“Los temas relacionados con la aceptación social de niños con discapacidad han adquirido mayor consideración entre los investigadores a medida que los programas inclusivos se hacen progresivamente más habituales. Actualmente muchos niños con necesidades educativas especiales de diversa índole reciben educación en clases ordinarias, compartiendo la mayor parte del tiempo de juego y aprendizaje con compañeros que no tienen discapacidad.
Esta tendencia se está observando de manera creciente en diversas regiones del país y es el reflejo de cambios ocurridos en la sociedad en las últimas décadas sobre la manera de concebir a las personas con discapacidad y a los servicios y apoyos que se les proporciona. La nueva perspectiva ha sido sostenida desde fundamentos filosóficos, morales, legales y educacionales, como el derecho de las personas con discapacidad a llevar una vida lo más normalizada posible, leyes a favor de la igualdad de oportunidades, y el reconocimiento de la importancia del aprendizaje de habilidades para la vida en comunidad.
Con este movimiento, actualmente en curso, se espera que los niños, desde muy pequeños, puedan beneficiarse de la educación general, interactuar con sus iguales sin discapacidad, y tomar parte de la vida escolar en todas sus facetas, hemos llegado a un “nuevo modo de pensar la discapacidad”, caracterizado, entre otras cosas por:
1.- La convicción de que la discapacidad de una persona es fluida, cambiante y dependiente de las limitaciones funcionales de una persona y de los apoyos disponibles en el entorno. 2. La comprensión de que la discapacidad de una persona es el resultado de la interacción entre la persona y su entorno.3.- Una visión transformada de las posibilidades vitales de estas personas, que incluye la autodeterminación, la inclusión, la equidad y las fortalezas”.
El texto que usted, distinguid(a)o lector acaba de leer, seria, en caso de que se refiriera a nuestro país, México, motivo de jubilosa celebración. Tales avances y conceptos le darían un principio de certidumbre a las y los mexicanos que padecen algún tipo de discapacidad. La triste e impaciente realidad es otra, es un texto escrito por Eliana N. Sabeh y Ma. Inés Monjas, académicas de la Universidad de Salamanca, España, hace 26 años. Esto nos da idea de lo poco atendidos que están en nuestro país los variados y complejos problemas que aquejan al colectivo de la discapacidad.
Aun vivimos casos en los que, a las personas con discapacidad, las instituciones dedicadas a velar por ellos, representan, paradójicamente, un obstáculo; las personas con discapacidad viven estigmatizados y ajenos a sus derechos como personas, son objeto de estigma social, tratados en ocasiones como si no fueran humanos. Es un imperativo impostergable que se aceleren y fortalezcan los derechos humanos de las personas con discapacidad, de otra forma la justicia hacia ellos será solo una entelequia, una simple y llana quimera, una triste utopía.