/ lunes 18 de enero de 2021

Honor a quien lo merece

En México el movimiento revolucionario de 1910-1917, exigía la protección a las clases más vulnerables, principalmente a personas campesinas y obreras, surgiendo los servicios médicos como la Cruz Blanca y la Cruz Roja: la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 de contenido social, sirvió como eje de la Seguridad Social.

Refiriéndose como la seguridad social al sistema que se ocupa de garantizar el Estado de Bienestar en una sociedad, es la mayor y más importante plataforma de que ofrece el estado a sus ciudadanos. Su existencia se basa en las aportaciones que hacen los contribuyentes, de manera obligatoria, mediante sus nóminas de trabajo. El objetivo primordial de este sistema es dar protección a la salud de los trabajadores y sus familiares y así contribuir en otros rubros como las jubilaciones en sus diferentes modalidades en lo económico.

Este concepto resulta por la necesidad humana que se manifiesta en la reacción de ayudar a personas o grupos en estado de necesidad.

Es así entonces, como el 19 de enero de 1943 durante el mandato presidencial del General Manuel Ávila Camacho (apodado como el presidente caballero), sensible a las necesidades de todos los mexicanos, promulga la Ley del Seguro Social reglamentaria de la fracción XXIX del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sobresaliendo en la exposición de motivos: garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar social y colectivo, creándose además ya, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como un organismo público descentralizado, con personalidad y patrimonio propio.

Su órgano de gobierno está integrado de manera igualitaria por representantes de los trabajadores, de los patrones y del Gobierno Federal.

Desde otro concepto, la Organización Internacional del Trabajo la define (la seguridad social), como la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica como ya ha quedado anotado a sus familiares.

Desafíos y retos al que se enfrenta el personal de la salud en la atención de la pandemia por la que estamos pasando, a decir de algunos especialistas se encuentran tres como prioritarios: el pandemónium, derivado de la celeridad del avance de la pandemia y del caos inicial para responder a la emergencia; la precariedad del sistema de salud para responder a este problema de salud pública que es de gran magnitud y la paranoia derivada de la respuesta social del temor a lo desconocido.

En otro orden de ideas, todo profesional de la salud tiene en sus manos la responsabilidad de tratar directamente con el padecimiento humano, lo cual convierte a este ámbito en uno de los más delicados y en uno de los que requieren más sensibilidad y más compromiso, pues la vida de las personas está en juego.

Finalmente, en el frente a la lucha por ayudar a los enfermos y contagiados por el COVID-19, en todo el mundo, están los doctores, enfermeras y personal técnico que están expuestos al contagio para salvar vidas arriesgando la de ellos como es sabido, han trabajado desde que se dio esta pandemia del coronavirus con un poco de descanso por la alta afluencia de pacientes, dejando por momentos la convivencia familiar ya que han trabajado jornadas maratónicas de 24 horas, a veces sin contar con el material necesario, se han convertido en héroes involuntarios ante este mal de salud.

Estimado lector, seguro estoy que usted también reconoce el gran trabajo y labor que realizan los profesionales de la salud.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

joseroque@uteg.edu.mx

En México el movimiento revolucionario de 1910-1917, exigía la protección a las clases más vulnerables, principalmente a personas campesinas y obreras, surgiendo los servicios médicos como la Cruz Blanca y la Cruz Roja: la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 de contenido social, sirvió como eje de la Seguridad Social.

Refiriéndose como la seguridad social al sistema que se ocupa de garantizar el Estado de Bienestar en una sociedad, es la mayor y más importante plataforma de que ofrece el estado a sus ciudadanos. Su existencia se basa en las aportaciones que hacen los contribuyentes, de manera obligatoria, mediante sus nóminas de trabajo. El objetivo primordial de este sistema es dar protección a la salud de los trabajadores y sus familiares y así contribuir en otros rubros como las jubilaciones en sus diferentes modalidades en lo económico.

Este concepto resulta por la necesidad humana que se manifiesta en la reacción de ayudar a personas o grupos en estado de necesidad.

Es así entonces, como el 19 de enero de 1943 durante el mandato presidencial del General Manuel Ávila Camacho (apodado como el presidente caballero), sensible a las necesidades de todos los mexicanos, promulga la Ley del Seguro Social reglamentaria de la fracción XXIX del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sobresaliendo en la exposición de motivos: garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar social y colectivo, creándose además ya, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como un organismo público descentralizado, con personalidad y patrimonio propio.

Su órgano de gobierno está integrado de manera igualitaria por representantes de los trabajadores, de los patrones y del Gobierno Federal.

Desde otro concepto, la Organización Internacional del Trabajo la define (la seguridad social), como la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica como ya ha quedado anotado a sus familiares.

Desafíos y retos al que se enfrenta el personal de la salud en la atención de la pandemia por la que estamos pasando, a decir de algunos especialistas se encuentran tres como prioritarios: el pandemónium, derivado de la celeridad del avance de la pandemia y del caos inicial para responder a la emergencia; la precariedad del sistema de salud para responder a este problema de salud pública que es de gran magnitud y la paranoia derivada de la respuesta social del temor a lo desconocido.

En otro orden de ideas, todo profesional de la salud tiene en sus manos la responsabilidad de tratar directamente con el padecimiento humano, lo cual convierte a este ámbito en uno de los más delicados y en uno de los que requieren más sensibilidad y más compromiso, pues la vida de las personas está en juego.

Finalmente, en el frente a la lucha por ayudar a los enfermos y contagiados por el COVID-19, en todo el mundo, están los doctores, enfermeras y personal técnico que están expuestos al contagio para salvar vidas arriesgando la de ellos como es sabido, han trabajado desde que se dio esta pandemia del coronavirus con un poco de descanso por la alta afluencia de pacientes, dejando por momentos la convivencia familiar ya que han trabajado jornadas maratónicas de 24 horas, a veces sin contar con el material necesario, se han convertido en héroes involuntarios ante este mal de salud.

Estimado lector, seguro estoy que usted también reconoce el gran trabajo y labor que realizan los profesionales de la salud.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

joseroque@uteg.edu.mx