsos. Por ende, la suspensión del beneficio de su jugosa pensión esta en riesgo de perderse, más lo que resulte de la investigación del hecho.
En Morena, lugar donde todos le tiran y reciben por todos lados, donde la lucha es fratricida y los aliados, un bosquejo tenue de realidad, antes de que asuma su nuevo encargo deberá enfrentar dos temas más que lo ponen en el epicentro del escandalo: 1. Los Morenistas de base lo acusan de yunquista, de ultra derechista, de conservador. Agravan esos dichos sus declaraciones en relación al candente tema del aborto, del respeto a la vida. El, no esta de acuerdo y choca con las ideas de la izquierda. 2. El grupo aliado del 18 empieza a recomponer sus lealtades, a redirigir sus baterías, a visualizar jugadas adelante y ven un México que les exige ruptura y cambio de dirección. El golpe de timón ha generado un nuevo grupo plural de 5 senadores encabezados por Germán Martínez Cázares, que se deslinda ya de Morena y complica la obediencia plena y sin reserva que exige el presidente a sus huestes.
Así, la descomposición producida por el consumo del periodo presidencial y otros sucesos, ponen sobre los hombros de Chema Martínez la disyuntiva de seguir morenizado o romper, lo cual parece ser cuestión de tiempo, para proseguir nueva ruta. Parece la crónica de algo que veremos cada vez más seguido. El bote hace agua. Los pasajeros buscan bote salvavidas y seguir a la mar.
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