/ viernes 9 de abril de 2021

Incendios forestales: pendiente comunitario

Luego de cinco días en los cuales finalmente se logró apagar, eventualmente, el enésimo incendio forestal en el Bosque de la Primavera -ahora en el Paraje de las Canoas- y que activó alertas atmosféricas en Zapopan, Tala, Ahualulco de Mercado, Cocula y Ameca, aunque debieron alertarse también a los habitantes de Tlajomulco de Zúñiga y otros municipios conurbados con el Área Metropolitana de Guadalajara como inevitables afectados.

Si bien no fue de la magnitud de aquel devastador incendio del 2012 también en el Bosque de la Primavera, la recurrencia de estos eventos, al parecer delincuenciales, nos deben convocar a una acción conjunta entre gobiernos municipales y sobretodo comunitaria entre la población afectada.

Por su parte, el gobernador Enrique Alfaro aseguró a los medios de comunicación que podría venir una mayor crisis a punto de llegar el estiaje y lo relacionó, además, con la factura del cambio climático y “tenemos que hacerle frente con conciencia y responsabilidad”; declaración hecha poco antes de iniciarse otro incendio menor a un costado de la Carretera a Nogales, el cual, de acuerdo a los observadores, por poco se convierte en la continuación de esta tragedia ambiental.

Sin embargo, y luego del daño mayor a las 6 mil hectáreas, y que en el 2012 rebasó las 8 mil hectáreas dañadas en el Bosque de la Primavera, la causal inmobiliaria rebasa con datos a la falta de control de los agroproductores y por supuesto minimiza la posibilidad del descuido de los visitantes a parajes turísticos que no han sido identificados como significativos dentro de las causas probables de estos lamentables siniestros.

Por su parte, el Secretario de SEMADET Jalisco, Sergio Graft quien proviene de la formación científica en la Reserva Natural protegida de Manantlán, conoce por experiencia propia la importancia del trabajo comunitario y participación intermunicipal como lo demostró cuando encabezó la restauración ambiental de la Cuenca del Río Ayuquila y por cuyo resultado la Universidad de Guadalajara recibió el reconocimiento de instituciones ambientales europeas y particularmente del Gobierno de España.

De esa importante experiencia para nuestro estado y para el país se llegó a la conclusión de la trascendente participación de las poblaciones aledañas a estas áreas que pueden ser vectores circunstanciales de su contaminación y polución pero son parte fundamental para su protección cuando se reconvierten en vigilantes del entorno, aun cuando esos procesos necesitan de participación masiva por décadas y convenios sustentables transexenales, tal y como se logró en la citada Sierra de Manantlán, el Río Ayuquila, la Laguna de Zapotlán, el Humedal de Atotonilco o Villacorona y todas las áreas que, para ser protegidas por instituciones y recursos internacionales deben ser evidencia de la disposición para lograrlo de la conjunción de gobiernos, federal, estatal y municipales además de los ciudadanos que resultan los primeros afectados de la insalubridad generada como en el caso de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago.

En este último caso no se ha podido alcanzar una verdadera congruencia entre leyes y empresas privadas, como en el Bosque de la Primavera será necesario vigilar a los especuladores inmobiliarios que no han demostrado el mínimo conocimiento o respeto por el medio ambiente en nuestra degradada Área Metropolitana de Guadalajara.

* Academico del CUAAD. Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Luego de cinco días en los cuales finalmente se logró apagar, eventualmente, el enésimo incendio forestal en el Bosque de la Primavera -ahora en el Paraje de las Canoas- y que activó alertas atmosféricas en Zapopan, Tala, Ahualulco de Mercado, Cocula y Ameca, aunque debieron alertarse también a los habitantes de Tlajomulco de Zúñiga y otros municipios conurbados con el Área Metropolitana de Guadalajara como inevitables afectados.

Si bien no fue de la magnitud de aquel devastador incendio del 2012 también en el Bosque de la Primavera, la recurrencia de estos eventos, al parecer delincuenciales, nos deben convocar a una acción conjunta entre gobiernos municipales y sobretodo comunitaria entre la población afectada.

Por su parte, el gobernador Enrique Alfaro aseguró a los medios de comunicación que podría venir una mayor crisis a punto de llegar el estiaje y lo relacionó, además, con la factura del cambio climático y “tenemos que hacerle frente con conciencia y responsabilidad”; declaración hecha poco antes de iniciarse otro incendio menor a un costado de la Carretera a Nogales, el cual, de acuerdo a los observadores, por poco se convierte en la continuación de esta tragedia ambiental.

Sin embargo, y luego del daño mayor a las 6 mil hectáreas, y que en el 2012 rebasó las 8 mil hectáreas dañadas en el Bosque de la Primavera, la causal inmobiliaria rebasa con datos a la falta de control de los agroproductores y por supuesto minimiza la posibilidad del descuido de los visitantes a parajes turísticos que no han sido identificados como significativos dentro de las causas probables de estos lamentables siniestros.

Por su parte, el Secretario de SEMADET Jalisco, Sergio Graft quien proviene de la formación científica en la Reserva Natural protegida de Manantlán, conoce por experiencia propia la importancia del trabajo comunitario y participación intermunicipal como lo demostró cuando encabezó la restauración ambiental de la Cuenca del Río Ayuquila y por cuyo resultado la Universidad de Guadalajara recibió el reconocimiento de instituciones ambientales europeas y particularmente del Gobierno de España.

De esa importante experiencia para nuestro estado y para el país se llegó a la conclusión de la trascendente participación de las poblaciones aledañas a estas áreas que pueden ser vectores circunstanciales de su contaminación y polución pero son parte fundamental para su protección cuando se reconvierten en vigilantes del entorno, aun cuando esos procesos necesitan de participación masiva por décadas y convenios sustentables transexenales, tal y como se logró en la citada Sierra de Manantlán, el Río Ayuquila, la Laguna de Zapotlán, el Humedal de Atotonilco o Villacorona y todas las áreas que, para ser protegidas por instituciones y recursos internacionales deben ser evidencia de la disposición para lograrlo de la conjunción de gobiernos, federal, estatal y municipales además de los ciudadanos que resultan los primeros afectados de la insalubridad generada como en el caso de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago.

En este último caso no se ha podido alcanzar una verdadera congruencia entre leyes y empresas privadas, como en el Bosque de la Primavera será necesario vigilar a los especuladores inmobiliarios que no han demostrado el mínimo conocimiento o respeto por el medio ambiente en nuestra degradada Área Metropolitana de Guadalajara.

* Academico del CUAAD. Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com