/ miércoles 26 de mayo de 2021

Guerra sucia, no… Juego limpio, ¡sí!

Cuando faltan 6 días para que se dé término a las campañas pre-electorales, los observadores centrados hacen votos porque en este tiempo que queda, la propaganda que hacen los diferentes candidatos, les sirva realmente a los ciudadanos para orientar su criterio a la hora de emitir su voto.

Tal vez se está pidiendo un milagro, pero hay veces que no queda otro camino que invocar a las fuerzas supremas para poder salir bien de un trance en que podamos encontrarnos.

Y sobre todo en momentos que pueden ser decisivos, dado lo polarizado que según encuestas, se encuentran los grupos en pugna. Perdón: los partidos que están en la contienda.

¿Qué es lo que se pide como milagro?

Pues de acuerdo con los entendidos, que en un arranque de sinceridad y patriotismo, los aspirantes a puestos públicos, postulados por partidos ya conocidos y otros no tanto, cesen lo que algunos ven como una cruzada de denuestos, para optar por la sana intención de dar a conocer sus planes de gobierno. Que se quiten el ropaje de candidatos convencionales y abran sus mentes y sus propósitos, para que los electores puedan saber realmente a quiénes están apoyando para que lleguen a los puestos de mando.

Esto se dice fácil, pero no lo es tanto.

La responsabilidad que tienen los gobernantes es tan grande, que tal vez muchos de ellos ni siquiera alcancen a comprenderla.

Gobernar -lo dicen las leyes básicas de la nación- es comprometerse total, plenamente, a conducir la vida de una persona, de una familia, de una colonia, de una ciudad, de una sociedad. Nada fácil, sino todo lo contrario. Es hacerse responsables de la buena marcha de la comunidad.

¿Están verdaderamente conscientes todos los candidatos de esta responsabilidad que pretenden asumir? Da pena decirlo, pero algunos probablemente no. Aunque afortunadamente, tal vez esos sean los del montón.

Los candidatos de los partidos fuertes sí están enterados seguramente, que es mucho lo que está de por medio en las ya muy próximas elecciones. Y están poniendo su mayor esfuerzo por salir triunfadores en lo que trata a la conquista del voto.

Por ello es que los expertos estiman que lo más deseable es que en estos días que quedan, se vea la posibilidad de poner alto a lo que en algunos sectores ha sido catalogada como una “guerra sucia”, para dar paso a una campaña corta, pero intensa, de información acerca de lo que pretenden hacer para sacar a la comunidad de los graves problemas en que se encuentra y poder siquiera a comenzar una etapa de recuperación.

De esta manera, los votantes harían a un lado lo que pudiera entenderse como una confusión, para acudir tranquilos a las urnas, convencidos de que realmente, con su voluntad expresada a través de una boleta, van a definir su suerte.

* Periodista

Cuando faltan 6 días para que se dé término a las campañas pre-electorales, los observadores centrados hacen votos porque en este tiempo que queda, la propaganda que hacen los diferentes candidatos, les sirva realmente a los ciudadanos para orientar su criterio a la hora de emitir su voto.

Tal vez se está pidiendo un milagro, pero hay veces que no queda otro camino que invocar a las fuerzas supremas para poder salir bien de un trance en que podamos encontrarnos.

Y sobre todo en momentos que pueden ser decisivos, dado lo polarizado que según encuestas, se encuentran los grupos en pugna. Perdón: los partidos que están en la contienda.

¿Qué es lo que se pide como milagro?

Pues de acuerdo con los entendidos, que en un arranque de sinceridad y patriotismo, los aspirantes a puestos públicos, postulados por partidos ya conocidos y otros no tanto, cesen lo que algunos ven como una cruzada de denuestos, para optar por la sana intención de dar a conocer sus planes de gobierno. Que se quiten el ropaje de candidatos convencionales y abran sus mentes y sus propósitos, para que los electores puedan saber realmente a quiénes están apoyando para que lleguen a los puestos de mando.

Esto se dice fácil, pero no lo es tanto.

La responsabilidad que tienen los gobernantes es tan grande, que tal vez muchos de ellos ni siquiera alcancen a comprenderla.

Gobernar -lo dicen las leyes básicas de la nación- es comprometerse total, plenamente, a conducir la vida de una persona, de una familia, de una colonia, de una ciudad, de una sociedad. Nada fácil, sino todo lo contrario. Es hacerse responsables de la buena marcha de la comunidad.

¿Están verdaderamente conscientes todos los candidatos de esta responsabilidad que pretenden asumir? Da pena decirlo, pero algunos probablemente no. Aunque afortunadamente, tal vez esos sean los del montón.

Los candidatos de los partidos fuertes sí están enterados seguramente, que es mucho lo que está de por medio en las ya muy próximas elecciones. Y están poniendo su mayor esfuerzo por salir triunfadores en lo que trata a la conquista del voto.

Por ello es que los expertos estiman que lo más deseable es que en estos días que quedan, se vea la posibilidad de poner alto a lo que en algunos sectores ha sido catalogada como una “guerra sucia”, para dar paso a una campaña corta, pero intensa, de información acerca de lo que pretenden hacer para sacar a la comunidad de los graves problemas en que se encuentra y poder siquiera a comenzar una etapa de recuperación.

De esta manera, los votantes harían a un lado lo que pudiera entenderse como una confusión, para acudir tranquilos a las urnas, convencidos de que realmente, con su voluntad expresada a través de una boleta, van a definir su suerte.

* Periodista