/ jueves 14 de enero de 2021

Hormonas esteroideas y riesgo de infección

La corteza de las Glándulas suprarrenales (ubicadas en el polo superior de cada riñón), produce y secreta a la sangre hormonas glucocorticoides, mineralocorticoides y andrógenos. Las múltiples acciones de los glucocorticoides involucran vías metabólicas, el transporte de iones, el mantenimiento del tono y la permeabilidad vascular y a nivel del sistema nervioso central ejerce efectos en el sistema inmunitario de defensa. El cortisol (principal glucocorticoide), es transportado en la sangre por la transcortina, (su proteina transportadora) y el 15% se une a la albúmina y solo una pequeña cantidad se encuentra no unida a las proteínas y viaja como “cortisol libre biodisponible,” que es el que realmente actúa en los tejidos. La mayoría de las acciones del cortisol dependen de su unión al receptor de los glucocorticoides (RG) y por lo tanto de la translocación al interior de las células de los tejidos.

Un paciente críticamente enfermo es influenciado por factores que convergen en la activación del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, que incrementa la síntesis y la secreción de cortisol. El uso de hormonas esteroideas inhalados o sistémicos puede disminuir su secreción durante el estrés agudo. Debe recordarse que el 5% de la población consume corticosteroides para enfermedades inflamatorias o autoinmunitarias crónicas como Artritis reumatoide, Asma, Alergias, Dermatosis, etc.

El riesgo de infección aumenta con la dosis y la duración del tratamiento con corticosteroides y tiende a permanecer menor con dosis bajas, así sean acumuladas. Sin embargo, se debe tener en cuenta la potencia del esteroide usado, porque a mayor potencia, es más probable que aumente el riesgo de infecciones. Su uso prolongado por más de 3 semanas tiene un efecto supresor de la inmunidad celular mediada por linfocitos T, (tipo de glóbulos blancos) lo que favorece la presencia de infecciones oportunistas. Para los pacientes que consumen glucocorticoides, se recomienda la vacunación contra la influenza, aunque se sabe que los esteroides disminuyen su efecto protector. En pacientes que necesitaron administración de esteroides por tiempo prolongado, “su retiro puede producir una crisis suprarrenal que amenace la vida”.

El uso de corticosteroides en el paciente con COVID-19 quedará a criterio del médico y supeditado a otra indicación: choque séptico refractario, exacerbación de EPOC, (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), crisis asmática o insuficiencia suprarrenal. Debe hacerse su uso prudente en pacientes críticamente enfermos con neumonía por COVID-19. Al indicarlos se recomienda administrar dosis bajas a moderadas.

La pandemia por COVID-19 trajo consigo muchos interrogantes sobre el efecto del proceso infeccioso en órganos y sistemas corporales, que ha obligado a los médicos y científicos de todo el mundo a emitir indicaciones diferentes para su tratamiento en cada paciente.

* Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” Profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG E-mail: hegovidrio@hotmail.com

La corteza de las Glándulas suprarrenales (ubicadas en el polo superior de cada riñón), produce y secreta a la sangre hormonas glucocorticoides, mineralocorticoides y andrógenos. Las múltiples acciones de los glucocorticoides involucran vías metabólicas, el transporte de iones, el mantenimiento del tono y la permeabilidad vascular y a nivel del sistema nervioso central ejerce efectos en el sistema inmunitario de defensa. El cortisol (principal glucocorticoide), es transportado en la sangre por la transcortina, (su proteina transportadora) y el 15% se une a la albúmina y solo una pequeña cantidad se encuentra no unida a las proteínas y viaja como “cortisol libre biodisponible,” que es el que realmente actúa en los tejidos. La mayoría de las acciones del cortisol dependen de su unión al receptor de los glucocorticoides (RG) y por lo tanto de la translocación al interior de las células de los tejidos.

Un paciente críticamente enfermo es influenciado por factores que convergen en la activación del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, que incrementa la síntesis y la secreción de cortisol. El uso de hormonas esteroideas inhalados o sistémicos puede disminuir su secreción durante el estrés agudo. Debe recordarse que el 5% de la población consume corticosteroides para enfermedades inflamatorias o autoinmunitarias crónicas como Artritis reumatoide, Asma, Alergias, Dermatosis, etc.

El riesgo de infección aumenta con la dosis y la duración del tratamiento con corticosteroides y tiende a permanecer menor con dosis bajas, así sean acumuladas. Sin embargo, se debe tener en cuenta la potencia del esteroide usado, porque a mayor potencia, es más probable que aumente el riesgo de infecciones. Su uso prolongado por más de 3 semanas tiene un efecto supresor de la inmunidad celular mediada por linfocitos T, (tipo de glóbulos blancos) lo que favorece la presencia de infecciones oportunistas. Para los pacientes que consumen glucocorticoides, se recomienda la vacunación contra la influenza, aunque se sabe que los esteroides disminuyen su efecto protector. En pacientes que necesitaron administración de esteroides por tiempo prolongado, “su retiro puede producir una crisis suprarrenal que amenace la vida”.

El uso de corticosteroides en el paciente con COVID-19 quedará a criterio del médico y supeditado a otra indicación: choque séptico refractario, exacerbación de EPOC, (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), crisis asmática o insuficiencia suprarrenal. Debe hacerse su uso prudente en pacientes críticamente enfermos con neumonía por COVID-19. Al indicarlos se recomienda administrar dosis bajas a moderadas.

La pandemia por COVID-19 trajo consigo muchos interrogantes sobre el efecto del proceso infeccioso en órganos y sistemas corporales, que ha obligado a los médicos y científicos de todo el mundo a emitir indicaciones diferentes para su tratamiento en cada paciente.

* Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” Profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG E-mail: hegovidrio@hotmail.com