/ lunes 14 de junio de 2021

Hacia una nueva cultura democrática

Los mexicanos anhelamos recuperar la tranquilidad en nuestras vidas. Los dos factores dominantes en dicho proceso provienen de tener protección y seguridad pública, así como de mejorar la economía familiar. Sobre ello gira de manera transversal el acomodo de la calidad de vida y ambos factores impactan directamente sobre la salud, el estado de animo, la productividad, la vida personal, familiar y social.

La primera parte del año, la ciudadanía se distrajo en parte de sus preocupaciones participando o expectando acerca de las campañas políticas y de las elecciones que acaban de realizarse. Solemos como sociedad, recurrir a un vicio colectivo que es el esperar demasiado de nuestros gobernantes, visualizarlos con idolatría como si ellos fueran la solución de nuestros problemas, concediéndoles mayor importancia y relevancia de la que realmente tienen y deben de tener.

La participación política en México es más parecida al mundo de la farándula que al mundo académico; el atributo más deseado por las masas al votar es la simpatía, el carisma y no la inteligencia, no la capacidad de atender y resolver los problemas que de por si ya existen y que se agravan en muchas ocasiones cuando la inexperiencia, falta de conocimientos, incapacidad de dirigir equipos de trabajo y administrar recursos públicos de los gobernantes electos y su equipo cercano, arriban a posiciones de poder, que debieran ser estratégicas para el beneficio colectivo.

En tiempos no electorales, deberíamos impulsar con decisión la propagación de la cultura democrática. Nadie puede negar que los partidos políticos cada vez representan menos a los mexicanos. Tampoco se puede negar que la distancia entre gobernantes y gobernados sigue abriendo brecha.

Aunque no sea del agrado de los políticos en el poder ni de los que están disputándoselo tampoco, pues aspiran a alcanzarlo, se deben tomar 5 medidas inmediatas: 1. Eliminar las facultades meta constitucionales de los gobernantes electos. El liderazgo de los candidatos los conduce al poder. Ya como gobernante, debe conducirse en estricto apego a la ley. Las campañas se acaban con la elección. 2. Se debe cerrar el paso al financiamiento negro de las campañas políticas. 3. Se debe tolerar a nivel 0 la desviación de los recursos públicos de los tres ordenes de gobierno, federal, estatal y municipal para beneficiar partidos políticos o candidatos. 4. Se debe evitar en términos absolutos, la posibilidad de reelección presidencial y de los gobernadores de los estados de la republica. 5. Se debe educar desde el nivel básico y hasta el profesional a la comunidad, para incrementar las habilidades de lectura, análisis y comprensión del sistema de gobierno, del marco legal y de los mecanismos de participación ciudadana en la democracia.

Los cambios culturales que han transformado al mundo y que han provocado evolución entre los pueblos, han iniciado por doblegar a los políticos, a la clases política, imponer nuevas reglas que limitan las atribuciones y evitan los abusos, los excesos, los privilegios y el uso discrecional del cago público para obtener o compartir ventajas que sirven a intereses personales, de grupo, facciosos o prohibidos.

Ser gobernante debería de ser un motivo de orgullo. Para que eso suceda, la sociedad en colectivo debe rebasar a los políticos. Somos más, muchos más, los que deseamos que las cosas se hagan bien. Los beneficiarios de seguir por donde vamos y quedarnos como estamos, son pocos, privilegiados, ventajosos y nos llevan por el camino equivocado. EL cambio lo produce la masa. Hagamos una revolución pacifica, con ideas, con acciones cívicas, democráticas, bien intencionadas y pensando en el bienestar de nuestra patria. Construyamos una nueva cultura de la participación y recuperemos los valores, los principios y el deseo de trabajar por el bien de nuestra comunidad.


www.youtube.com/user/carlosanguianoz

Los mexicanos anhelamos recuperar la tranquilidad en nuestras vidas. Los dos factores dominantes en dicho proceso provienen de tener protección y seguridad pública, así como de mejorar la economía familiar. Sobre ello gira de manera transversal el acomodo de la calidad de vida y ambos factores impactan directamente sobre la salud, el estado de animo, la productividad, la vida personal, familiar y social.

La primera parte del año, la ciudadanía se distrajo en parte de sus preocupaciones participando o expectando acerca de las campañas políticas y de las elecciones que acaban de realizarse. Solemos como sociedad, recurrir a un vicio colectivo que es el esperar demasiado de nuestros gobernantes, visualizarlos con idolatría como si ellos fueran la solución de nuestros problemas, concediéndoles mayor importancia y relevancia de la que realmente tienen y deben de tener.

La participación política en México es más parecida al mundo de la farándula que al mundo académico; el atributo más deseado por las masas al votar es la simpatía, el carisma y no la inteligencia, no la capacidad de atender y resolver los problemas que de por si ya existen y que se agravan en muchas ocasiones cuando la inexperiencia, falta de conocimientos, incapacidad de dirigir equipos de trabajo y administrar recursos públicos de los gobernantes electos y su equipo cercano, arriban a posiciones de poder, que debieran ser estratégicas para el beneficio colectivo.

En tiempos no electorales, deberíamos impulsar con decisión la propagación de la cultura democrática. Nadie puede negar que los partidos políticos cada vez representan menos a los mexicanos. Tampoco se puede negar que la distancia entre gobernantes y gobernados sigue abriendo brecha.

Aunque no sea del agrado de los políticos en el poder ni de los que están disputándoselo tampoco, pues aspiran a alcanzarlo, se deben tomar 5 medidas inmediatas: 1. Eliminar las facultades meta constitucionales de los gobernantes electos. El liderazgo de los candidatos los conduce al poder. Ya como gobernante, debe conducirse en estricto apego a la ley. Las campañas se acaban con la elección. 2. Se debe cerrar el paso al financiamiento negro de las campañas políticas. 3. Se debe tolerar a nivel 0 la desviación de los recursos públicos de los tres ordenes de gobierno, federal, estatal y municipal para beneficiar partidos políticos o candidatos. 4. Se debe evitar en términos absolutos, la posibilidad de reelección presidencial y de los gobernadores de los estados de la republica. 5. Se debe educar desde el nivel básico y hasta el profesional a la comunidad, para incrementar las habilidades de lectura, análisis y comprensión del sistema de gobierno, del marco legal y de los mecanismos de participación ciudadana en la democracia.

Los cambios culturales que han transformado al mundo y que han provocado evolución entre los pueblos, han iniciado por doblegar a los políticos, a la clases política, imponer nuevas reglas que limitan las atribuciones y evitan los abusos, los excesos, los privilegios y el uso discrecional del cago público para obtener o compartir ventajas que sirven a intereses personales, de grupo, facciosos o prohibidos.

Ser gobernante debería de ser un motivo de orgullo. Para que eso suceda, la sociedad en colectivo debe rebasar a los políticos. Somos más, muchos más, los que deseamos que las cosas se hagan bien. Los beneficiarios de seguir por donde vamos y quedarnos como estamos, son pocos, privilegiados, ventajosos y nos llevan por el camino equivocado. EL cambio lo produce la masa. Hagamos una revolución pacifica, con ideas, con acciones cívicas, democráticas, bien intencionadas y pensando en el bienestar de nuestra patria. Construyamos una nueva cultura de la participación y recuperemos los valores, los principios y el deseo de trabajar por el bien de nuestra comunidad.


www.youtube.com/user/carlosanguianoz