El concepto emprendurismo no tiene una definición establecida, lo que genera en la mayoría de los casos muchas dudas o conflictos, por la existencia de varios conceptos acerca de este término, básicamente, se puede definir el emprendurismo, como el proceso en que una persona lleva su idea a convertirse en un proyecto concreto, sea esta con fines de lucro o beneficencia social generando innovación y empleo.
Los orígenes del emprendurismo, tal y como lo conocemos, pueden remontarse desde el siglo XVIII bajo la experiencia en las finanzas de Richard Cantillón que fue un economista y banquero especulador irlandés, considerado tiempo después como el padre de la ciencia económica, su influencia fue muy importante para el desarrollo de la fisiocracia y de la economía clásica. Este investigador junto con otros economistas fueron elaborando la noción del emprendedor como el de una persona que era capaz de gestionar sus recursos para la creación de productos nuevos, con la actitud de liderazgo y capaz de llamar la atención e interés de otros sujetos. Legado que hoy en día es adoptado por muchos.
Ahora bien, en el año 2013, la Real Academia de la Lengua, incorpora el término emprendimiento (como sinónimo de emprendurismo) y en esa edición vigésimo tercera, lo define en su diccionario como la acción y efecto de emprender cuya descripción se refiere a la acción de acometer o comenzar una obra o negocio especialmente si entraña peligro o dificultad.
Es preciso puntualizar lo siguiente. Iniciar un negocio, emprender, es muy diferente a gestionar una empresa o trabajar para ella, el emprendedor es quien tiene la intención y crea una empresa ya que su objetivo es, a partir de una idea inicial, tener la iniciativa y la decisión de abordar un proyecto empresarial que le permita introducirse en el mercado bien sea fabricando u n producto o prestando un servicio.
De aquí que, en esta figura, el emprendedor es la persona que realiza la gestión directiva de los diferentes recursos que se ponen en juego para crear una empresa, es el protagonista en el proceso de creación de empresas; su iniciativa, su creatividad, su eficacia y su esfuerzo hacen posible la empresa, que ofrece productos y servicios, trabajo, retribución al capital, creando valor para todos los interesados en ella, el emprendedor tiene que equilibrar un sistema complejo, donde confluyen diferentes intereses, a veces contrapuestos.
La capacidad directiva o de gestión en una gran empresa es una profesión independiente de la propiedad, directivo profesional. En la pequeña y mediana empresa(pyme), la figura del gestor, del propietario y del trabajador, tienden a unirse en una sola persona, que representa, total o parcialmente, los tres papeles, además, tiene el conocimiento y la aptitud para desarrollarse a sí mismo, voluntad para crear la empresa con actitud y empatía, debe dotársele de los recursos necesarios, otorgarle poder de decisión para la realización de sus planes y objetivos empresariales.
El emprendedor es el punto de partida básico de la nueva empresa, es condición necesaria de la empresa, aunque puede no ser suficiente si no posee los conocimientos la voluntad o los recursos necesarios, el emprendedor tiene que equilibrar un sistema complejo, donde confluyen diferentes intereses, a veces contrapuestos, como gestor debe captar los recursos necesarios, transformarlos en productos y servicios que ofrece a los clientes dando respuesta a sus expectativas y demandas.
Finalmente, su formación como gestor estará dirigida a la empresa en su conjunto, se convierte en el hombre orquesta, capaz de elaborar un proyecto de empresa y ponerlo en marcha, no es necesario que sea un gran experto en todas las áreas de la empresa, pero si con criterios para tomar decisiones de marketing, legales, recursos humanos, tecnología, finanzas, esta formación conviene que la adquiera antes de iniciar la actividad y después se preocupe de estar actualizado.
* Rector General del Centro Universitario Uteg.
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