La renuncia del abogado Jaime Cárdenas Gracia a la dirección del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP), ha generado diversas reacciones, expresadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y por el propio Cárdenas, así como por partidarios y detractores de la llamada Cuarta Transformación.
Es importante señalar que todos los que se han expresado sobre este asunto lo han hecho en uso de su libertad de expresión, un derecho fundamental que tienen las personas a decir, manifestar y difundir de manera libre lo que piensan.
El primer mandatario de la nación hizo hincapié en lo que tenía que haber hecho el ex titular del INDEP y, según él, no hizo: “su tarea era limpiar, era lo que tenía que hacer, pero no le entró. Para ser funcionario público se necesitan ganas, condiciones y arrojo. No rendirnos”.
En “la mañanera” del pasado 23 de septiembre, AMLO dijo a los representantes de los medios de comunicación que Cárdenas renunció “por miedo y falta de ganas” de querer luchar contra la corrupción, un lastre de alto impacto económico y político que el presidente de México ha enfrentado desde el inicio de su administración.
Habrá que recordar que, en la dura carta de renuncia de un viejo amigo de AMLO, que estuvo por tres meses al frente de lo que antes fue el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, se menciona textualmente lo siguiente:
“Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas –procedimientos de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional (el mayor beneficio para el Estado), mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al INDEP, y conductas de servidores públicos contrarias a las normas–.”
Pero no todo quedó en los anteriores señalamientos, en entrevista para Detrás de la Noticia, Cárdenas Gracia dijo que en su gestión mostró lealtad reflexiva, no ciega, aunque aclaró también que no está desilusionado de López Obrador, a quien considera un buen presidente y con quien quedó en buenos términos.
Sin embargo, como era de esperarse, el tema de la lealtad ciega fue abordado por el presidente mexicano en su conferencia matutina del pasado jueves, en donde aceptó que su gobierno sí pide ese tipo de lealtad, pero no a su persona sino al proyecto de transformación, el cual busca acabar con la corrupción y los abusos, llevar a cabo un gobierno austero y hacer justicia. Explicó que la lealtad a la persona se convierte en abyección, término que el Diccionario de la Real Academia Española define como “bajeza, envilecimiento extremo”.
Sobre el asunto en cuestión han opinado otras voces: actores políticos, periodistas, empresarios y usuarios de redes sociales. Algunos a favor de la obediencia ciega al proyecto de transformación que encabeza el político tabasqueño, otros abiertamente en contra.
Ricardo Rodríguez Vargas, antecesor del abogado Cárdenas en el INDEP, se pronunció sobre las afirmaciones de éste, las cuales calificó de temerarias y sin sustento: “Las subastas en línea realizadas durante mi gestión fueron transparentes, públicas, incluyentes y auditables –cualquier persona pudo participar en las mismas sin ningún tipo de barrera para ofertar”, explicó el político aguascalentense que hace un tiempo definió al organismo que dirigió como un “moderno Chucho El Roto”.
Al asunto le entró también Acción Nacional, que propuso en el Senado la creación de una Comisión de la Verdad para investigar los presuntos casos de corrupción al interior del INDEP. El senador blanquiazul, Julen Rementería, propuso modificar el orden del día de la sesión del 23 de septiembre para discutir el tema, “sin embargo con 46 votos en contra y 36 a favor, la mayoría evitó tocar el tema”.
¿Se trata de un “asunto politiquero”, como calificó AMLO la dimisión de Cárdenas Gracia, o es un tema que merece investigarse a fondo para saber si realmente en el INDEP se cometieron a espaldas del presidente irregularidades y actos de corrupción? El tiempo, amigos lectores, se encarga de aclararlo todo.
Twitter: @armayacastro
