/ lunes 6 de abril de 2020

Hoy es el día ¿coincidencia?

Desde 1950, el Día Mundial de la Salud se celebra cada 7 de abril, fecha en que fuera fundada la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todos los años se elige para esa jornada un tema de salud específico a fin de destacar un área prioritaria de interés para este organismo instando a todas las naciones del mundo a que exista una cobertura sanitaria universal para todas las personas y que tengan la atención que necesitan, cuando la requieran.

Precisamente el pasado 26 de marzo, el etíope Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, urgió a los presidentes del G20 a luchar, unirse y activarse para hacer frente común a la pandemia de Covid-19 que ya se cobró más de 18,000 vidas, según datos de la propia organización.

En países de todas las regiones del mundo se está avanzando en este ámbito, sin embargo, millones de personas siguen sin acceso alguno a la atención de salud. Y muchas personas, que se cuentan también por millones, se ven obligadas a elegir entre la atención de salud y otros gastos cotidianos, como alimentos, vestidos o incluso un techo.

Ahora bien, la tarea de la OMS abarca todo lo referente a la salud ya que, científicamente la salud se define como el bienestar del cuerpo y el óptimo funcionamiento del organismo de los individuos, es decir, es una condición general de las personas que se encuentran en buen estado físico, mental, emocional o espiritual y este organismo agrega el bienestar social.

Cuando las personas se encuentran en óptimas condiciones de salud física pueden realizar diversas actividades, fomentar el bienestar y seguir desarrollando o cultivando las habilidades en beneficio de su salud en general, es precisamente cuando se goza de solidez y se carece de un gran porcentaje de enfermedades. Sin embargo, no hay que olvidar que la salud física puede verse afectada de diferentes maneras según el estilo de vida de cada individuo.

En otro orden de ideas, la referida OMS, define que la salud mental o emocional es el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognitivos, afectivos, conductuales y, en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación. No debemos olvidar a la vulnerabilidad como causa de trastornos mentales, por ejemplo, la necesidad de que todos los miembros de la familia se integren al mercado laboral, aun cuando representen oportunidades para el progreso económico, incrementan los riegos para los problemas mentales.

En relación a la salud espiritual existen varias hipótesis: se considera que es la manera en que uno encuentra el significado, esperanza, consuelo y paz interior en la vida, así muchas personas relacionan la espiritualidad con la religión, algunas otras la encuentran a través del arte, la música o en la propia naturaleza y, otras más, relacionan su salud espiritual con su comportamiento, valores y principios adquiridos desde el seno familiar.

Por último, al hablar de salud social, se incluye el efecto que tiene el entorno del individuo sobre su estado de bienestar, que es dado en gran medida por sus condiciones o estilo de vida. Dicho de otra manera, es la habilidad de interactuar apropiadamente con las demás personas y el contexto, satisfaciendo las relaciones. El concepto de salud social puede sernos un poco extraño a diferencia de los anteriores conceptos de la salud, pero es tan importante como cualquiera de aquellos, pues es el conjunto de factores y condiciones de tipo económico social que influyen en el estado de salud de los individuos en el largo plazo.

Bueno, estimado lector, con un poco de todo lo referente a la salud debemos observar las instrucciones de las instituciones de salud a efecto de evitar un endurecimiento de la pandemia, especialmente en este día que se conmemora el Día Mundial de la Salud por lo que resulta ¿coincidencia? Gracias, como siempre, por sus valiosos comentarios.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

E-Mail: joseroque@uteg.edu.mx

Desde 1950, el Día Mundial de la Salud se celebra cada 7 de abril, fecha en que fuera fundada la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todos los años se elige para esa jornada un tema de salud específico a fin de destacar un área prioritaria de interés para este organismo instando a todas las naciones del mundo a que exista una cobertura sanitaria universal para todas las personas y que tengan la atención que necesitan, cuando la requieran.

Precisamente el pasado 26 de marzo, el etíope Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, urgió a los presidentes del G20 a luchar, unirse y activarse para hacer frente común a la pandemia de Covid-19 que ya se cobró más de 18,000 vidas, según datos de la propia organización.

En países de todas las regiones del mundo se está avanzando en este ámbito, sin embargo, millones de personas siguen sin acceso alguno a la atención de salud. Y muchas personas, que se cuentan también por millones, se ven obligadas a elegir entre la atención de salud y otros gastos cotidianos, como alimentos, vestidos o incluso un techo.

Ahora bien, la tarea de la OMS abarca todo lo referente a la salud ya que, científicamente la salud se define como el bienestar del cuerpo y el óptimo funcionamiento del organismo de los individuos, es decir, es una condición general de las personas que se encuentran en buen estado físico, mental, emocional o espiritual y este organismo agrega el bienestar social.

Cuando las personas se encuentran en óptimas condiciones de salud física pueden realizar diversas actividades, fomentar el bienestar y seguir desarrollando o cultivando las habilidades en beneficio de su salud en general, es precisamente cuando se goza de solidez y se carece de un gran porcentaje de enfermedades. Sin embargo, no hay que olvidar que la salud física puede verse afectada de diferentes maneras según el estilo de vida de cada individuo.

En otro orden de ideas, la referida OMS, define que la salud mental o emocional es el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognitivos, afectivos, conductuales y, en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación. No debemos olvidar a la vulnerabilidad como causa de trastornos mentales, por ejemplo, la necesidad de que todos los miembros de la familia se integren al mercado laboral, aun cuando representen oportunidades para el progreso económico, incrementan los riegos para los problemas mentales.

En relación a la salud espiritual existen varias hipótesis: se considera que es la manera en que uno encuentra el significado, esperanza, consuelo y paz interior en la vida, así muchas personas relacionan la espiritualidad con la religión, algunas otras la encuentran a través del arte, la música o en la propia naturaleza y, otras más, relacionan su salud espiritual con su comportamiento, valores y principios adquiridos desde el seno familiar.

Por último, al hablar de salud social, se incluye el efecto que tiene el entorno del individuo sobre su estado de bienestar, que es dado en gran medida por sus condiciones o estilo de vida. Dicho de otra manera, es la habilidad de interactuar apropiadamente con las demás personas y el contexto, satisfaciendo las relaciones. El concepto de salud social puede sernos un poco extraño a diferencia de los anteriores conceptos de la salud, pero es tan importante como cualquiera de aquellos, pues es el conjunto de factores y condiciones de tipo económico social que influyen en el estado de salud de los individuos en el largo plazo.

Bueno, estimado lector, con un poco de todo lo referente a la salud debemos observar las instrucciones de las instituciones de salud a efecto de evitar un endurecimiento de la pandemia, especialmente en este día que se conmemora el Día Mundial de la Salud por lo que resulta ¿coincidencia? Gracias, como siempre, por sus valiosos comentarios.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

E-Mail: joseroque@uteg.edu.mx