Para el desarrollo de México y sus habitantes ¿sirve que algunas encuestas aseguren que la popularidad de López Obrador está en 64 por ciento y que Alfaro Ramírez haya perdido simpatías ciudadanas? Hace un año, antes de la pandemia, el gobierno federal y también en otros niveles y entidades se auguraba un negro futuro. Con el Covid empeoró todo. Y más grave aún por los caprichos políticos y administrativos de los gobernantes, que a cada momento empantanan más a la nación.
La inseguridad pública es insoportable para una sociedad que, lamentablemente, es proclive a ella. Los apodados “administradores públicos” maquillan las cifras y aseguran que los delitos disminuyen. Los medios difunden todo tipo de hechos delictivos y se ha demostrado que los números no concuerdan con lo que oficialmente se informa. Aunque es necesario, es ocioso dar cifras. La percepción social es que los malos hacen lo que quieren y que los deberían ser buenos no pueden o muchos están coludidos.
Y los políticos, metidos a la administración pública, ahora prefieren combatir a sus oponentes partidistas porque lo que les importa son los tiempos electores y conservarse en el poder. En la nota roja, en México, la “de ocho”, o sea la más importante sería que aunque sea un día, no hubiese matanzas, por ejemplo. El pasado fin de semana, en el municipio de Tonalá, Jalisco, once personas murieron masacradas al peliculesco estilo de Chicago en los años veintes. Dos resultaron heridos por las ráfagas de grueso calibre y que dejaron al menos 100 cascajos. Aún no se saben las causas. ¿Como en otros casos, los investigadores ocultan o no pueden decir las causas, al igual que la ciudadanía, en este caso los habitantes de la Colonia La Jauja?
La forma del ataque, los calibres, la certeza para la operación, sin duda llevaron al reclamo del gobernador Enrique Alfaro al señalar, tácitamente, al crimen organizado de tales hechos. A la vez demandó al gobierno federal mayor interés en combatir la inseguridad. Esto hace creer que de nueva cuenta los elementos encargados de vigilar, combatir, esclarecer, detener y sentenciar, están rebasados. Además, es clara la ausencia presupuestal para combatir tal inseguridad, aparte de la evidente descoordinación entre los diversos cuerpos policiacos. Tampoco hay infraestructura en armamentos, automotores implementos de protección personal de los elementos que carecen de derechos laborales, capacitación adecuada y mal trato de muchos mandos. Quien no lo quiera ver, tendrá que acudir al oftalmólogo a al psiquiatra.
La sociedad, el personal de vigilancia y de la justicia, cada vez se acostumbra a vivir bajo la amenaza de “la ruleta rusa”. Esta situación provoca que “los guardianes del orden” vean, en cada ciudadano, a un posible delincuente. La ciudadanía tampoco guarda ni el orden, la disciplina ni las formas. Casi todos son presa del libertinaje, la anarquía, el abuso y el cinismo. Y parece que dondequiera hay armas y personas dispuestas a usarlas.
Al día siguiente de la masacre en la colonia La Jauja, en Tonalá, el gobernador Alfaro reclamó ayuda. ¿Acepta incapacidad en el tema? ¡¡Claro que la hay en todos los niveles!! Lamentable fue la respuesta del presidente López tras lo dicho por Alfaro. Revise por favor, amable lector, lo que respondió el presidente, en una mañanera. Dijo que había hablado el tema con Alfaro tras la matanza y recordó que ya se había tratado el tema, con él (Alfaro) hace como un mes”, lo cual significa que no hay, (ni habrá) verdadero apoyo federal contra la inseguridad pública ¿Por qué? ¿Predominan las discrepancias partidistas entre Morena y Movimiento Ciudadano, a pesar del derramamiento de sangre de los jaliscienses, en este caso? O ¿se tienen otros compromisos o hay complicidad? Aumenta el pánico social. Hay más familias y sociedad en riesgo y agobiadas por la displicencia gubernamental. ¿Más muertes que deben pesar sobre la cabeza de los “inservibles públicos?
Recuerde las acciones tan incorrectas tanto oficiales como sociales, contra la pandemia. ¡Es clara la ingobernabilidad en México o es parte de la dictadura! Y…qué pasa?
* Periodista
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