/ domingo 15 de diciembre de 2019

Intromisión, justicia extranjera

Debe ser una gran pena para todos los mexicanos con dignidad, honor y el mínimo de vergüenza, el ver cómo es que la justicia que se debiera hacer por el gobierno en turno, no es posible obtenerla, debido a su incapacidad, pues pareciera que es solamente un manojo de justificaciones o culpa de otros, los anteriores, más bien, se muestra un desgobierno que se concreta a emitir o en actuar en base a berrinches, terquedades, necedades, mofas, ejemplificando un ganso cansado, acabado, pero empoderado, ante una sociedad semejante, que al igual, se encuentra cansada, desmotivada y muy desilusionada, concibiéndose el viejo adagio de que los pueblos tienen el gobierno que se merecen.

Seiscientas veintiocho personas integran el Congreso de la Unión, entre Senadores y Diputados Federales, de quienes es evidente su indiscutible indolencia e ignorancia o mejor dicho traición a la patria y un sínico servilismo a un Ejecutivo, que nos somete a los balazos del gobernante crimen organizado, a cambio de los abrazos falsos, cobardes, decadentes e inútiles, en nombre de “no más muertes” por la supuesta autoridad, ante una falsa magnanimidad de evitar masacres por su parte y sí, consintiendo las del crimen plenamente radicado e innegablemente empoderado, cobrando plaza en dinero, especie y en vidas, sin que quienes tenemos la desgracia de sufrir la pérdida de un ser querido, -al que el Estado antes de hacerle justicia lo criminaliza-, aludiendo justificaciones inexistentes e irreales, lo cual únicamente expone su cobardía, su ineptitud, su demagogia, sin demostrar tan siquiera, la más mínima intención de someter, combatir y reestablecer la paz social que desesperadamente añoramos toda la sociedad mexicana.

No quiero pasar desapercibido que también tenemos la más alta responsabilidad por callar y consentir este estado de cosas y lo peor, la poca o nula solidaridad con quienes padecemos a la delincuencia, será por la grave ignorancia, inconciencia, deshonestidad, desinterés e irresponsabilidad, creyendo que al cabo no me va a pasar, creo que a este momento no hay un solo mexicano que de cerca o a distancia haya sufrido o esté sufriendo una desgracia criminal en cualquiera de todas sus modalidades y pareciera que estamos esperando que otro país nos venga a resolver el problema y nos haga justicia, con los García Luna, los Edgar Veytia y tantos otros, que pululan por todo el territorio nacional, ya que los mexicanos no podemos hacerlo dado que estamos cuidando nuestra soberanía.

Una soberanía que en la actualidad le pertenece y defiende mejor, la llamada delincuencia organizada, más aun que la propia autoridad legalmente establecida, a grado tal, que solo se somete y castiga al criminal de alto rango en el extranjero, precisamente por la intromisión, investigación y desarrollo de inteligencia utilizada y llevada a cabo dentro del territorio nacional, por unos extranjeros, de ahí que vergonzosamente la tan recurrida soberanía es más una imaginación y falacia de quien la alude, que de un poder cierto que lo pueda ejercer y gozar, por tanto, es gracias a esa falta, el que se haga justicia al pueblo mexicano, castigando al delincuente que tanto daño causo al Estado y ciudadano, por lo que es ilusorio estar haciendo tanta referencia a esta figura inexistente o como ya lo cite, a quien más le molestaría esa intrusión es al crimen organizado y no al país e instituciones.

Hasta aquí por ahora ya que hay mucha tela de donde cortar en estos rubros, pero por el espacio y el tiempo será en otra ocasión, ya que profesionales y no profesionales, pobres y ricos, seguiremos en esta angustiante situación, tan penosas y desesperante.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Publica de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

Debe ser una gran pena para todos los mexicanos con dignidad, honor y el mínimo de vergüenza, el ver cómo es que la justicia que se debiera hacer por el gobierno en turno, no es posible obtenerla, debido a su incapacidad, pues pareciera que es solamente un manojo de justificaciones o culpa de otros, los anteriores, más bien, se muestra un desgobierno que se concreta a emitir o en actuar en base a berrinches, terquedades, necedades, mofas, ejemplificando un ganso cansado, acabado, pero empoderado, ante una sociedad semejante, que al igual, se encuentra cansada, desmotivada y muy desilusionada, concibiéndose el viejo adagio de que los pueblos tienen el gobierno que se merecen.

Seiscientas veintiocho personas integran el Congreso de la Unión, entre Senadores y Diputados Federales, de quienes es evidente su indiscutible indolencia e ignorancia o mejor dicho traición a la patria y un sínico servilismo a un Ejecutivo, que nos somete a los balazos del gobernante crimen organizado, a cambio de los abrazos falsos, cobardes, decadentes e inútiles, en nombre de “no más muertes” por la supuesta autoridad, ante una falsa magnanimidad de evitar masacres por su parte y sí, consintiendo las del crimen plenamente radicado e innegablemente empoderado, cobrando plaza en dinero, especie y en vidas, sin que quienes tenemos la desgracia de sufrir la pérdida de un ser querido, -al que el Estado antes de hacerle justicia lo criminaliza-, aludiendo justificaciones inexistentes e irreales, lo cual únicamente expone su cobardía, su ineptitud, su demagogia, sin demostrar tan siquiera, la más mínima intención de someter, combatir y reestablecer la paz social que desesperadamente añoramos toda la sociedad mexicana.

No quiero pasar desapercibido que también tenemos la más alta responsabilidad por callar y consentir este estado de cosas y lo peor, la poca o nula solidaridad con quienes padecemos a la delincuencia, será por la grave ignorancia, inconciencia, deshonestidad, desinterés e irresponsabilidad, creyendo que al cabo no me va a pasar, creo que a este momento no hay un solo mexicano que de cerca o a distancia haya sufrido o esté sufriendo una desgracia criminal en cualquiera de todas sus modalidades y pareciera que estamos esperando que otro país nos venga a resolver el problema y nos haga justicia, con los García Luna, los Edgar Veytia y tantos otros, que pululan por todo el territorio nacional, ya que los mexicanos no podemos hacerlo dado que estamos cuidando nuestra soberanía.

Una soberanía que en la actualidad le pertenece y defiende mejor, la llamada delincuencia organizada, más aun que la propia autoridad legalmente establecida, a grado tal, que solo se somete y castiga al criminal de alto rango en el extranjero, precisamente por la intromisión, investigación y desarrollo de inteligencia utilizada y llevada a cabo dentro del territorio nacional, por unos extranjeros, de ahí que vergonzosamente la tan recurrida soberanía es más una imaginación y falacia de quien la alude, que de un poder cierto que lo pueda ejercer y gozar, por tanto, es gracias a esa falta, el que se haga justicia al pueblo mexicano, castigando al delincuente que tanto daño causo al Estado y ciudadano, por lo que es ilusorio estar haciendo tanta referencia a esta figura inexistente o como ya lo cite, a quien más le molestaría esa intrusión es al crimen organizado y no al país e instituciones.

Hasta aquí por ahora ya que hay mucha tela de donde cortar en estos rubros, pero por el espacio y el tiempo será en otra ocasión, ya que profesionales y no profesionales, pobres y ricos, seguiremos en esta angustiante situación, tan penosas y desesperante.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Publica de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com