Ante la actitud del gobierno de Morena, de que nada sirve y todo es corrupción – aunque no lo pruebe, como sucedió con el NAIM – que nada sirve de gobiernos pasados, Morena asumió en dos años las mismas actitudes y vicios que aborrecíamos del PRI, el servilismo del poder legislativo ante el ejecutivo, la corrupción y el vasallaje frente a los EE.UU. división e indiferencia ante la corrupción de los suyos, pero amplio despliegue propagandístico para distraer la atención de la opinión pública con la corrupción de otros, privilegiando las persecuciones y los tres proyectos sexenales – el aeropuerto, la refinería de dos bocas y el tren maya – por encima de la salud y la inseguridad de las personas.
Ante ese escenario, los partidos políticos tienen la responsabilidad de rescatar a la Patria, de conformar un frente de reconstrucción nacional proponiendo para candidaturas a ciudadanos, independientes y ejemplares, que evite o amortigüe el desastre del Covid-19 y las consecuencias económicas no menos graves.
Los principales obstáculos que enfrenta, la eventual la unidad de todos los partidos políticos es en primer lugar, la batalla de intereses y vanidades que da tranquilidad a Morena pues dan por hecho que ese obstáculo es insuperable, apuestan a que cada partido, en su afán de obtener victorias, querrían imponer candidatos para de ese modo ganar más prerrogativas, lo que significa perderlo todo y un obstáculo para conformar un gran frente de unidad de todos los partidos tan necesario en este momento.
El otro obstáculo – no menor – es la carga ideológica de cada partido, su dilema es: Cómo coincidir en una boleta electoral con otros partidos y otras corrientes ideológicas incluso contrarias a aquella que han sostenido durante tantos años, cómo, coincidir con los partidos con los que históricamente han sido antagónicos, o adversarios, cómo explicar al elector que habiendo mantenido diferencias sustanciales de proyectos de país y de gobierno tan diferentes, ahora vayan en búsqueda de ganar una elección juntos. Ese será el primer señalamiento de sus oponentes, de eso les acusarán después de tantos años y les acusarán también de inconsistentes o de haber cambiado en la búsqueda del poder por el poder mismo, que en su ambición fueron capaces de acostarse hasta con el asesino de sus padres si fuera el caso, pero no es así.
Para construir esa alianza tan necesaria en estos tiempos por los que atraviesa el país y ante la incompetencia del Partido en el gobierno en sus órdenes de incidencia federal y estatales, es necesario asumir que estamos frente a condiciones distintas y riesgosas para la Patria, condiciones en que se deben sacrificar, colores partidistas, ideologías y hasta diferencias. La identidad ideológica de cada partido, es distintivo y necesario en condiciones normales de contiendas electorales en un escenario democrático nacional. Pero no así, cuando las condiciones se modifican con un gobierno autoritario, que ha dado muestras de incompetencia y de decisiones que ponen en peligro la viabilidad de la Nación, hoy son condiciones extraordinarias, excepcionales, que exigen de todos y de los partidos políticos más, actuar de manera excepcional, la convocatoria debe responder al llamado a salvar al país en la real y eminente condición de riesgo del colapso nacional.
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@EduardoSadot
